Intoducción
Cap. 5
Fuentes y bibliografía
Cap. 1
Cap. 6
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 9
Cap. 7
Cap. 4
Cap. 8

INTRODUCCIÓN

1.- EL MARCO GEOGRAFICO Y POLITICO.

IMPORTANCIA DE LA CIUDAD DE CEUTA EN LA EDAD MEDIA

El Norte de África, en su zona occidental, termina en un trapecio, cuyo lado menor lo forman las costas africanas del Estrecho de Gibraltar.

En el vértice oriental del Estrecho, una estribación del macizo del Anyera, el monte Hacho con sus 192 metros, se adentra en el Mar Mediterráneo y se une a tierra firme a través de una estrecha franja de tierra, formada a su vez por varias colinas, que fueron y son, el asentamiento de la ciudad de Ceuta.

Encerrada en una franja de tierra, la ciudad solo tenia dos posibles direcciones de desarrollo y ambas muy limitadas.

En ninguna otra ciudad hispano-musulmana, la geografía constituye una determinante tan decisiva de su estructura, como en el caso de Ceuta.

Situada geográficamente en un istmo, entre el Mediterráneo y el Atlántico, entre África y Europa, tiene una posición geoestratégica inmejorable en orden a las comunicaciones, tanto marítimas como terrestres. Es la ciudad africana más cercana a Europa.

Esta situación privilegiada de Ceuta, le ha convertido en una encrucijada de la Historia. Llave del Estrecho, paso entre África y Europa, canal entre el Mediterráneo y el Atlántico, y puerta de paso en los cuatro sentidos.

Por esta situación privilegiada, ha tenido que pagar un fuerte tributo. Ceuta ha sido un escenario bélico casi constante, con pugna entre los poderes y la civilización europea, que la ha poseído casi ininterrumpidamente desde los albores de la cultura urbana, y, por otro lado, los poderes africanos. Estos últimos, en parte celosos del contraste entre el florecimiento de esta ciudad y la pobreza de las tierras que la rodean, y en parte, por un "sentimiento de ahogo y de bloqueo", ya que no podían controlar las riquezas proporcionadas por el esplendoroso comercio que se deriva de la situación geográfica de la ciudad.

El paso del Estrecho, tanto en dirección Norte-Sur, como de Este- Oeste (o viceversa), era y es, una ruta obligada, no sujeta a modismos ni a caprichos políticos. Ceuta, fue unas veces más, otras veces menos, el trampolín necesario para ese paso.

El estudio de la Historia de Ceuta, no constituye portanto, una mera historia local, puesto que sobrepasa los límites de su geografía. Es imposible comprender lo mucho que el Norte de África significó para España y Portugal, ni lo que la Península Ibérica significó para el Norte de África, sino es por la mediación de Ceuta.

En la Edad Media, al Norte de ella, el califato omeya de Córdoba y después los reinos de taifas, intentaban dominar ambos lados del Estrecho, para afianzar y asegurar su independencia, además de las ventajas económicas que dicho dominio conllevaba.

Al Sur, los poderes africanos que resurgían a etapas alternativas de decadencia, veían a Ceuta, como un escalón previo y necesario para efectuar la escalada de la Península Ibérica.

Este par de fuerzas de distinto sentido aplicadas en la ciudad, solía dar tres resultados diferentes.

Cuando los poderes establecidos en el Sur de la Península, pasaban por una época de esplendor y sus esfuerzos bélicos no eran absorbidos por los ataques de los reinos cristianos del Norte, Ceuta eral asimilada por el Sur de la Península.

Cuando los poderes establecidos en el Norte de África, resurgían fuertemente, Ceuta, era conquistada muy poco antes de que lo fueran sus vecinas Algeciras y Tarifa.

Existía un tercer resultado en este par de fuerzas. Cuando éstas se hallaban debilitadas o estaban bastante igualadas, Ceuta lograba su independencia.

Este aspecto direccional de su historia, influyó enormemente en su desarrollo urbano.

Ceuta, creció alternativamente, en la misma dirección que mostraba en su historia política.

El barrio denominado "Arrabal de Afuera", situado en dirección Oeste, hacia el Magreb, creció en aquellas épocas en las que la ciudad, era dominada por el Sur.

Otros barrios situados al Este, nacieron y se desarrollaron, cuando Ceuta era dominada por el Norte o cuando era independiente.

