El abrigo y la cueva de Benzú memoria de los trabajos arqueológicos de una década en Ceuta (2002-2012)
Capítulo 22
Análisis polínico de los niveles holocenos de la cueva de Benzú y conclusiones del análisis polínico del yacimiento de Benzú
ANÁLISIS POLÍNICO DE LA CUEVA DE BENZÚ
La toma de muestras, realizada en la campaña de campo del 2002, fue llevada a cabo en el afloramiento del interior de la cueva y de muro a techo para evitar los posibles problemas de contaminación (FIGURA 22.1). Todo el proceso de extracción de los granos de polen y concentración del residuo se ha realizado de acuerdo con los protocolos establecidos (Coûteaux, 1977; Goeury y de Beaulieu, 1979). Los datos de polen se presentan en la FIGURA 22.2, donde las frecuencias relativas de taxones arbóreos y arbustivos se calcularon a partir del total, excluyendo el polen de la vegetación acuática y las esporas; y las agrupaciones se obtuvieron mediante la acumulación de porcentajes de taxones con exigencias ecológicas similares.
En cuanto a los resultados obtenidos, la identificación de 57 taxones (10 arbóreos, 10 arbustivos y 32 herbáceos, 9 taxones acuáticos, además de esporas tanto monoletas como triletas y de Concentriciste), evidencia a gran escala (Ruiz Zapata y Gil García, 2003a y b), la gran diversidad florística, de un paisaje vegetal dominado por los espacios abiertos. La naturaleza de sus componentes y su evolución son la base para llevar a cabo la interpretación del espectro polínico en términos climáticos y /o antrópicos.
Con los datos polínicos obtenidos se ha realizado una representación gráfica (FIGURA 22.2) de las agrupaciones de los taxones seleccionados, de acuerdo a sus exigencias ecológicas; de este modo se definen los siguientes grupos: los taxones Mesófilos (Quercus tipo caducifolio, Betula, Juglans) y los taxones Mediterráneos (Quercus tipo perennifolio, Oleaceae, Celtis, Ceratonia), que evidencian la instalación de unas condiciones climáticas de carácter mediterráneo, más cálido y con unas precipitaciones superiores, a las actuales, aunque de carácter estacional, lo que explica la permanencia de los taxones de Ribera y acuáticos (Ramos et alii 2006; Ruiz Zapata y Gil García, 2003a, 2003b y 2004). A ello se une la información obtenida de las agrupaciones realizadas, en base a los taxones herbáceos, que desde el punto de vista climático, comprendería a los grupos: Xéricos (Asteraceae tipo liguliflorae, Asteraceae tipo tubuliflorae y Poaceae) y Estépicos (Artemisia, Chenopodiaceaae y Ephedracea).
Sin embargo, desde el punto de vista antrópico, las agrupaciones realizadas están basadas en el grado de nitrificación del suelo así como del origen de mismo, siendo los grupos obtenidos: Ruderales (Asteraceae tipo liguliflorae, Asteraceae tipo tubuliflorae, Boraginaceae, Dipsacaceae, Artemisia, Rumex, Papaveraceae, Malvaceae, Solanaceae), Nitrófilos (Plantago, Chenopodiaceae, Rubiaceae, Geraniaceae y Polygonaceae) y los Pastizales (Apiaceae, Brassicaceae, Caryophyllaceae, Fabaceae y Fumariacea). En este contexto, la actividad antrópica detectada estaría centrada en la potenciación de los recursos.
Figura 22.1. Detalle de la secuencia Cbn analizada (Cueva de Benzú)
explotables, dando como resultado el desarrollo de praderas de carácter semiestépico y de pastizales (Ruiz Zapata y Gil García, 2003a y b). Como se puede observar hay taxones que se incluyen en dos grupos porque pueden tener distinto significado, que dependerá del contexto en el que se encuentren.
Este es un fenómeno normal en los taxones de familia o género por la diversidad ecológica de las especies que integran (Burjachs, 1990). Además en esta selección de los taxones más relevantes también se han incluido: Pinus, elemento de la vegetación regional y Juniperus, que aunque forma parte de la vegetación local, no comparte exigencias ecológicas con el resto de los taxones identificados, por lo que se representan individualmente.
