El abrigo y la cueva de Benzú memoria de los trabajos arqueológicos de una década en Ceuta (2002-2012)
Capítulo 16
El registro microespacial de los restos oseos terrestres
INTRODUCCIÓN
Partimos desde la perspectiva de que la fauna cazada y por consiguiente como productos arqueológicos, pueden demostrarnos dentro de un contexto espacial, comportamientos sociales, ya sean domésticos o productivos, de los grupos humanos que habitaron ese determinado nivel de ocupación.
En este sentido, cada producto, entendido como unidad mínima (Ruiz et alii, 1986) debe ser relacionado con las estructuras documentadas (Arteaga, Ramos y Roos, 1998), por lo que se hace necesaria su ubicación microespacial en el contexto estratigráfico. En caso de no haber estructuras, como en Benzú, se ha trabajado con las evidencias de documentación del registro faunístico y en la valoración de las cantidades de efectivos por estratos, cuadrículas y complejos.
En el caso del Abrigo de Benzú, como se ha indicado en anteriores capítulos, se ha establecido mediante un sistema interno de coordenadas cartesianas (X, Y, Z) y su correspondiente segmentación en cuadrículas de 1 metro cuadrado, a su vez conformado por pequeños complejos de espacios y potencia limitados (Capítulo 6).
Como se está comprobando en estos capítulos referidos a la distribución microespacial de los diferentes productos arqueológicos, intentamos conocer mejor la distribución interna de los diferentes efectivos para intentar inferir posibles áreas de actividad, como aproximación a un modelo etnográfico de la vida cotidiana de estos grupos sociales.
Tanto los productos arqueológicos recuperados en el Abrigo de Benzú, así como el propio depósito han permitido la realización de este tipo de análisis a pesar de los problemas de dureza y conservación explicados (Capítulo 6).
DISTRIBUCIÓN MICROESPACIAL DE LA FAUNA TERRESTRE EN EL ABRIGO DE BENZÚ
El procedimiento utilizado en este capítulo ha consistido en presentar en una serie de tablas los complejos donde se ha documentado fauna terrestre (FIGURA 16.6), indicando en los casos muestreados las cantidades (TABLAS 16.1. a 16.7; ver también Capítulos 6 y 10). Y en concreto se valoran los que presentan indicios de estar quemados. También se reseñan algunas zonas con datos específicos de la parte ósea documentada y en su caso indicaciones de diagnóstico, clasificación y características morfométricas.
ESTRATO 7
Los restos de fauna terrestre en este estrato han sido documentados por medio de pequeños fragmentos en los complejos indicados en la TABLA 16.1. Destacamos el registro documentado en los complejos CB-03-BVII-7A-3 y de CB-03-CVII-7C-26 (TABLA 16.1).
En este estrato no existe una distribución espacial clara. Destacamos tres fragmentos óseos de tamaño inferior a 30 milímetros, excepto uno de ellos que se ha podido identificar como un hueso largo con un tamaño superior a 40 milímetros procedente de CB-03-BVII-7A-3. El género al que pertenece no se ha podido identificar debido al estado de conservación del hueso. Corresponde al estrato de mayor dureza y resulta imposible obtener inferencias del comportamiento de los ocupantes del abrigo a partir de dicho registro.
Tabla 16.1. Relación de cuadrículas y complejos con presencia de fauna terrestre del Estrato 7
ESTRATO 6
Los restos de fauna terrestre en este estrato han sido documentados en los complejos que se presentan en la TABLA 16.2. Destacamos el registro cuantitativo de los complejos CB-03-CVII-6A-31, CB 03-BVII-6A-35, CB-03-CVII-6B-40, CB-03-BVII-6B-41, CB-03-BVII-6B-44, CB-03-BVII-6C-49, CB-03- BVII - 6C-50A, CB-03-BVII-6C-50B, de la cuadrícula BVII.
También están presentes en CB-07-CV-6C-146, CB-07-CV-6C-147, CB-07-CV-6C-148, CB-07-CV-6C149 y CB-07-CV-6C-151 de la cuadrícula CV.
Se documentan además en CB-07-CVI-6C-116, CB-07-CVI-6C-117, CB-07-CVI-6C-118 y CB-07-CVI6C-122 de la cuadricula CVI.
Estos registros se han constatado así en los estratos 6A, 6B y 6C (TABLA 16.2, FIGURA 16.1).
Desde un análisis de situación microespacial y tras analizar la frecuencia del registro en las muestras analizadas destacamos el complejo CB-07-CVI-6C-116, que presenta la mayor acumulación de huesos con un total de 58 restos óseos: 13 con un tamaño inferior o igual a 10 milímetros, 30 con un tamaño inferior o igual a 20 milímetros, 11 con un tamaño inferior o igual a 30 milímetros, 2 con un tamaño inferior o igual a 40 milímetros y 2 con un tamaño superior a 40 milímetros; además de ejemplares termoalterados. A este complejo le siguen en relación a la cantidad de fragmentos óseos, los complejos CB-07-CV-6C-148, de la cuadrícula CV, y CB-07-CVI-6C-117 de la cuadrícula CVI, con un total de 50 y 47 restos óseos documentados respectivamente. Esta significativa documentación de huesos y su grado de fragmentación podrían indicar la presencia cercana de una zona de procesamiento de fauna terrestre, cazada en el entorno de CB-07-CV-6C-148 y de CB-07-CVI-6C-117.