La ciudad estaba rodeada al Sur por tierras despobladas. Una urbe floreciente y próspera, en medio de una geografía en la cual, aún no se había desarrollado el urbanismo, ni el sedentarismo. Por ello, mientras pudo, su dirección fue el Norte y no miró al Sur, más que cuando se la obligó por la fuerza de las armas.

Esta tendencia hacia el Norte durante toda la Edad Media, no fue únicamente en el aspecto político, sino también en el religioso y cultural. Si el Islam, es una religión de fuerte componente urbano y cultural, era lógico que Ceuta, ciudad floreciente por su demografía y vida comercial, límite sur-occidental del urbanismo musulmán andalusí, fuera asimismo un centro religioso y cultural.

Las aguas del Estrecho de Gibraltar, actuaban como un prisma en el cual, se refractaban las corrientes religiosas y culturales hispano- musulmanas. Incluso Ceuta, llegó a ser, a través de sus sabios, una auténtica luz en muchos aspectos, que irradió cultura y sabiduría religiosa al resto de la España musulmana.

A través del presente estudio, Ceuta, aparece ante nuestros ojos, como una de las más importantes ciudades del occidente musulmán, con un urbanismo bien definido, aunque con particularidades marcadas esencialmente por su especial geografía.

Partiendo de una metodología múltiple y de una escasamente utilizada perspectiva de análisis de una ciudad islámica, hemos intenta- do en este trabajo, identificar y localizar en el plano actual, los distintos elementos del urbanismo medieval ceutí relacionados con la cultura y la religión. También hemos estudiado sus funciones y su distribución en el espacio urbano.

Nuestros trabajos previos sobre el urbanismo ceutí (véase bibliografía), han servido de base en la que en algunos momentos, nos apoyaremos, intentando con ello, no ser reiterativos.

II. METODOLOGIA

El trabajo que tiene en sus manos el lector, trata de reflejar el análisis de una ciudad islámica medieval, desde una perspectiva múltiple.

En la actualidad, el estudio del urbanismo medieval, goza de una especial dedicación por parte de los arqueólogos, que han hecho evolucionar los modelos operativos, magníficamente expuestos por Torres Balbás hace casi medio siglo.

Los estudios de varios autores (Seco de Lucena, Gisbert, Gutiérrez, Pavón, etc.), respecto a ciudades concretas, han permitido al grupo de estudio sobre el urbanismo musulmán, dirigidos por M. Epalza, revisar el modelo de urbanismo y abrir nuevas perspectivas de análisis general. Estos modelos operativos, serán utilizados en el trabajo, aunque profundizaremos en ellos y encontraremos nuevas relaciones entre las distintas fuentes de las que podemos obtener datos y de esta forma, propondremos nuevas hipótesis.

En cuanto a las fuentes utilizadas, los autores medievales que citan a Ceuta, son muchos. Sin embargo, pocos son los que nos dan datos útiles para el estudio de su urbanismo.

Muchos geógrafos, solo la citan dentro del contexto geográfico del Estrecho y paradójicamente, algunos historiadores o biógrafos, aportan algunos datos de interés.

Entre todos estos autores, destaca por la riqueza de contenido, la descripción de Ceuta de Al Ansari. Este autor, escribió su obra después de la conquista de Ceuta por los portugueses, es decir basándose en recuerdos. Para H. Terrasse, muchos de los datos cuantitativos dados por Al Ansari, eran exageraciones. Esta afirmación, tras el cotejo y comparación con otras fuentes, hay que ponerla en duda, como veremos a través de este trabajo. En otro trabajo nuestro, hemos podido identificar y localizar por zonas, un total de 188 topónimos urbanos de un total de 214 citados por Al Ansari, lo que supone un 88 % y nos muestra la fiabilidad casi absoluta de los datos que nos da este autor.

Hemos consultado las cuatro traducciones que conocemos de este autor (dos en castellano, una en portugués y otra en francés), cotejando las diferencias, y hemos optado por aceptar íntegramente la traducción del profesor Vallvé Bermejo. Su trabajo de traducción, lo acompaña además de un aparato critico muy estimable y que nos ha servido de guía en los primeros pasos nuestros por la Ceuta medieval.