En función de la relación existente entre el comportamiento de los taxones y los dos niveles arqueológicos identificados (Ruiz Zapata y Gil García, 2003a, 2003b y 2004), se definieron 2 zonas:
Figura 22.2. Relación de los taxones y agrupaciones más relevantes de la secuencia Cbn (Cueva de Benzú, Ceuta)
■ Zona-I: corresponde al nivel estratigráfico I (entre 30 y 50 centímetros), y se define por la menor representación y diversidad del estrato arbóreo, constituido por taxones de carácter mediterráneo y de Ribera. En cuanto al estrato herbáceo dominan los taxones Xéricos, las plantas Ruderales y en menor medida las Nitrófilas.
■ Zona-II: (0-30 centímetros) equivalente al nivel estratigráfico II, presenta cambios importantes en el conjunto de la vegetación, resumidos en las presencias de Pinus y Cedrus, el aumento de Juniperus y de los taxones Mediterráneos, en el retroceso de los de Ribera, Xéricos y Ruderales. Sin embargo estos cambios se manifiestan en dos etapas definidas como:
❙ Zona-II.a: caracterizada por el repunte de los taxones Mesófilos, el aumento de Juniperus y de las Nitrofilas, frente a la caída de las plantas Ruderales y Pastizales, asociado a un aumento importante de la diversidad, definido a través de los valores alcanzados por el índice de Rarefacción.
❙ Zona-II.b: a lo largo de la cual se expanden los taxones Mediterráneos, asociados a un retroceso de los taxones de Ribera y los Mesófilos junto al aumento de de los Pastizales, Ruderales, Nitrófilos y los taxones Xéricos. En conjunto se aprecia una tendencia progresiva hacia un aumento de la mediterraneidad, asociado a una pérdida de humedad que culmina en un paisaje degradado, donde hay una fuerte incidencia de la actividad de los organismos en las proximidades, lo que podría explicar el aumento de la diversidad.
CONCLUSIONES DEL ANÁLISIS POLÍNICO DEL YACIMIENTO DE BENZÚ
Con el fin de realizar una síntesis de la evolución de la vegetación, en las secuencias de Benzú se ha realizado la correlación de las mismas mediante un Análisis de Componentes Principales (ACP), de las muestras de los dos perfiles analizados, el Abrigo (Cbt) y la cueva (Cbn), obteniendo un total de 4 componentes que juntos explican el 93,4% de la variabilidad de los datos. Se han presentado las agrupaciones correspondientes a la relación entre los componentes 1 y 2, por ser las que presentan un mayor poder discriminatorio (FIGURA 22.3). En este sentido, lo primero que se aprecia en la ordenación de las muestras en el componente 1 y 2 es un buen nivel de división de ambos ejes, que pone de manifiesto una buena diferenciación entre ambos perfiles. En base al componente 2, se observa la existencia de dos grandes grupos, que aíslan a las muestras procedentes del Abrigo (sobre valores positivos del componente 2) respecto a las de la cueva, (ubicadas sobre los valores negativos de dicho componente). Esta agrupación se relaciona probablemente con la estructura de la vegetación; así los valores positivos definen paisajes, caracterizados por el domino del estrato arbóreo, frente a los desarrollados sobre valores negativos, que agrupan a las muestras correspondientes a paisajes abiertos. La discriminación del componente 1, siempre sobre valores positivos, aún siendo en principio de menor calado, presenta una ordenación (FIGURA 22.3), creando una segunda división, que afecta tanto a las muestras de la secuencia Cbt (agrupaciones A, B y C), como a las de la secuencia Cbn (agrupaciones D y E). Dicha ordenación responde, en líneas generales, a la composición de la vegetación; así en el grupo A, se ubican las muestras que presentan altos valores de Cedrus y una escasa representación
Figura 22.3. Análisis de Componentes Principales (ACP) de las muestras de los perfiles Cbt (del Pleistoceno Superior) y Cbn (Holoceno), de la Cueva de Benzú (Ceuta) a lo largo del componente 1 y 2
de los taxones Xéricos; en el grupo B se aglutinan las muestras caracterizadas fundamentalmente por presentar un dominio de los taxones Mediterráneos; el grupo C, concentra a las muestras en las cuales hay una alta representación de Pinus, de los taxones Nitrófilos y un aumento considerable de los taxones Xéricos. Finalmente, en el grupo E los taxones dominantes son principalmente los de carácter Xérico. Por tanto, se puede decir que el componente 1 discrimina en función del grado de xericidad, siendo este mínimo sobre bajos valores y máximo sobre altos valores del citado componente.