Tabla 16.2. Relación de cuadrículas y complejos con presencia de fauna terrestre del Estrato 6
Figura 16.1 Distribución microespacial de fragmentos óseos en las cuadrículas CVI y CV. Estrato 6C
ESTRATO 5
La distribución de los restos de fauna terrestre en este estrato es muy numerosa en el marco de la ocupación del Abrigo de Benzú (TABLA 16.3; FIGURAS 16.2 y 16.3).
Del conjunto de muestras registradas en un sucinto análisis de su distribución espacial llama la atención la significativa presencia de fragmentos óseos en los complejos CB-07-CV-5A-156, CB-07- CV-5A-157, CB-07-CV-5A-159, CB-07-CV-5A-160, CB-07-CV-5A-161, CB-07-CV-5A-164, CB-07-CV-5A168, CB-07-CV-5A-170, CB-07-CV-5A-173, CB-07-CV-5A-175 de la cuadrícula CV; en los complejos CB-07-CVI-5A-120, CB-07-CVI-5A-132 y CB-07-CVI-5A-134 de la cuadrícula CVI; del complejo CB-04- CVII-5C-59E de la cuadrícula CVII y CB-08-DV-5A-199 y CB-08-DV-5A-200 de la cuadrícula DV. En el espacio comprendido por estos complejos es donde se aprecia una mayor concentración de restos óseos con tamaños inferiores a 10 milímetros y superiores a 40 milímetros; siendo en los complejos CB-07- CV-5A-159 (con un total de 122 restos óseos) y CB-07-CV-5A-185 (con un total de 55 restos, de los cuales 5 son superiores a los 40 milímetros) los mas significativos en cuanto a documentación de evidencias.
Pero no solo destacan por su número, sino también por la alta presencia de restos quemados en CB 07-CV-5A-160, CB-07-CV-5A-164, CB-07-CV-5A-175, CB-07-CV-5A-182, CB-08-CV-5A-205, CB-08-CV-5A206, CB-08-CV-5A-210, CB-08-CV-5A-217 en la cuadrícula CV; CB-07-CVI-5A-120, CB-07-CVI-5A-132 y CB-07-CVI-5C-134 de la cuadrícula CVI; y CB-07-DV-5A-190, CB-08-DV-5A-200 de la cuadrícula DV, frente al resto de complejos del estrato 5.
Figura 16.2 Distribución microespacial de fragmentos óseos en las cuadrículas CVI, CV y DV. Estrato 5A
Tabla 16.3. Relación de cuadrículas y complejos con presencia de fauna terrestre del Estrato 5
Tabla 16.3. Relación de cuadrículas y complejos con presencia de fauna terrestre del Estrato 5
Cabe destacar de los complejos citados anteriormente, en los casos CB-07-CV-5A-156, CB-07-CV5A-170 y CB-08-CV-5A-204 de la cuadrícula CV; así como en CB-08-DV-5A-199 y CB-08-DV-5A-200 de la cuadrícula DV, la presencia de dientes (en mal estado de conservación atribuibles por sus dimensiones a la familia Bovidae). Fragmentos de costillas en los complejos CB-07-CV-5A-157 y CB-07-CV-5A-170 de la cuadrícula CV, y huesos largos en CB-07-CV-5A-161, 1 CB-07-CV-5A-164, CB-07-CV-5A-173, CB07-CV-5A-182, CB-08-CV-5A-209 y CB-08-CV-5A-213 de la cuadrícula CV, y un posible resto de falange en el complejo CB-07-CV-5A-156 de la cuadrícula CV.
Desde el punto de vista espacial, podríamos en este caso afirmar una distribución espacial clara, ya que la alta presencia de huesos de diferentes tamaños con un alto porcentaje de restos fragmentados y fracturados a lo que debemos sumar el número de restos óseos quemados permite inferir que estaríamos ante una posible zona de consumo de presas con un fuego en las cercanías, y de tránsito frecuente por el estado de los restos, ya que pudieron haber sufrido acción de pisoteo.
Figura 16.3 Distribución microespacial de fragmentos óseos en las cuadrículas CVI, CV y DV. Estratos 5A y 5C
ESTRATO 4
La distribución completa de los restos de fauna terrestre en este estrato se presenta en la TABLA 16.4 y en las FIGURAS 16.4 y 16.5. Del conjunto de muestras registradas hemos muestreado algunos complejos: CB-08-CV-4A-227, CB08-CV-4A-228 y CB-08-CV-4A-229 de la cuadrícula CV-Estrato 4A; CB-07-CVI-4B-142, CB-07-CVI-4B144, CB-07-CVI-4B-191, CB-07-CVI-4B-193, CB-07-CVI-4B-194, CB-07-CVI-4B-196 de la cuadrícula CVI -Estrato 4B y CB-08-DV-4A-222; y CB-08-DV-4A-226 de la cuadrícula DV. Estos son los más destacados por su número de restos e igual que el estrato anterior, también por la significativa presencia de restos quemados en CB-08-DV-4A-226, CB-08-CV-4A-229, CB-07-CVI-4A197, CB-07-CVI-4B-142, CB-07-CVI-4B-145, CB-07-CVI-4B-191, CB-07-CVI-4B-194 y CB-07-CVI-4A-198.
