El Desnarigado.
Historia y leyenda de un pirata en aguas ceutíes.
Capítulo 4
El Desnarigado en las fuentes históricas contemporáneas
Un autor castellano del siglo XIX cita unos episodios que deben referirse, vagamente, a lo que protagonizó el Desnarigado, si bien no cita su nombre, pero es obvio que el autor ha conocido las fuentes lusas, y repasándolas muy rápidamente, las resume así:
“Solo su osadía y su indomable valor pudieron sacarle á salvo de tan terrible prueba; mas los Moros no tardaron mucho en repetir la tentativa. Validos de una obscura noche, acercan á Ceuta numerosos escuadrones, y con el mayor sigilo arman cuatro emboscadas, escondiendo casi toda la gente, y echando al amanecer alguna para escaramucear. Por las escuchas que rondaban alrededor de la plaza, se había enterado D. Pedro de las disposiciones de los Moros, y oponiendo á una astucia otra astucia, prepara cuatro contraemboscadas. Los Moros, creyéndole suyo, al ver que persiguiéndoles había rebasado la línea de su última celada; vuelven caras, y sucesivamente salen á cargarle los emboscados: pero los Portugueses contraemboscados, cayendo de sobresalto en ellos, los desbaratan con grandes pérdidas.”¹⁰⁶
¹⁰⁶ GALINDO Y DE VERA, León: Historia, visicitudes y política tradicional de España respecto de sus posesiones en las costas de África. Ed. Real Academia de la Historia, 1884. Parte II, Capítulo VI, p. 56.
En segundo lugar tenemos la obra de Manuel Criado y Manuel Ortega: Apuntes para la historia de Ceuta, publicada originalmente en 1925, que relata lo siguiente:
“El 6 de Mayo de 1417, el célebre corsario conocido con el nombre de El Desnarigado, hizo un desembarco en la Almina, en el mismo sitio donde los portugueses construyeron después un fuerte y los españoles la batería conocida con ese nombre; y sorprendiendo dormidos a los centinelas que allí había, los llevaron cautivos a Berbería con otros moradores de la ciudad, que descuidados se dedicaban a la pesca. Avisado D. Pedro de Meneses, mandó que Fernando Barreto, que estaba de guardia, persiguiese a los moros, logrando ganar la costa y rescatar a los prisioneros. En estas luchas por mar y por tierra, terminó 1417, habiéndose señalado en muchas ocasiones, por su valor y osadía, Ruy Gómez de Silva, que en una escaramuza capturó cincuenta y siete infieles y Martín López de Acevedo, que mató luchando cuerpo a cuerpo a un moro distinguido; teniendo los portugueses que lamentar el descalabro sufrido por el Adalid de la Plaza Alfonso Muñoz que con cinco compañeros quedó cautivo de los moros¹⁰⁷.
¹⁰⁷ CRIADO, Manuel y ORTEGA, Manuel: Apuntes para la historia de Ceuta. Ed. Librería F. Fe, p. 73.
No conocemos la fuente que usa para indicar la fecha del 6 de Mayo de 1417. Este relato entra en contradicción con el de Mascarenhas, que señala que Barreto no pudo hacer nada porque llegó tarde. Aquí se le asigna, sin citar la fuente, el mérito de haber rescatado a los prisioneros. Contreras afirma en cierto tono crítico que este relato se basa, sin citar, en la obra de Mascarenhas, pero nosotros tenemos serias dudas, pues no hubieran cometido una contradicción tan dispar respecto a Barreto. Creemos que Criado y Ortega han leído otras fuentes. ¿Quizás el libro leído por el anónimo submanirista que le habló a Contreras? Señalamos que se habla, pero ya en otro episodio, de la captura de seis portugueses por los musulmanes.
Julio Contretas escribió el libro contemporáneo de mayor información acerca de nuestro personaje. Fue uno de los primeros en recopilar las principales fuentes que mencionan al Desnarigado, concretamente, a Mascarenhas y a Criado-Ortega. Asimismo recoge un relato propio que le fue transmitido oralmente por un “experimentado submarinista de aquella zona”¹⁰⁸:
¹⁰⁸ ¿Quizás se refiera al famoso Juan Bravo, que tanto le debe la arqueología sub-acuática ceutí?
“El pirata berberisco que dio nombre al Castillo y su cala, era un esclavo condenado en las minas del Rif en los tiempos de la dominación musulmana. A todos los forzados que trabajaban en aquel lugar se les practicaba un profundo corte en el apéndice nasal al objeto de ser fácilmente reconocidos en caso de evasión. A pesar de tan salvaje medida, el protagonista de esta historia consiguió huir, acompañado de un pequeño grupo de seguidores, los que después de alcanzar la costa, se apoderaron de tres bajeles que les permitieron ejercer la piratería en las costas del Estrecho, con base en Ceuta”¹⁰⁹.
¹⁰⁹ CONTRERAS: El Desnarigado, p. 13-14.
Este relato es clave porque en realidad manifiesta la creencia más popular y extendida en quienes conocen la historia del Desnarigado en Ceuta. Notemos que señala que Ceuta era su base, y no solo el objetivo de una incursión ocasional del pirata. Asimismo menciona la condición de antiguo esclavo del corsario berberisco, detalle universalmente aceptado en Ceuta. Desgraciadamente, carece de toda fuente y el submanirista asegura que aunque lo leyó en alguna parte, no recuerda dónde, como indica Julio Contreras: “el confidente no pudo aportar dato alguno sobre la obra en cuestión ni el autor de la misma, y, para más “inri”, tampoco yo puedo recordar su nombre (el del submanirista)”¹¹⁰. Contreras también tiene las palabras más conocidas sobre el nombre de guerra de nuestro personaje:
¹¹⁰ Ibidem, p. 14.
