El abrigo y la cueva de Benzú memoria de los trabajos arqueológicos de una década en Ceuta (2002-2012)
Capítulo 28
Una reevaluacion de los restos humanos neoliticos
ANTONIO ROSAS, ALMUDENA ESTALRRICH Y MARKUS BASTIR
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo recoge un estudio de los restos humanos de edad neolítica recuperados en la Cueva de Benzú en la primera campaña de excavación del yacimiento realizada en el verano de 2002. Los restos humanos aquí considerados proceden de una pequeña cavidad situada en la pared rocosa del abrigo, cuya cronología se ha establecido en unos 7136 ± 486 a.p. (antes del presente), (Millán y Benéitez, 2003a; Ramos y Bernal, eds., 2006), asociados al periodo Neolítico.
INVENTARIO La TABLA 28.1 lista los elementos esqueléticos recuperados en la campaña de excavación de 2002. En este estudio se han considerado 61 muestras, que contienen un total de 105 restos, de los cuales 56 elementos esqueléticos se han identificado como humanos. Entre las muestras analizadas se incluyen varios restos de mamíferos entre los que destaca un molar de cercopitécido, muy probablemente del género Macaca, y algunas falanges y metápodos de herbívoros.
ESTADO DE CONSERVACIÓN Todos los restos analizados corresponden a dientes aislados y falanges de pie y de mano (FIGURA 28.1). Hay una total ausencia de otros elementos craneales y poscraneales, con la excepción de un fragmento de diáfisis de tibia. La mayor parte de los restos recuperados son dientes, siendo los caninos, tanto superiores como inferiores, las piezas más representadas (FIGURA 28.2). Entre los dientes conservados se detectan evidencias de agrietamiento y fracturas por desecación. Igualmente se identifican algunas fracturas postmortem, muy posiblemente fosil-diagenéticas (siguiendo a Brothwell, 1981). Por otro lado, los restos dentales recuperados presentan una alta frecuencia de raíces rotas a nivel de la base de la corona. Igualmente, se evidencian fracturas longitudinales en la raíz muy peculiares (caso CB-2002-AXIX-XX-3) que serán objeto de posteriores análisis. Entre las muestras analizadas cabe destacar la presencia de un molar (CB-2002-AXVIII-XIX-2-3), que parece haber sido cortado con un
objeto cortante y afilado, a juzgar por la limpieza y el pulido de la superficie afectada (FIGURA 28.3A). Ambas circunstancias son consideradas en mayor detalle en los siguientes apartados.
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DE LA POBLACIÓN
Las evidencias dentales permiten afirmar la presencia de varios individuos de diferentes edades y de ambos sexos. En total se ha identificado un número mínimo de 7 individuos, entre ellos un individuo juvenil, mientras que los restantes 6 son individuos adolescentes y adultos.
El individuo de más corta edad —entre 3 y 6 años— (AlQahtani et alii, 2010) está representado por un canino superior de leche que apenas tiene desgaste oclusal, por lo que su edad estaría más próxima al rango inferior estimado. Entre los restos pertenecientes a individuos inmaduros se identifica también una corona de M2 sin raíces formadas. Es frecuente la presencia de incisivos y molares en un avanzado estado de desgaste, con clara aparición de dentina secundaria. Aunque el tipo de dieta y uso de la boca en actividades para-masticatorias constituyen factores que modifican la relación entre edad y desgaste dentario, el avanzado desgaste de algunas piezas, junto a la evidencia de artrosis en las manos puede ser indicador de la presencia de individuos de avanzada edad. El diagnóstico del sexo es problemático a la luz de tan escasas evidencias.
Sin embargo, la diferencia en el tamaño de algunas piezas dentarias, en especial de los caninos, puede ser un indicador de la presencia de individuos de ambos sexos. Desde un punto de vista morfológico las muestras estudiadas son bastante homogéneas con un reducido espectro de variación. Esqueléticamente los restos proceden de una población de constitución grácil, evidenciada tanto por el reducido tamaño de la dentición como por la escasa robustez de las falanges de pie y de mano.
En este mismo sentido, cabe también señalar el tamaño pequeño (longitud y anchura) de las raíces, tanto de la dentición anterior (incisivos y caninos) como de la dentición posterior (premolares y molares). Como curiosidad, se ha encontrado un molar superior con «Perla de Esmalte» (FIGURA 28.4). Se trata de una malformación que consiste en la secreción de esmalte dental en forma esférica, generalmente en la raíz de los molares maxilares o superiores (Brothwell, 1981). Es poco frecuente y generalmente inocua, aunque puede causar problemas durante una enfermedad periodontal si la raíz se ve afectada, o el esmalte de la perla sufre caries. En este caso (segundo molar superior derecho CB-2002- CRIBA), no se ha apreciado ninguna patología, con lo cual es probable que el individuo que la poseía, ni siquiera se hubiera percatado de su presencia en vida.
