Más que cerámicas: Restos arquitectónicos medievales islámicos en Ceuta
Capítulo 3
Acuartelamiento Brull
El solar del antiguo acuartelamiento Brull fue incluido en el II Convenio entre la Ciudad de Ceuta y el Ministerio de Defensa suscrito en 2004. La adquisición de esta parcela de más de 10.000 m² se produjo en 2011.
Catalogado dentro del máximo nivel de protección arqueológica debido a la alta probabilidad de existencia de niveles arqueológicos, fue objeto de diversas actuaciones arqueológicas en 2010 y 2011. Bajo la dirección facultativa de Fernando Villada y técnica de Sonia Ayala y José Suárez se procedió en primer lugar a la realización de un serie de sondeos con medios mecánicos con el objeto de determinar la existencia o no de tales niveles de interés arqueológico y, en caso de confirmar su presencia, establecer su extensión aproximada, características esenciales, cronología y potencia. Así, fue sondeada una superficie aproximada de 360 m² con una potencia aproximada de entre 1´5 y 2 m. De los 24 sondeos realizados 9 permitieron documentar restos de estructuras medievales islámicas y en otros 10 se recuperaron materiales muebles fundamentalmente de la misma datación (Villada, Ayala y Suárez, 2010). En consecuencia, fueron definidas dos zonas, una en la que quedaron agrupados los sondeos en que aparecieron estructuras (área A) y otra que integraba aquellos en los que aparecían materiales arqueológicos muebles (área B) decidiéndose la realización de una nueva intervención, ya con medios manuales, que permitiese documentar estos niveles (fig. 8 y 9).
Fig. 8. Planta general de la primera fase (sondeos mecánicos) del acuartelamiento El Brull.
Fig. 9. Perfiles de los sondeos 9 y 10.
Así, entre 2010 y 2011 se desarrollaron dos nuevas campañas. En 2010 se realizaron 8 sondeos, que suponían una extensión excavada de aproximadamente 400 m², dispuestos en tres terrazas que conformaban la superficie del solar. En síntesis, la secuencia estratigráfica documentada mostraba, aunque no en todos los sondeos, una ocupación que comenzaba en el siglo X-XI, testimoniada por la existencia de la parte inferior de una estructura subterránea de la que se conservaban apenas 40 cm de potencia. En ella se recuperaron piezas de cocina modeladas a mano, ataifores de paredes curvas con vedrio melado interior y exterior y decoración de óxido de manganeso, un ataifor con decoración en verde y morado, jarritas de variada tipología, un fragmento con decoración de cuerda seca parcial y algunos candiles de piquera. Cabe suponer que el nivel de suelo asociado a esta estructura fue arrasado por construcciones posteriores (Lám. 16).
Lám. 16. Brull. Detalle de la base de la estructura subterránea altomedieval.
Una segunda fase, que fechamos entre el siglo XII y la primera mitad de la centuria posterior, fue identificada en los sondeos A (en el sector 2 se identificaron diversas estructuras murarias, en mal estado de conservación, asociadas a pavimentos con lajas de piedra de mediano tamaño que han sido interpretadas como restos de viviendas. En los sectores 3, 4 y 5 fueron documentadas dos nuevas viviendas, también en deficiente estado de conservación, que responden a los conocidos modelos de casas con patio central, de las cuales se excavaron 5 y 2 estancias respectivamente), B (en que tan solo fueron puestos al descubierto restos de pavimentos de cal) y C (en el que se constató la existencia de tres muros de esta cronología) (lám. 17).
Lám. 17. Brull. Detalle de la letrina de una de las viviendas.
Otra fase medieval, pero de cronología mariní, se superponía a la anterior. Se documentaron restos de diversas viviendas, muy afectadas por las construcciones de época contemporánea, distribuidas en torno a calles y adarves que formaban escaleras para salvar el desnivel existente entre terrazas (láms. 18 y 19).
Lám. 18. Brull. Calle principal.
Lám. 19. Brull. Vivienda reformada en época mariní.
Correspondiente aún a época medieval islámica, debemos reseñar la aparición en la zona norte del solar de los restos de una necrópolis en la que fueron excavadas cinco sepulturas en muy mal estado de conservación y asociadas a rellenos de tierras y conchas tan característicos de los cementerios islámicos bajomedievales ceutíes.
Esta zona debió de ser abandonada tras la conquista portuguesa pues únicamente han sido documentados estratos de época contemporánea.
La segunda intervención, realizada en 2011, permitió profundizar en el estudio de los restos descritos confirmando las dataciones (es de reseñar que en esta ocasión no fueron documentados restos anteriores a la fase almohade) y funcionalidades propuestas en la anterior excavación. Como dato relevante cabe reseñar que fueron identificadas diversas refacciones en estas viviendas lo que indica su utilización a lo largo de un periodo relativamente amplio de tiempo y cómo los ejes viarios fundamentales se mantienen en lo básico en la fase mariní posterior.
Aunque en mucho peor estado de conservación que el resto de las intervenciones objeto de este artículo, los restos islámicos del acuartelamiento del Brull tienen el interés de confirmar lo conocido en otros sectores de la ciudad islámica en cuanto a la habitual construcción en terrazas, de ofrecer una secuencia precisa de la ocupación de este espacio que permite conocer los momentos de expansión contracción de la urbe ceutí, de permitir el conocimiento de momentos previos a época mariní escasamente documentados en otros ámbitos hasta ese momento y determinar la ubicación de una nueva necrópolis islámica.