“Este curioso apodo (Desnarigado), que, inmediatamente fue transferido al escenario de su luctuosa acción y las sucesivas fortificaciones que defendieron la playa inmediata, fue motivado, sin duda alguna, por el defecto, mutilación o, incluso, falta total de su apéndice nasal, lógica consecuencia, por otra parte, de la azarosa vida que el destino le había reservado”¹¹¹.
¹¹¹ Ibidem, p. 13.
Contreras, tras citar a Mascarenhas, saca las siguientes conclusiones de su lectura:
“La primera afirmación irrefutable es que el Desnarigado era un perfecto conocedor de las costas ceutíes y, en particular, de la cala que luego llevó su nombre. La razón es bien sencilla de explicar y, más aún, de comprobar actualmente.
Nadie, en su sano juicio, se atrevería a navegar en las cercanías de una costa agreste, escarpada y peligrosa, salpicada de rocas y bajíos, ocupada y vigilada por el enemigo y, además, de noche. Nadie, menos un osado y valiente corsario que la había surcado mil veces y conocía como la palma de su mano porque allí estaba “su casa”.”¹¹²
¹¹² Ibidem, p. 15.
Hacemos una parada en el texto de Contreras. Aunque ciertamente resulta lógico pensar que un ataque tan osado solo puede venir de un buen conocedor de las costas ceutíes, eso no lo hace un hecho comprobado históricamente. Sencillamente, resulta lógico, pero nada más. De hecho, debemos tener en cuenta la posible existencia de factores, motivos y causas que desconocemos por carecer de más fuentes. Es posible que tal osadía y eficacia se debiese a simple pericia pirata, o que el conocimiento de sus costas fuera transmitida por la presencia de antiguos habitantes ceutíes en la flota pirata, que podría estar dando un apoyo militar a las autoridades musulmanas de la región. Todo esto es, sin excepción alguna, pura especulación, como son las conclusiones de Contreras, hasta que se confirme con datos concretos. Y este texto intenta superar esta situación. Pero prosigamos en el texto de Contreras:
La segunda, extraída de la presencia de escuchas lusitanos en aquella zona, delata la existencia de una pequeña torre o atalaya que les sirviera de resguardo y permitiera, sobre todo, ejercer la vigilancia sobre la playa inmediata con un mínimo de seguridad. Posiblemente, la misma fortificación que había pertenecido al corsario antes de 1415. Desgraciadamente, la excesiva confianza o desidia de los centinelas portugueses, permitieron la sorpresa, primero, y las desgraciadas consecuencias, después.
La tercera conclusión, confirma la existencia de tres navíos (fustas) bajo el mando de el Desnarigado. Dos de ellas, fueron conquistadas por la flotilla lusitana, pero la tercera, con el Capitán Pirata a bordo, pudo salvarse en el río Benamaden”¹¹³.
¹¹³ Ibidem, p. 15- 6.
Estas palabras siguen fielmente, y sin muchas especulaciones, el relato de Mascarenhas, que no olvidemos que se trata de un trabajo escrito doscientos años después al ataque del Desnarigado, y que no citó, las fuentes del conocimiento que transmitió en su texto.
Contreras menciona el absoluto silencio en la documentación histórica en los siguientes 250 años siguientes de 1417, debido a “la ausencia de hechos notables en su entorno o a la inexistencia de cambios importantes en la fortificación.”¹¹⁴
¹¹⁴ Ibidem, p. 19.
“(...) la minúscula torre de planta rectangular, cuyos restos, como demostraremos posteriormente, se conservan a media ladera del rocoso montículo donde se asienta el actual Castillo y corta muralla (apenas 150 metros) que prolonga la protección de aquella a levante y poniente, fueron las únicas obras humanas que defendieron el pequeño desembarcadero”.
Sin embargo:
“(...) el plano de 1643, reproducido en este párrafo, no refleja ninguna de ellas. Por el contrario, continúa manteniéndose su antiquísima denominación: <<Cala do desnarigado>>.”¹¹⁵
¹¹⁵ Ibidem, p. 19.
Teniendo en cuenta la existencia de restos a la vista del plano de 1693, es muy probable que el motivo por el que no aparezca en el plano de 1643 se deba a que por entonces se encontrarían en ruinas, siendo, a los ojos de las autoridades, indistinguibles del entorno natural.
Ante la amenaza de la invasión del nuevo sultán de Marruecos Muley Ismael, que reinó entre 1672 y 1727, fecha de su muerte, las autoridades ceutíes emprendieron un programa de reconstrucción de las defensas militares. Francisco Bernardo Barona hizo construir un nuevo castillo cuya obra terminó en 1692, como podemos comprobar en un plano de 1693, donde se sitúa la nueva fortificación en un sitio diferente respecto a otra estructura que aparece en el mismo plano señalado con la letra D: “Reduto antiguo que se tiene de reedificar” junto a las “murallas antiguas”, seguramente, como señala Contreras, el antiguo emplazamiento de la atalaya que usarían los escuchas portugueses, y supuestamente el pirata como guarida en tiempos mejores¹¹⁶. Contreras insiste en el vocablo “antiguo” que por entonces se usaría en el sentido de una antigüedad mayor a un siglo, como señala el Diccionario de la Lengua. Aunque podamos compartir la creencia de la existencia de una fortificación muy anterior no solo a 1692, sino incluso a 1417, nuevamente no hay una evidencia histórica determinante, y menos por un sentido que se le da a una palabra. No solo corremos el peligro de entrar en anacronismos terminológicos o creer que el uso del idioma en aquella época era siempre de una manera rigurosa. El uso libre del lenguaje y hasta del escrito es evidente y ha explicado la evolución de nuestro idioma en todos sus sentidos. Pero aunque exijamos prudencia, en principio se nos antoja la afirmación de Contreras como la más probable, seguramente como una parte de las defensas de la ciudad musulmana.
