El abrigo y la cueva de Benzú memoria de los trabajos arqueológicos de una década en Ceuta (2002-2012)

Introducción
Cap. 1
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4
Cap. 5
Cap. 6
Cap. 7
Cap. 8
Cap. 9
Cap. 10
Cap. 11
Cap. 12
Cap. 13
Cap. 14
Cap. 15
Cap. 16
Cap. 17
Cap. 18
Cap. 19
Cap. 20
Cap. 21
Cap. 22
Cap. 23
Cap. 24
Cap. 25
Cap. 26
Cap. 27
Cap. 28
Cap. 29
Cap. 30
Cap. 31
Cap. 32
Cap. 33
Cap. 34
Bibliografía

Capítulo 17

El registro microespacial de la fauna marina

INTRODUCCIÓN

Partimos de la consideración de que los moluscos, como productos arqueológicos, pueden aportarnos dentro de un contexto espacial inferencias de comportamientos sociales, ya sean domésticos o productivos, de los grupos humanos que habitaron ese determinado nivel de ocupación. En este sentido, cada producto, entendido como unidad mínima (Ruiz et alii, 1986) debe ser relacionado con las estructuras documentadas (Arteaga, Ramos y Roos, 1998), por lo que se hace necesaria su ubicación microespacial en el contexto estratigráfico. En el caso del Abrigo y Cueva de Benzú, se ha establecido mediante un sistema interno de coordenadas cartesianas (X, Y y Z) y su correspondiente segmentación en cuadrículas de 1 metro cuadrado, a su vez conformado por pequeños complejos de 25 centímetros cúbicos de potencia (Capítulo 6 de la presente obra), lo que nos permite inferir posibles áreas de actividad como modelo etnográfico de la vida cotidiana de estos grupos sociales.

Tanto los productos arqueológicos recuperados en el Abrigo y Cueva de Benzú, como el propio depósito han permitido la realización de este tipo de análisis. En el caso del abrigo, el sedimento altamente brechificado que describe el perfil estratigráfico ha impedido la existencia de procesos postdepósito que hayan originado desplazamientos de las conchas desde su lugar de origen. Por su parte, en el caso de la cueva, a pesar de sufrir algunos expolios en fechas recientes, éstos apenas han repercutido sobre el conjunto analizado. Así pues, en ambos casos los análisis microespaciales han ofrecido resultados positivos que nos ha permitido acercarnos a las actividades sociales desempeñadas en dichos espacios.

DISTRIBUCIÓN MICROESPACIAL DE LOS MOLUSCOS MARINOS EN EL ABRIGO DE BENZÚ

ESTRATO 7

De la malacofauna registrada en el estrato 7 no existe una distribución espacial, tan solo podemos ubicar un ejemplar en la cuadrícula CVII. El resto de moluscos documentados se insertaron en un complejo denominado «General» y que englobaba a un total de 9 cuadrículas y 25 complejos, siendo por tanto difícil su adscripción microespacial dentro del nivel de ocupación.

ESTRATO 6

Los restos de malacofauna marina en este estrato han sido documentados en los complejos 34, 42, 49, 116, 146, 147, 150 y 151. Desde el punto de vista microespacial el complejo 42, en la cuadrícula B VII, presenta la mayor acumulación de moluscos, con restos de 3 Patella sp. También han sido relativamente notorios los ejemplares de la misma especie distribuidos por la cuadrícula C V, computando hasta 4 restos en 4 complejos distintos (146, 147, 150 y 151).

Este reparto malacológico por cuadrículas-complejos en el presente estrato nos evidencia una distribución desigual. Es posible que esta disparidad espacial con acumulación de moluscos en una determinada área esté relacionada con una zona de consumo de estos recursos marinos, pues en la distribución se aprecia que todas las conchas documentadas en este estrato de ocupación se sitúan a una cota entre -1,65 y -1,87, es decir, a una potencia nunca superior a 20 centímetros (FIGURA 17.1).

Esta hipótesis exegética puede verse ratificada si tenemos en cuenta los restos no computados en los índices de abundancia visibles en las cuadrículas no excavadas hasta la fecha (D IV y C III), cuya cota se sitúa igualmente entre ambos ratios. Por tanto, estamos hablando de que en un espacio de 1-2 metros cuadrados se registra un número mínimo de 14 individuos en un estrato situado en un arco cronológico entre 74 ± 7 ka y 168 ± 11 ka, una cantidad con una cierta entidad si tenemos en cuenta las dataciones. Aún así, debemos ser prudentes con este tipo de hipótesis y esperar a una excavación más extensiva a partir de la cual se pueda ratificar o refutar esta idea.

ESTRATO 5

La distribución de los restos conchíferos en este estrato ha sido constatada en los complejos 60, 62, 112, 135, 136, 137, 155, 157, 169, 172, 182, 199, 200, 207, 208, 214 y 220, situados espacialmente entre las cuadrículas BVII, CV, CVI y DV.