Cabe destacar de los complejos citados anteriormente: CB-08-CV-4A-228, CB-07-CVI-4B-144, CB07-CVI-4B-193 y CB-08-DV-4A-222 por la presencia de dientes (en mal estado de conservación, atribuibles por sus dimensiones y similitudes a los hallados en el estrato anterior, a la familia Bovidae). Fragmentos de costillas se documentan en los complejos CB-08-CV-4A-227 y CB-08-CV-4A-228 de la cuadrícula CV, y huesos largos en el complejo CB-07-CVI-4B-145 de la cuadrícula CVI y en CB-08-DV-4A-222 de la cuadrícula DV, y una posible falange que como ocurre con la mayoría de los restos óseos encontrados, están en muy mal estado de conservación y no es posible la identificación del mismo en el complejo CB-07-CVI-4B-196 de la cuadrícula CVI.
Desde el punto de vista espacial, la concentración de restos óseos en el estrato 4, al igual que sucedía en el estrato anterior, nos indica una clara continuación temporal en la ocupación del abrigo. La alta presencia de huesos de diferentes tamaños, con la diferencia de que los huesos de 40 milímetros y superiores son más frecuentes, con un alto porcentaje de restos fragmentados y fracturados a lo que debemos sumar el número de restos óseos quemados, nos indica que a nivel espacial, estaríamos ante una posible zona de procesado de presas, las cuales también se consumirían in situ, e igual que el Estrato 5, probablemente habría un fuego en las inmediaciones y estaría bastante frecuentada por los habitantes del abrigo
Tabla 16.4. Relación de cuadrículas y complejos con presencia de fauna terrestre del Estrato 4
Figura 16.4 Distribución microespacial de fragmentos óseos en la cuadrícula DV. Estrato 4A
Figura 16.5 Distribución microespacial de fragmentos óseos en la cuadrícula CVI. Estrato 4B
ESTRATO 3
Los restos de fauna terrestre en este estrato (TABLA 16.5), han sido documentados en los complejos CB-08-CVI-3A-240, CB-08-CVI-3A-242, CB-08-CVI-3A-243 y CB-08-CVI-3A-244 de la cuadrícula CVI. En la cuadrícula CVII se documentan en los complejos CB-05-CVII-3A-82, CB-05-CVII-3B-76, CB-05- CVII-3B-77, CB-05-CVII-3B-78, CB-05-CVII-3B-79, CB-05-CVII-3B-80, CB-05-CVII-3B-81, CB-05-CVII-3B85, CB-05-CVII-3B-87, CB-05-CVII-3B-89, CB-05-CVII-3B-93 y CB-05-CVII-3B-96.
En la cuadrícula DV se documentan en los complejos CB-08-DV-3A-247, CB-08-DV-3A-248 y CB-08- DV-3A-250. Del conjunto de muestras registradas para una aproximación microespacial hemos realizado un muestreo en los complejos CB-08-CVI-3A-243, CB-08-CVI-3A-244 de la cuadrícula CVI, y CB-08-DV3A 248 de la cuadrícula DV. De este estrato no existe una distribución espacial que permita inferir ideas de actividades, ya que sólo destacan dos fragmentos de dientes en CB-08-CVI-3A-243 de la cuadrícula CVI y CB-08-DV-3A 248 de la cuadrícula DV, y un único resto óseo quemado en CB-08-CVI-3A-244 de la cuadrícula CVI.
Tabla 16.5. Relación de cuadrículas y complejos con presencia de fauna terrestre del Estrato 3
ESTRATO 2
La distribución de los restos de fauna terrestre en este estrato se documenta en los complejos presentados en la TABLA 16.6 procedentes de la cuadrícula CVII. Se ha muestreado un fragmento de hueso inferior a 10 milímetros en el complejo CB-05-CVII-2-99 de la cuadrícula CVII. La limitada evidencia, y la fragmentación de los registros no permite obtener mayores inferencias de orden microespacial, sólo destacamos esta presencia.
Tabla 16.6. Relación de cuadrículas y complejos con presencia de fauna terrestre del Estrato 2
ESTRATO 1
El registro óseo del estrato 1 es limitado. Hay algunas evidencias en los complejos indicados en la TABLA 16.7, correspondientes a fragmentos documentados en las cuadrículas DVII y CVII. Con estos datos sólo podemos indicar la presencia de fauna sin poder obtener mayores inferencias
Tabla 16.7. Relación de cuadrículas y complejos con presencia de fauna terrestre del Estrato 1
Figura 16.6. Histograma con la distribución de restos de macrofauna terrestre