¹¹⁶ Ibidem, p. 21-22.
La teoría de Contreras se sintetiza de la siguiente forma con sus propias palabras:
“En la época romano-bizantina de Ceuta (siglos I al VI de nuestra Era), al tiempo que los Tribunos de la Septem Fratres ordenaban levantar la Fortaleza del monte Hacho, establecieron sendas torres de vigilancia en los contados desembarcaderos de la Almina, uno de ellos el Desnarigado.
Como es natural, el cabo y promontorio que dominaba la pequeña playa, objeto de nuestra historia, fue denominada por ellos por el nombre más acorde con su situación geográfica: FINIS TERRAE. Posteriormente, los musulmanes que siguieron a los bizantinos y visigodos en el dominio de Ceuta, conservaron aquella fortificación, utilizando la Torre, Cala y otras edificaciones próximas como base de operaciones del Corsario apodado el Desnarigado, a principios del siglo XV. Reconquistada Ceuta por los cristianos portugueses, la torre fue usada por estos como observatorio y puesto de vigilancia de la inmediata playa, la cual, a su vez, se convirtió en un pequeño fondeadero o puertecillo pesquero. El desembarco del Corsario berberisco en 1417, repetidamente citado, rebautizó con su nombre a la zona”.¹¹⁷
¹¹⁷ Ibidem, p. 24.
Como vemos en los planos antiguos, toda la zona alrededor de la cala, las murallas y las fortificaciones actuales, reciben la denominación de “Desnarigado”. Así lo atestigua Contreras¹¹⁸. La fortificación actual no está situada en el mismo sitio que se supone que estaría la antigua atalaya o torrecilla que menciona este autor. De hecho la actual fortificación se debe a los años 1690-1692 aproximadamente, a iniciativa de Francisco Bernardo Barona. En el plano de 1693 figura unas antiguas murallas con una especie de antigua fortificación rectangular, abandonada y derruida según se cita en el mismo plano. Si el Desnarigado tuvo una guarida, debió ser esa, pero es más probable que se trate de una construcción defensiva -una guardia-, si no de la época musulmana, de los propios portugueses, donde muy cerca se encuentra el Camino de Ronda, que une el Desnarigado con el actual barrio del Sarchal. Contreras apuesta por la explicación que afirma que se trata de una construcción de origen romano, en relación a la Fortaleza del Hacho, que también le atribuye un origen románico o bizantino, y al nombre que recibía antigualmente la cala: Finis Terrae, nombre evidentemente latino. Esta construcción está cerca, si seguimos el plano de 1784, de la Batería de la Torrecilla, que aparece por primera vez en dicho plano, que actualmente está abandonada y derruida. En 1863 se aprueba una partida presupuestaria para reformar el Castillo, que da la forma definitiva que ha llegado hasta hoy, con sus más o menos.
¹¹⁸ Ibidem, p. 32.
Un clásico también de la difusión de la figura del Desnarigado en Ceuta constituye el relato de Garrido Parrilla al respecto del Castillo del Desnarigado, en una guía de arquitectura y monumentos que tuvo bastante difusión a finales del siglo XX. El autor dice así:
“Debe su actual denominación a un pirata berberisco sobre el que existen dos versiones del hecho que da nombre a este magnífico fortín, acertadamente restaurado en 1983.
Para unos, el 6 de Mayo de 1417, el célebre corsario apodado 'El Desnarigado' por faltarle el apéndice nasal, desembarcó en este lugar sorprendiendo dormidos a los centinelas que lo guardaban, apresándolos junto a unos pescadores que allí se afanaban en su actividad. Conocido el suceso por el primer gobernador de la ciudad, Don Pedro de Meneses, ordenó que se saliese en persecución del pirata, siendo capturado y libertado sus prisioneros. Para otros, antes de la llegada de los portugueses, el pirata moraba en el montículo dónde se alzó después el castillo y fondeaba su nave en la playa inmediata, desde la que salía a realizar sus tropelías y a la que regresaba una vez cometidas.”
Sea como fuere, el suceso debió tener la importancia suficiente para que el lugar conocido, hasta entonces, como 'Finisterre', pasase a serlo del 'Desnarigado'.”¹¹⁹
¹¹⁹ GARRIDO PARRILLA, Juan José: Guía del Patrimonio Histórico de Ceuta. I – Monumentos de Arquitectura Militar. Cuadernos del Revellín no 14. Ed. Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Cultura, 1996, p. 63.
A continuación pasa a relatar las fortificaciones que se construyeron:
“La más antigua fortificación de la que se tiene noticias es la de una torre de planta cuadrangular desde la que se domina la playa de la Torrecilla, que un plano del Archivo de Simancas fechado en 1693 reseña con la leyenda de 'reduto antiguo' cuyos restos son observables desde la barandilla del espacio ajardinado que bordea la fortificación actual, a media ladera por debajo del castillo.