El estudio del urbanismo medieval ceutí, no lo podemos detener en el siglo XV, puesto que los portugueses utilizaron en gran parte la floreciente ciudad que conquistaron. Las iglesias y ermitas nos indican la continuidad de las mezquitas y zawiyyas. Las calles y caminos, se trazan sobre los ya existentes. Los palacios y casas, en determinadas zonas, continúan su función y las fortificaciones permanecen en su estructura, hasta que el uso de la artillería por los asaltantes, hace cambiarlas por completo y adaptarlas. Pero su adecuación no se produce hasta mediados del siglo XVI.

Para este tipo de estudio (realizado en sentido cronológico inverso), nos hemos basado en dos tipos de fuentes. Por un lado las fuentes escritas, sin dejar "a priori", ningún dato, ni siquiera aquellos que nos aportan los autores muy modemos, aunque éstos tengan que ser sometidos a una critica y a una comparación con otras fuentes.

Por orden de importancia, entre las fuentes escritas, podemos establecer el siguiente listado:

1. -Fuentes medievales, coetáneas del tema que tratamos.

2. -Crónicas y documentaciones portuguesas. Han sido muy olvida- das y desconocidas por la historiografía española, pero nos aportan datos preciosos sobre el urbanismo medieval ceutí.

3. -Documentaciones castellanas. Tienen menos valor en lo referente al tema que nos ocupa, pero también son muy útiles en determina- das ocasiones.

Independientemente de las fuentes escritas, los grabados y planos de Ceuta, que abarcan desde finales del siglo XV, hasta el propio siglo XX, tienen un valor excepcional. La dificultad que presentan estos planos, es su dispersión en diversos archivos. La dedicación que hemos tenido respecto al estudio de los planos ceutíes desde hace ya muchos años, nos ha permitido recopilar copias o al menos consultar, un total de unos 450 planos anteriores al siglo XX, existentes en 14 bibliotecas o archivos. Algunos de estos planos y grabados, los hemos digitalizado con un scanner manual. Una vez pasada la imagen al ordenador, nos ha sido posible su ampliación y mejora, pudiendo apreciar algunos detalles. Resulta un método complicado, por lo que supone la utilización de varios programas, además de un apoyo instrumental básico.

También hemos utilizado como metodología, la localización y evolución, en sentido cronológico inverso, de las distintas ermitas e iglesias.
Sabido es, que el primer hecho que supone la "cristianización" de un determinado lugar urbano conquistado, era la conversión de la mezquita o mezquitas en iglesias.
Si nos fuera posible conocer la ubicación de las primitivas iglesias portuguesas, al menos en el recinto de lo que fue la ciudad portuguesa, podríamos, sin duda, localizar algunas mezquitas.
Pero, también una fundación tardía, nos puede estar marcando una continuidad, pues, por ejemplo en el llamado terreno de La Almina, que estuvo varios siglos casi despoblado, algunas torres-alminares, subsistirían cuando a finales del siglo XVII, la expansión urbana y los bombardeos de la zona del Frente de Tierra, obligaron a la población a desplazarse a esa zona. Estas torres alminares, se pueden apreciar en los grabados de finales del siglo XV y algunas también en el grabado de finales del siglo XVI.
Existen casos, en los que la ruptura de la ecuación "lugar de tradición religiosa", resulta evidente, pero son excepciones y además, casi siempre se mantiene una cierta "tradición", colocando la ermita en elementos urbanísticos musulmanes, aunque no hayan sido mezquitas. Por ejemplo, como veremos más adelante, la ermita de San Antonio, se colocó en una torre-puerta medieval, y la de San Sebastián, también se erigió en una torre-puerta medieval. ¿Acaso se hacia esto para cristianizar elementos arquitectónicos de evidente origen musulmán?. No nos atreveríamos a afirmarlo, pero creemos que si constituyó un factor más.
La unión de todas las fuentes, ya sean cartográficas, como bibliográficas, nos ha facilitado nuevas interpretaciones. Podemos decir, por tanto, que aunque el urbanismo medieval ceutí, tiene unos límites cronológicos bien delimitados (711-1415), su estudio necesita proyectarse fuera de esos límites y llevarlo a través de otras épocas, cuyas fuentes, portuguesas y castellanas, van a darnos luz clarificadora de lo que fue la ciudad en tiempos anteriores.
Además, utilizaremos en el trabajo, los escasos datos proporcionados por la arqueología medieval ceuti.

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