Para analizar la composición de los espectros polínicos, desde un punto de vista temporal, se ha utilizado la representación gráfica de la evolución porcentual de los taxones independientes (Pinus, Cedrus, Juniperus y Asphodelus), así como de las agrupaciones de taxones más significativas desde el punto de vista climático y antrópico (FIGURA 22.4).
De este modo se aprecia como bajo una composición aparentemente homogénea de la vegetación, el desarrollo de los taxones o agrupaciones de los mismos establece grandes diferencias entre los espectros polínicos del Abrigo y de la Cueva. En el caso del Abrigo, se ha podido determinar, para el Pleistoceno Superior, la existencia de fases predominantemente cálidas, con fluctuaciones en la tasa de humedad. Dichas fluctuaciones se ajustan a un patrón cíclico, materializado en el desarrollo de las Zonas I y II (fase A) y Zonas III y IV (fase B). Las Zonas I y III se caracterizan por la instalación de un bosque con elementos de carácter Mesófilo y Mediterráneo, junto a un cortejo arbustivo y herbáceo variado y una alta representación de taxones de Ribera. Estos paisajes alternan con los desarrollados en las Zonas II y IV, durante las cuales queda patente la pérdida de la masa forestal, la ausencia de taxones Mesófilos, el desarrollo de los taxones Xéricos y Estépicos, junto a una importante pérdida de diversidad, materializada en el valor del índice de Rarefacción. El tránsito entre ellas queda siempre definido por una pérdida importante de la humedad, que actúa sobre unos paisajes mediterráneos relativamente abiertos (Ruiz y Gil, 2003a y b), donde la sucesión de las etapas de recuperación/degradación, se va traduciendo en una progresiva pérdida de la diversidad.
Sin embargo, durante el Holoceno el paisaje vegetal no sólo es más homogéneo, sino que está caracterizado por la presencia de espacios abiertos (bajos porcentajes del estrato arbóreo, asociado a una casi ausencia de Pinus y de Cedrus y un descenso importante de los taxones Mesófilos y Mediterráneos), desarrollados bajo unas condiciones de carácter claramente mediterráneo (dominio de los taxones Mediterráneos sobre los Mesófilos) y más seco (menor representación de los taxones de Ribera, junto a una mayor representación porcentual de los taxones herbáceos de carácter Xérico y Estépico). En el marco temporal que abarca el perfil Cbn queda patente una mayor presión antrópica sobre el entorno y su impacto sobre el paisaje, materializada en el dominio de los taxones que conforman el grupo de plantas Ruderales y Pastizales, así como en el desarrollo continuo y progresivo de los taxones Nitrófilos, todo ello indicativo del aumento de la nitrificación del suelo. Tambien es importante señalar el comportamiento de Asphodelus, cuyo desarrollo está asociado a la presencia de fuego; en la secuencia Cbt su desarrollo es posterior a los máximos de las plantas Nitrófilas, lo que podría entenderse como eventos cíclicos, asociados a procesos de higienización del medio, previos a una nueva ocupación y por tanto determinar que dicha ocupación no ha sido continua; sin embargo en el caso de la secuencia Cbn, la alternancia es menos visible, debido probablemente a que el tipo de ocupación que se produce sería más continuada, al menos estancias más prolongadas en el tiempo
Figura 22.4. Representacion porcentual de los taxones o grupos de taxones más significativos a lo largo de las secuencias del Abrigo de Benzú (Cbt) y de la Cueva de Benzú (Cbn)