Igualmente subsisten los restos, descubiertos durante los trabajos de restauración, de una torre semicircular, que el plano anteriormente citado llama 'reduto nuevo', que es lo que queda del fortín construido entre 1693 y 1695 en tiempos de los gobernadores D. Francisco Bernardo de Barona y el marqués de Valparaíso. Dicha fortificación fue sustituida, en la segunda mitad del siglo XIX, por el actual castillo cuyo proyecto se debe al capitán de Ingenieros D. Ramón Carbonell, habiendo estado en uso hasta 1936. Después de varios abandonos y reutilizaciones, en 1983 fue restaurado por la Comandancia General para instalar el interesante Museo Militar (…).
Tiene el castillo 1.200 metros cuadrados de superficie y consta de dos cuerpos unidos por un muro en el que se abre la puerta de acceso al mismo. El cuerpo izquierdo, con troneras en su fachada exterior, servía de alojamiento de la guarnición y el derecho, compuesto por cinco bóvedas, de las que cuatro están abiertas al exterior por cañoneras ya que servían de emplazamiento de las piezas de artillería, y la quinta alojaba el polvorín. Por debajo de él discurre una galería subterránea perteneciente al fortín del siglo XVII.
Atravesando el patio, se sale del castillo por la puerta posterior del mismo, desde la que se accede a un camino paralelo a la antigua muralla, cuyo final compone una rotonda de donde se contempla el agreste paisaje del Salto del Caballo y los restos del garitón del Palmar.”¹²⁰
¹²⁰ GARRIDO: Guía del Patrimonio Histórico de Ceuta, pp. 63-64.
Sureda Blanes cita vagamente las diversas hostilidades que se dieron en Ceuta en el año 1417, lo cual es siempre interesante porque ese año es poco recurrente en la mayoría de las crónicas y libros de historia local. Al respecto dice:
“Después de continuadas e infructuosas refriegas sucedidas intermitentemente a los mismos pies de las murallas (en 1417), Abú logró aumentar sus contingentes con los que le facilitará el rey de Fez, y en dos ocasiones estuvo la ciudad a punto de caer de nuevo en poder de la morisma; así las cosas, Abú Said solicitó nueva ayuda de su amigo y aliado el Emir de Granada; mas éste sólo convino en prestársela en el supuesto de que una vez reconquistada la ciudad, debería ser incorporada a su Corona. De aquí que, prescindiendo Abú de la cooperación de los moros granadinos, reclutó un poderoso ejército en las regiones de Yebala, en el reino de Fez, con el cual sitió esforzadamente a la ciudad (1418), la que gracias a la valentía de los cristianos, dirigidos por el gobernador Meneses, y el atrevimiento de acertadas salidas, fué prontamente roto. Por las heroicidades continuadas de D. Pedro, el Rey le hizo merced del “Condado de Villarreal”, que han llevado hasta nuestros tiempos sus descendientes”¹²¹.
¹²¹ SUREDA BLANES, Francisco: Abyla Herculana. Ed. Calpe, Madrid, 1925, p. 186. El paréntesis con el año 1418 es una nota en el original.
Entendemos que la primera acción del Desnarigado puede concebirse dentro de la vaga alusión inicial de esta cita, si bien al referirse a “los mismos pies de las murallas” se sobreentiende más bien a acciones de tierra. Sin embargo, el asedio de 1418 está relacionado con los enfrentamientos que cita Mascarenhas donde el Desnarigado es uno de los capitanes. Es interesante la mención del reclutamiento en la región de Yebala, que haría suponer que la construcción de esta nueva hueste pudo contar con tropas marítimas, y con ello, la incorporación de piratas como corsarios. Yebala es una amplia región que incluye zonas mineras y el uso de esclavos desde épocas remotas, muy ligada al imaginario actual sobre el supuesto origen del Desnarigado y de su antigua condición como esclavo en las minas del Rif, tal como aseguraba el submanirista citado por Contreras. Sin embargo, es todo especulación referente a una vaga cita.
Otra historiadora que menciona al Desnarigado es la italiana Anna Unali: “Ciertamente algunas de sus acciones desataron una gran preocupación en Ceuta. En los años de gobierno de D. Pedro de Meneses habían intentado entrar en la ciudad y se habían dirigido contra las costas del Algarbe llevando incursiones, aunque en ambos casos habían fracasado. Hay aún otra empresa de importantes dimensiones que, según la interpretación de Zurara, debía acabar con el peligro que la población musulmana 'continuadamente recebiam no mar'. Esa acción contó con la participación de seis naves corsarias, especialmente preparadas para la guerra, de las que cinco venían de Tánger y una de la ciudad atlátnica de Arcila. Las dirigían valientes corsarios como Esnarigado, Abenzagaõ y Bocar Caudil. La misión terminó con su derrota y la muerte en combate de algunos de los suyos.” Unali señala que no se conservan datos específicos de dichos muertos y que la crónica de Zurara no da mayores detalles. Unali comete también una pequeña confusión en una de sus notas, en la que habla que el Desnarigado luchaba con su hijo, lo cual no es correcto: luchaban en distintos momentos y lugares, nunca se les vio juntos en la actividad corsaria, pero sí es cierto que los portugueses apenas eran capaces de distinguir al padre del hijo en el fragor del combate¹²². Unali cita también a Zurara cuando se habla de los innumerables cuerpos sin vida que infectaban las costas cercanas y cómo el éxito portugués cesó con la actividad comercial otrora existente en la región.