Del conjunto de muestras registradas microespacialmente llama la atención el complejo 136, en la cuadrícula C VI, con una cota de profundidad que oscila entre -2,32 y -3,47 (FIGURA 17.2), con una acumulación de hasta 6 individuos. Si a ello sumamos los 2 ejemplares documentados en los complejos anexos (135 y 137), se observa que en un área muy reducida de unos 60 centímetros cuadrados se aprecia una cierta tendencia acumulativa que podría estar indicando un área de consumo de moluscos o quizás un conchero de pequeñas dimensiones cuyas conchas son el resultado de una acumulación de desechos de origen alimentario (FIGURA 17.2).

La distribución espacial en las restantes cuadrículas señala una nueva acumulación, menos acusada que la zona anterior, entre las cuadrículas CV y DV (FIGURA 17.2), con cotas de profundidad en torno a -2,51/-2,60, comprendiendo los complejos situados inmediatamente por debajo del 135, 136 y 137. A esta profundidad se han registrado hasta 9 individuos, distribuidos 1 en el complejo 199, 2 en el 200, 1 en el 207, 2 en el 208, otros 2 en el 214 y 1 en el 220.

El resto de moluscos han sido documentados en complejos cuya relación espacial es relativamente baja en comparación con lo descrito anteriormente, así pues debemos esperar a una excavación en extensión para analizar el conjunto espacial del estrato.

Figura 17.1. Distribución espacial de la malacofauna marina en el Estrato 6 del Abrigo de Benzú

ESTRATO 4

Desde el punto de vista espacial, la acumulación de moluscos en el estrato 4, al igual que sucedía en el estrato anterior, adquiere una dispersión desigual a lo largo del estrato de ocupación, pudiéndose observar una pequeña acumulación en un sector determinado. En general, las conchas han sido documentadas en los complejos 69, 73, 138, 142, 143, 144, 145, 191, 193, 198, 223, 227 y 228, todos ellos pertenecientes a las cuadrículas CV, CVI, CVII y DV. La mayor acumulación de moluscos se detecta en la cuadrícula CVI (FIGURAS 17.3 y 17.4), donde se registra un molusco en los complejos 142, 143, 145, 191 y 193, y 2 en el complejo 144. El reparto del

Figura 17.2. Distribución espacial de la malacofauna marina en el Estrato 5 del Abrigo de Benzú

Figura 17.3. Distribución espacial de la malacofauna marina en el Estrato 4 del Abrigo de Benzú

Figura 17.4. Distribución espacial de la malacofauna marina en el Estrato 4 del Abrigo de Benzú

Figura 17.5. Distribución espacial de la malacofauna marina en el Estrato 3 del Abrigo de Benzú

resto de moluscos entre las cuadrículas y complejos es más equitativo y apenas es destacable de cara a posibles inferencias de actividades (FIGURA 17.4). La distribución de la cuadrícula CVI se centra en una potencia que discurre entre -2,45 y -2,78, en un ámbito que, al igual que señalamos para el estrato 5, puede estar relacionado bien con un área que denota una actividad encaminada hacia el consumo de estos recursos naturales, bien con una zona de acumulación de desechos tras un proceso de consumo.

ESTRATO 3

La distribución espacial de la acumulación de moluscos en el estrato 3 es una cuestión de difícil valoración, debido principalmente al escaso valor cuantitativo de restos que poseemos, y por otro lado a la limitada área excavada (tan sólo contamos con datos de la cuadrícula C VII). Con todo podemos indicar que los 2 individuos documentados se localizaron en los complejos 77 y 85, próximos uno al otro, en una cota que oscila entre -2,63 y -2,91 (FIGURA 17.5), si bien es insuficiente para inferir esta zona cómo una posible área de consumo.

ESTRATO 2

En el estrato 2, al igual que señalamos para el estrato 3, la escasa entidad cuantitativa de los moluscos y la limitación de la zona excavada (de nuevo tan sólo contamos con datos de la cuadrícula CVII) dificultan la realización de este tipo de análisis. Los moluscos documentados se encontraban, desde el punto de vista espacial, a una distancia breve, en los complejos 99, 100 y 101 (FIGURA 17.6).

ESTRATO 1

En relación a la distribución de los moluscos a nivel espacial, en el Estrato 1 cabe destacar que los 4 individuos documentados se han localizado tan sólo en dos complejos (109 y 111), ambos muy próximos entre sí (FIGURA 17.7), lo que podría ser indicativo de una zona de consumo, máxime si tenemos en cuenta que el estrato 1 no se extiende mucho más allá del área excavada. Este análisis supone un acicate para pensar que el abrigo constituyó en momentos próximos a 300 ka. una zona relacionada con el consumo y acumulación de recursos marinos, lo que indica que estas formaciones sociales tenían ya para estas fechas un marcado carácter mariscador en sus modos de producción

Figura 17.6. Distribución espacial de la malacofauna marina en el Estrato 2 del Abrigo de Benzú

Figura 17.7. Distribución espacial de la malacofauna marina en el Estrato 1 del Abrigo de Benzú.

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