CARACTERÍSTICAS PALEOBIOLÓGICAS DE LA POBLACIÓN PATOLOGÍA ORAL. ESTADO DE SALUD BUCODENTAL
Uno de los aspectos más interesantes que pueden explicarse a partir de los restos dentales es el estado de salud de la población humana que representan. La característica que se asocia al estado de salud bucodental es la presencia de caries. En los restos estudiados no se ha encontrado ninguna caries dental. Esta circunstancia se puede explicar en el hecho de que la mayoría de las piezas dentales exhumadas corresponden a incisivos y caninos, que son los dientes que en general presentan una menor incidencia de caries, ya que éstas aparecen mayoritariamente en los molares y, en menor proporción, en los premolares. Lo que sí se ha visto es que la mayoría de los individuos presentan grandes depósitos de cálculo o sarro dental, que es la placa dental mineralizada que se acumula en la superficie de los dientes (Hillson, 1986; Belcastro et alii, 2004).
El hecho de que los depósitos que se conserven sean de gran tamaño y espesor, incluso llegando a toda la superficie lingual de algunas piezas dentales (FIGURA 28.5), es un indicador de la escasa higiene oral que esta población tenía. Paralelamente, se han encontrado trazas del uso de palillos de madera en 2 piezas molares, que se caracterizan por la presencia de microestriación fina y paralela (Bonfiglioli et alii, 2004; Formicola, 1988) en la superficie interproximal del esmalte dental (FIGURA 28.6). Estas marcas se producen por el uso reiterado de finos palillos vegetales o tendones animales con fines paliativos, terapéuticos o de higiene, similar a la seda dental actual.
HIPOPLASIA DENTAL. ESTRÉS DURANTE EL CRECIMIENTO
La hipoplasia dental es un defecto producido por la interrupción de la secreción, bien de esmalte o de dentina durante la formación del diente (Brothwell, 1981; Hillson, 1986). La causas que pueden producir esta interrupción son muy variadas: desnutrición, enfermedades y estados febriles, amelogénesis imperfecta, entre otras, y el grado en el que el diente se ve afectado también varía.
Estas alteraciones proporcionan información acerca de momentos puntuales o episodios de estrés biológico durante el crecimiento y desarrollo de cada individuo, ya que los dientes se forman desde la infancia hasta la adolescencia, reflejando posibles eventos vitales de los que no queda ningún reflejo en ningún otro hueso del esqueleto humano. En la población humana de la Cueva de Benzú se han encontrado algunas piezas de la dentición anterior con esta alteración (FIGURA 28.7). Dada la altura de la corona a la que se ha producido el evento hipoplásico, se puede inferir que ocurrió cuando el individuo tenía unos 2,5 o 3,5 años de edad, lo que suele asociarse, sobre todo en poblaciones prehistóricas, a la línea del destete, momento en el que se produce un estrés fisiológico ocasionado por el cambio de dieta, desde la leche materna a una dieta de adultos. Por tanto, también podemos inferir datos acerca de la paleobiología y comportamiento de esta sociedad neolítica.
USO DE LA BOCA. ACTIVIDADES PARAMASTICATORIAS
Durante la vida del individuo se producen en los dientes una serie de modificaciones y desgaste debido a su normal uso, tanto el producido por la masticación de los alimentos como el desgaste no relacionado directamente con la masticación, el denominado desgaste paramasticatorio (Bonfiglioli et alii, 2004). Entre este último, cabe destacar aquellas modificaciones relacionadas con el uso de la dentición anterior como tercera mano, por ejemplo para ayudarse en la preparación de comida, elaboración de utensilios o el curtido de pieles, como ocurre tanto en poblaciones contemporáneas del pueblo Inuit de Alaska, como en poblaciones prehistóricas, y que originan las llamadas estrías culturales. En la población de la Cueva de Benzú se han encontrado varios incisivos y caninos con esta modificación (FIGURA 28.8), como por ejemplo, el incisivo central superior CB-2002-AXX-XXI-1. Existen además otras señales del uso de la dentición con fines no masticatorios, como son las melladuras o pérdida de esmalte in vivo, que aparecen en el borde incisal de la dentición anterior y en el margen ocluso-bucal de algunos premolares. Estas melladuras suelen estar relacionadas con el reto que del filo de instrumentos líticos, entre otras actividades. En este yacimiento, se ha observado esta modificación en numerosos incisivos superiores (CB-2002-AXIX-XX-1-11, FIGURA 28.9; CB-2002-AXIXXX-3; CB-2002-AXIX-XX-3-21, FIGURA 28.10), así como en algún molar, que presentan descamaciones de esmalte muy posiblemente producidos en vida como consecuencia de masticar o manipular con la boca sustancias duras.