¹²² UNALI: Ceuta 1415, p. 262.
Mientras que la historiografía española ignora prácticamente al Desnarigado, con la excepción de los historiadores locales ceutíes, es curioso el tratamiento dado por algunos estudiosos e investigadores portugueses, que sí lo mencionan. Así, de tal manera, Frederico Mendes Paula, en sus interesantes textos sobre la relación de Portugal con Marruecos, escribe dos artículos muy interesantes:
“Do lado dos mouros ficaram também nomes de corsários célebres na guerra de Ceuta, como Abenzagão, Bucar Caudil e Benzaguete. Mas o maior de todos, temido pela sua coragem e pela ousadia dos seus ataques, foi um corsário conhecido pelo nome de “o Esnarigado”, que chegou a fazer cativos portugueses na península de Almina. Segundo a lenda, o Esnarigado era um corsário berbere, assim chamado porque tinha o nariz cortado, já que era um antigo escravo fugido das minas do Rif, onde os escravos eram marcados pela mutilação. Em 1417 estabelece-se na zona de Ceuta, onde leva a cabo importantes acções contra os portugueses. No dia 6 de Maio de 1417 desembarcou na praia do Castelejo, na península Almina, e atacou o Forte de Metene, localizado nas suas imediações, aprisionando a guarnição portuguesa que o ocupava. O episódio é narrado na Crónica do rei D. João II de Ruy de Pina, que conta a incursão do Esnarigado à Praia do Castelejo em três fustas, não sendo claro se os cativos portugueses estavam nesse momento no interior do forte ou se foram aprisionados no mar, por terem saído imprudentemente para pescar. No local onde os portugueses haviam construído o Forte Metene, seria construído no século XIX pelos espanhóis o chamado “Castillo del Desnarigado”¹²³.
¹²³ MENDES PAULA, Federico: Ceuta nos primórdios da ocupaçao portuguesa. En: http://aventar.eu/2012/09/09/ceuta nos-primordios-da-ocupacao-portuguesa/. Visto en Julio 2015.
No hemos podido confirmar la referencia a la Crónica del Rey Joao II, quizás sea un pequeño lapsus y el autor se ha confundido con la Crónica de Pedro de Meneses. Asimismo creemos que mezcla erróneamente el relato, pues el Castillo de Metene no aparece al principio, cuando surge el ataque nocturno del Desnarigado, sino al final, en la huida de los corsarios, unos kilómetros más al sur, nos parece absurdo que huyeran hacia el mismo sitio donde iniciaron el ataque. Menciona además la existencia de un arroyo, que en la actualidad no existe en la Cala del Desnarigado, y nos parece que nunca existió. Asimismo, había en tierra una muchedumbre grande de magrebíes, y nos parece imposible que el Monte Hacho estuviese lleno, mientras que el centro de la Almina era portuguesa, y por tanto, los del Monte Hacho estuviesen desconectados por tierra con el resto del Magreb. Y no olvidemos que los portugueses se paseaban por esa zona por lo que hoy es el Camino de Ronda, si bien este sendero fue obra de los españoles en el siglo XVIII. Habla de la playa de “Castelejo”, quizás el nombre que tuviera antes, pero parece más probable que se refiera a la playa de Castillejos, al sur de Ceuta, en la actual Fnideq. Finalmente, este relato recoge, como Contreras, la leyenda del esclavo rifeño mutilado por su condición. Pero Frederico Mendes tiene otras líneas interesantes:
“Segundo a lenda, o Esnarigado era um corsário berbere assim chamado porque tinha o nariz cortado, já que era um antigo escravo fugido das minas do Rif, onde os escravos eram marcados pela mutilação.
Em 1417 estabelece-se na zona de Ceuta, onde leva a cabo importantes acções de captura de soldados e pescadores portugueses. No dia 6 de Maio desse ano desembarcou na praia do Castelejo, localizada nas imediações do Castelo Metene, e aprisionou a guarnição portuguesa que o ocupava. O episódio é narrado na Crónica do rei D. João II de Ruy de Pina, que descreve a incursão do Esnarigado à Praia do Castelejo em três fustas, não sendo claro se os cativos portugueses estavam no Castelo de Metene (ou do Desnarigado) ou se foram aprisionados junto à Porta de Almina por terem saído imprudentemente para pescar.
Alguns defendem que a patir daí a sua base passou a ser o agora chamado “Castillo del Desnarigado”, onde terá supostamente aprisionado os portugueses, facto que não parece muito credível, já que não o conseguiria manter face ao poder dos portugueses instalados em Ceuta. A sua actividade acabou com a sua captura nesse ano de 1417.”¹²⁴
¹²⁴ MENDES PAULA, Federico: Corsários Mouros. En: http://historiasdeportugalemarrocos.wordpress.com/2014/02/19/corsarios-mouros/. Visto en Julio 2015.
Mendes señala su captura en el año 1417, y pone en duda que el actual Castillo del Desnarigado fuese su guarida, por la proximidad de la base militar portuguesa en Ceuta, que como se sabe, tenía la suficiente fuerza para realizar incursiones por Tánger y Tetuán, lo cual hace improbable que en 1417 no se aventurasen y realizaran una inspección por el sur del Monte Hacho, donde se encuentra la Cala del Desnarigado. Sin embargo esto no descarta una posible presencia anterior a la conquista portuguesa de Ceuta, si bien es una hipótesis claramente forzada.
Otro autor portugués muy enriquecedor al respecto es Abel Dos Santos Cruz, que en su interesante artículo hace un repaso muy correcto de lo que se cuenta del Desnarigado en la crónica de Zurara sobre Pedro de Meneses. Vale la pena reproducir lo siguiente:
“(…) Tinham por missão manter livres as comunicações entre os dois mares, de forma a assegurar o abastecimento da praça, ao mesmo tempo que se dedicavam a infligir ataques aos seguidores do Islão. Mas a estes actos, respondiam também os mouros com extrema violência.
Uma vez (1417) surgiu em Ceuta, ante-manhã, onde se acaba o muro de Almina – numa cala –, da parte do Levante, o corsário mouro Esnarigado, com três fustas de quinze, treze e doze bancos, fazendo prisioneiros alguns escutas cristãos que imprudentemente saíram a pescar1. Ainda se ouviu um grito de alerta, a que acudiu a cavalo Fernão Barreto, alguns escudeiros e besteiros, contudo as embarcações eran “... jaa largas da terra e estavã a rremo levado sobre a pomta ...”.
D. Pedro acorreu também ao chamamento, dirigindo-se à porta de Almina, de onde era possível ver os lenhos “... de parte de Barbaçote ...”. Pela mesma ocasião, Diogo Vasques de Portocarreiro, Fidalgo algarvio, ofereceu-se para ir no encalço do beligerante. (…)
Cumpridas, quanto possível, as determinações do fronteiro e reorganizado tão diligentemente o socorro, a perseguição foi desencadeada através de duas fustas, onde seguiram Fernão Gonçalves de Arca e Martim de Castro, acompanhada de uma terceira embarcação de Mice Martim de Pomar, fidalgo da casa de Aragão. Outros combatentes armaram os seus navios e associaramse ao acossamento: Mice João de Sala-Nova e João da Veiga, além de quatro barcas pequenas pilotadas por besteiros. Enquanto isso, Diogo Vasques andava no mar a 'empachar' os contrários, uma vez chegando-se a eles e outra vez lhes fugindo. No decurso da campanha assistiu-se a uma ofensiva muçulmana sobre duas barcas cristãs que pescavam na zona, contra o canavial. Uma pode refugiar-se em terra, a outra veio a encalhar num penedo, não conhecendo pior sorte pela rápida intervenção de alguns cavaleiros que se apressaram a acudir.
A determinação do conde – enfrentar o adversário com disciplina e organização e a recomendação de um ataque conjunto – prendia-se com a circunstância de conhecer (em profundidade) as manhas do contendor e reconhecer-lhe arte e engenho para este tipo de cometimento, que poderia resultar em perda de vidas humanas. Avisados para o perigo, Diogo Vasques, que viera ao almazém para se abastecer de pólvora e entregar um ferido, navegou no encalço do inimigo, que se havia lançado numa angra, junto ao castelo de Metene. Voluntariamente inquietos, como a crónica sugere, a chegada de reforços cristãos, persuadiu o adversário a 'abandonar' o navio e a lançar-se em terra, não se livrando de uma enorme repreensão de Esnarigado que – enquanto se abrigava no rio de Benamadem, através do qual pode fugir – 'rugia' “... per tall guisa ... que estevessè quedos e que não temessè os cristãos, caa homès heram como elles ...”. Seja como for, ainda trespassaram (em terra firme) os corpos daqueles escutas que apresaram em Almina. Um final de morte, só 'atenuado' (se tal é legitimo escrever-se) com a captura de duas fustas, que se converteram em recursos materiais nas contendas que contra o infiel continuaram a sustentar no Mediterrâneo.
La traducción es la siguiente:
“(…) Tenían [la flota de Pedro de Meneses] por misión mantener libres las comunicaciones entre los dos mares [Atlántico y Mediterráneo], de modo que se pudiera asegurar el abastecimiento de la plaza, al mismo tiempo que se dedicaban a infligir ataques a los seguidores del Islam. A estos actos, respondían también los moros con extrema violencia.
Una vez (1417) surgió en Ceuta, de madrugada, donde se acaba el muro de la Almina -en una cala-, de la parte de Levante, el corsario moro Desnarigado, con tres fustas de quince, trece y doce bancos, haciendo prisioneros a algunos vigías cristianos que imprudentemente salieron a pescar. Se oyó un grito de alarma, a la que acudió a caballo Fernão Barreto, algunos escuderos y ballesteros, pero los barcos estaban 'ya lejos de tierra y usando los remos...' D. Pedro acudió también al llamamiento, y se dirigió a la puerta de la Almina, donde era posible verlos a lo lejos 'por la parte de Barbaçote'. Para la ocasión, Diogo Vasques de Portocarreiro, caballero del Algarve, se ofreció para ir y localizar a los asaltantes. (…)
Decididas, en cuanto se podía, las determinaciones de enfrentarlos y reorganizar diligentemente el socorro, la persecución fue desencadenada a través de dos fustas, donde estaban Fernão Gonçalves de Arca y Martim de Castro, acompañados de una tercera embarcación de Mosé Martim de Pomar, hidalgo de la Casa de Aragón. Otros combatientes armaron sus navíos y se unieron al acoso: Mosé João de Sala-Nova y João de Veiga, con cuatro pequeñas barcas pilotadas por ballesteros. En esto, navegaba Diogo Vasques por mar para “despachar” a los contrarios, una y otra vez llegando a los huidos. En el transcurso de la acción se produjo una ofensiva musulmana contra dos barcas cristianas que pescaban por la zona, frente al cañaveral. Una pudo refugiarse en tierra, la otra encalló contra las rocas, donde no hubo mayor desgracia debido a la rápida intervención de algunos caballeros que se apresuraron en acudir.
La determinación del conde -enfrentarse al adversario con disciplina y la organización de un recomendable ataque conjunto- se unía a la circunstancia de conocer (en profundidad) las mañas y el reconocimiento del arte del engaño para este tipo de misiones, que podía resultar en pérdidas de vidas humanas. Avisados del peligro, Diogo Vasques, que había llegado al almacén para abastecerse de pólvora y entregar un herido, navegó en persecución del enemigo, que se había dirigido a una cala, junto al castillo de Metene. Inquietos, según sugiere la crónica, por la llegada de los refuerzos cristianos, los adversarios se convencieron de 'abandonar' el navío y lanzarse a tierra, no sin librarse del enorme reproche del Desnarigado que –en cuanto se abrigaba en el río Benamadem, a través del cual pudo escapar- 'rugió de tal manera, que estuviesen quietos y que no temiesen de los cristianos, que eran hombres como ellos'. Sea como fuera, dejaron en tierra firme los cuerpos de aquellos vigías que fueron apresados en la Almina. Un final de muerte, solo 'atenuado' (si es justo escribirlo así) con la captura de dos fustas, que se convirtieron en recursos materiales en las luchas contra el infiel que continuaron existiendo en el Mediterráneo.”¹²⁵
¹²⁵ CRUZ: A Guerra naval..., pp. 37-39.
Luego, en una nota que ofrece la biografía de João Pereira, dice:
“Julgamos tratar-se do escudeiro-fidalgo da casa do infante D. Pedro, tesoureiro da Sé de Coimbra, cujo curriculum militar em Marrocos se pode resumir: Tomou parte na conquista de Ceuta. Foi ferido na praça (1415) no pescoço por uma azagaia, resultando daí uma deficiência na fala. Acompanhou o conde D. Pedro no ataque ao Vale de Bulhões, Vale do Castelejo (8 de Fevereiro de 1416), Cayde Carream e Benaberdão. Enfrentou o corsário Esnarigado junto a Almina e como “... homem especial em feito d'armas ...” senhoreou duas fustas na guerra de corso durante 1417 contra Málaga e Tânger. Combateu durante esse ano, em Ceuta, os mouros de Arzila, Tânger e serra de Mazmuda. No cometimento à serra da Ximeira perdeu o cavalo. Combateu (14 de Junho de 1417) nas imediações de Ceuta os mouros da terra de Gazula e tomou parte activa (9 de Dezembro) no cometimento a Albergal e Agua de Ramel. Destacou-se no mar em Ponta do Carneiro (1418). Participou, contra a vontade do conde, numa expedição ao Vale de Negrão em 1419. Encontrava-se ainda em Ceuta a 13 de Agosto de 1419 quando os infiéis auxiliados pelo rei mouro de Granada cercaram a praça pelo espaço de cinco dias.”
Traducción:
“Pensamos que se trata del escudero hidalgo del infante D. Pedro, tesorero de la catedral de Coimbra, cuyo currículum militar en Marruecos se puede resumir: Tomó parte en la conquista de Ceuta. Fue herido en el cuello en la plaza (1415) por una lanza, produciéndole una deficiencia en el habla. Acompañó al Conde don Pedro en el ataque al valle de Beliones, al valle de Castillejos (8 de Febrero de 1416), Cayde Carream y Benaberdão. Se enfrentó al Desnarigado junto a la Almina y como 'hombre especial en las armas' encabezó dos fustas corsarias durante 1417 contra Málaga y Tánger. Combatió durante ese año, en Ceuta, contra los moros de Arcila, Tánger y Sierra Mazmuda. En una misión en Sierra Ximeira perdió su caballo. Combatió (14 de Junio de 1417) en las inmediaciones de Ceuta contra los moros de las tierras de Gazula y tomó parte activa (9 de Diciembre) en los cometidos en Albergal y Agua de Ramel. Destacó en el mar en la Punta del Carnero (1418). Participó contra la voluntad del conde, en una expedición al Valle Negro en 1419. Se encontraba en Ceuta el 13 de Agosto de 1419 cuando los infieles auxiliados por el rey moro de Granada cercaron la plaza durante cinco días.”¹²⁶
¹²⁶ CRUZ: A Guerra naval..., nota en p. 38.
Toma nota del prestigio del Desnarigado que le dará la dirección de una flota especial de los magrebíes, junto a otros dos líderes:
“Estes ataques súbitos e ininterruptos obrigaram a marinha muçulmana a apetrechar navios 'especiais' que pudessem navegar com maior segurança. E isto aconteceu em Tânger, construindo- se três fustas que se fortificaram da melhor gente: Esnarigado, Abenzagão e Bucar Caudil.”
Su traducción:
“Estos ataques repentinos e ininterrumpudos obligaban a la marina musulmana a preparar naves 'especiales' que pudiesen navegar con mayor seguridad. Y esto aconteció en Tánger, construyéndose tres fustas que se fortalecieron con la mejor gente: Desnarigado, Abenzagão y Bucar Caudil.”¹²⁷
¹²⁷ Ibidem, p. 49.
Tampoco se olvida de alguna mención respecto al hijo del Desnarigado, cuya fusta fue varada:
“E logo no mês seguinte fugiram uns homens que andavam numa barca a pescar. O conde pediu, então, a João de Córdova, natural de Cartagena, patrão de um navio, para a perseguir e indo “... tamto avamte como Bulhões ...” saíram-lhe três fustas de mouros, que o importunaram. De caçador, o nauta converteu-se em vítima, levando D. Pedro a equipar três embarcações – André Martim, capitão do bergantim Raposo, que se fazia acompanhar de Fernão Barreto e João Rodrigues Godinho; Afonso Garcia, patrão de um lenho, outrora árabe, onde seguia Pero Vasques Pinto; e João das Águias, capitão de uma barqueta – que saíram em sua defesa e com a missão de descobrir o porto do vale de Laranjo. Não tardou a peleja, junto a um castelo velho, sito aquém de Alcácer, fazendo encalhar uma fusta que fora do corsário Esnarigado e que agora navegava sob o comando de um seu filho.”
Nuestra traducción:
“Y en el siguiente mes fueron unos hombres que estaban en un barco de pesca. El conde pidió, entonces, a João de Cordova, natural de Cartagena, capitán de un buque, que los persiguiera e ir 'hasta Beliones', donde habían tres fustas de moros, que lo importunaban. De cazador, el navegante se convirtió en víctima, tomando don Pedro tres embarcaciones a equipar -André Martim, capitán del bergatín Raposo, que se hacía acompañar de Fernão Barreto y João Rodrigues Godinho; Afonso García, patrón de un leño, otrora árabe, donde le seguía Pero Vasques Pinto; e João des Aguias, capitán de una barqueta- que salieron en su defensa y con la misión de descubrir el puerto del valle del Laranjo. No tardó la pelea, junto a un castillo viejo, situado por Alcácer, haciendo encallar una fusta que fue del corsario Desnarigado y que ahora navegaba bajo el mando de su hijo.”¹²⁸
¹²⁸ Ibidem, p. 47.
Nuestro autor tiene otro escrito en la revista Africana, de la Universidad Portucalense, titulado Guerra de corso e pirataria no "Mediterrâneo Atlântico" ao tempo do conde D. Pedro de Meneses (1415-1437).
Nuno Silva, en su estudio sobre la figura de Pedro de Meneses, cita también el episodio del “Esnarigado”, siguiendo la crónica de Zurara: “En mayo de 1416, el mencionado 'Esnarigado', junto con otro, en dos fustas, se aproximaron a la ciudad lo suficiente para atacar a los portugueses que se encontraban fuera de los muros, capturando a cuatro de ellos. Estos serán rápidamente perseguidos por una flota portuguesa compuesta por dos bergatines, dos fustas y cuatro barcos, que acaban por rescatar a algunos de los capturados, y consigue aproximarse de las dos fustas, pues los moros, ante tamaña proporción de fuerzas, acaban por abandonar junto a la costa.”¹²⁹ De nuestra lectura de la crónica, y reconociendo nuestras limitaciones de no tener el portugués como lengua materna y que quizás nos hayamos equivocado al traducir, vemos contradicciones con la versión que expone Silva. Para empezar, si bien se habla del Desnarigado y de otro corsario, sí vemos tres embarcaciones y no dos, cada una con su número de bancos de remo. Otra diferencia es que dos barcos de los corsarios son efectivamente capturados, en uno los prisioneros son ejecutados, en otro se salvan, pero el tercero escapa como probablemente pasó con la tripulación de las otras dos, ya que parece que no se produjo combates en abordaje por el río Benamadem, y esta tercera nave huye con todos sus cristianos presos, y la crónica parece indicar que los lusos prefieren no acercarse a la costa, donde se presentaron un gran número de “Mouros”, así que no es probable que abandonasen los barcos en una playa desierta. Quizás esto pasase en los dos barcos anteriores, porque posiblemente varadon antes de llegar a zona segura. En cualquier caso, por el mencionado río los portugueses no pudieron coger la tercera nave y salvar a algunos de los cristianos capturados, bien fuesen los de la Almina o quizás de otra operación corsaria, de la que no tenemos constancia.
¹²⁹ SILVA CAMPOS, Nuno: D. Pedro de Meneses y la fundación de la Casa de Vila Real. Ed. Instituto de Estudios Ceutíes, 2011, p. 106.
En otro pasaje, Silva menciona al hijo del Desnarigado, Bermigao:
“En otra ocasión, antes del cerco de 1418, e inmediatamente después de zarpar de Ceuta, tres fustas moras, una de las cuales de Bermigáo, atacan el leño del que Juan de Córdoba, cartagenero, era patrón, pero este consigue regresar a la ciudad. Ante esto, D. Pedro envía dos leños, una chalana y un bergatín tras la pista de los agresores, que acaban por avistarlos y alcanzarlos. Esta rápida respuesta lleva a la captura de una de las tres fustas.”¹³⁰
¹³⁰ SILVA: D. Pedro de Meneses, p. 106.
Un autor francés, Robert Ricard, cita en una nota al Desnarigado y a su hijo, así como los otros nombres que le acompaaron en el ataque de las seis embarcaciones¹³¹.
¹³¹ RICARD, Robert: Études sur l´histoire des Portugais au Maroc. Ed. Universidade, 1955, p. 28.

