Cap. 1
Cap. 5

El Desnarigado.
Historia y leyenda de un pirata en aguas ceutíes.

Cap. 6
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4

Capítulo 2

La Ceuta de principios del siglo XV y el contexto

histórico de su región.

Ceuta es una ciudad que se encuentra en el Mediterráneo Occidental en la costa norteafricana del Estrecho de Gibraltar, al noreste de la Península Tingitana, sobre un istmo que separa el continente africano con una “isla” dividida por unos pocos metros de agua que pasaba por lo que hoy es el Foso Real. Separación que posteriormente los portugueses agrandaron en unas obras de fortificación que perviven hasta hoy. En la parte occidental del istmo se encuentra la zona continental, con una costa norte y otra sur, que se van ensanchando, mientras que por el centro la altura montañosa va en aumento a medida que se aleja del istmo. Al norte hay unas playas con aguas atlánticas o pseudo-atlánticas, que llegan hasta Punta Blanca y, más adelante, Punta Leona, el punto más cercano a la Península Ibérica. Por esta zona está Calamocarro, Benzú, Beliones y la Isla Perejil. Por el sur, bajo un mar Mediterráneo típico, zona también abrupta, va bajando en diagonal para poco después descender hacia el sur, hasta llegar a Tetuán y Rincón, ya a unas decenas de kilómetros de distancia. Al este del istmo, hay un llano, que siempre ha sido el corazón de la ciudad de Ceuta. Más al este está un monte que surge del mar, el Monte Hacho, con un campo a sus faldas. Este campo es alto y abrupto por el sur, más llano al norte. Pero ya en el monte, es una zona rocosa y muy abrupta, fácil de defender, con unas islillas por el norte, las Islas de Santa Catalina, y la Punta Almina en su extremo oriental. Desde el cielo, Ceuta es una línea blanca sobre el mar perfectamente equiparable con Gibraltar. Las Columnas de Hércules se han identificado con Gibraltar por una parte, y Ceuta por la otra, pues si bien el Hacho no es el pico más alto de la costa norteafricana que hay enfrente de Gibraltar, sí comparte las mismas características (roca sobresaliendo del mar unida por tierra a través de una estrecha línea de tierra llana). Por su geografía, ha sido una zona muy fortificada, con abundante pesca y leña. En cambio, sus tierras no son especialmente fértiles, no tiene ríos, y su agua potable viene por pozos construidos, unos 14 pequeñísimos arroyos y lo que se haya podido construir por la zona marroquí para abastecer la ciudad. En la actualidad, la tecnología y el transporte suple esta carencia. La actual Ceuta presenta también unas importantes diferencias: hay mucho terreno ganado al mar, es decir, que se amontonaron piedras sobre las aguas, y construyeron suelos de tierra firme sobre ellas, para agrandar el terreno ceutí, rodeado de muchas aguas. Es el caso del actual puerto marítimo y la zona industrial, que se construyó sobre la Playa de la Sangre y a muchos metros de sus aguas, antes la costa se acercaba a lo que era la antigua estación de ferrocarril; también la Avenida Juan Pablo II, la zona del Parque Marítimo y todo lo que se conoce como la “Marina”, debajo de la actual Paseo de la Marina Española, que ha recibido el nombre de “Plaza Juan Carlos I”. Asimismo, por el sur, las playas de la Ribera y del Chorrillo cuentan con arena “artificial”, traída de los fondos marinos; antes, eran unas playas bastante más pequeñas, de cantos, gravillas y piedrecitas más o menos grandes, donde sobresalían numerosas rocas tanto en el suelo de las aguas como en el de la misma playa. De la Ceuta musulmana podemos decir que fue una época como ciudad clásica y próspera, con una presencia civil mayor que la militar, si bien este elemento nunca fue inexistente. Durante el siglo XIII tuvo la flota más poderosa de los musulmanes en el Mediterráneo Occidental7. Mosquera Merino presenta en su obra una excelente exposición de su origen y evolución. Remitiéndose a al- Bakri, cuenta que los árabes hicieron un pacto con los habitantes autóctonos para establecerse en la ciudad, cuando la invasión de España en el 711. Posteriormente fueron expulsados por las tribus bereberes de Tánger, seguramente masmudas, quedando Ceuta abandonada y en ruinas, solamente con la presencia de animales salvajes. Magzen, un miembro de la tribu Gumara, se instaló posteriormente con su familia y alguna gente de Qalsana que buscaba un lugar con recursos, y siendo originalmente Magzen politeísta, se hizo musulmán poco después.

7 RODRÍGUEZ GARCÍA, José Manuel: La Marina Alfonsí al Asalto de África. 1240-1280. En Revista de Historia Naval no 85 (2004), p. 22.

Asimismo, se convirtió en el Señor de Ceuta. Construyeron casas en terrenos comprados a los bereberes. A pesar de su autonomía y características propias, reconocieron la autoridad de los idrisies que gobernaban todo el litoral norteafricano9. Sin embargo, poco después al -Bakri afirma que la población ceutí la componían árabes de la tribu Sidf y bereberes de Asila y Basra. Seguramente los gumaríes serían una minoría, pero es muy probable que la ciudad mantuviera contactos fluidos con esta tribu. Mosquera también añade que la revuelta del arrabal de Córdoba, la persecución de mozárabes por Abdelrramán II y la deportación del emir almorávide Alí Ibn Yusuf contra esta población, pudo aportar emigrantes a Ceuta. Para ella, la población ceutí a nivel étnico se dividía entre árabes que representaba la aristocracia y la élite social, que entre ellos se dividían entre los “chorfas”, descendientes directos de Idris y por tanto del Profeta, que llegaron a Ceuta a través de Sicilia; andalusíes, con diversos orígenes (godos, sirios, bereberes), de gran formación artesanal y laboral, también preparados intelectual y culturalmente, era el grupo más numeroso en Ceuta, se ocupaban de los “oficios nobles”; bereberes gumaríes y masmudíes10, de costumbres tribales que no abandonaron, no eran numerosos, ejercían actividades comerciales, los ceutíes recelaban de ellos; judíos, otra minoría, también comerciantes, sufrieron algunas persecuciones, pero llegaran al siglo XIII y años después; mozárabes y cristianos, otra minoría, en los puertos de Ceuta, la mayor parte de ellos genoveses comerciantes y de cierta

8 Tribu que se encuentra entre Nakur y Tetuán, en el Rif, no lejos de Ceuta. Parte de la familia de los Azdaya. Eran supersticiosos, practicaban el hipnotismo, la adivinación y la astrología. No aceptaban defectos físicos, practicando una especie de proto-eugenesia. Los varones y las mujeres llevaban el pelo largo, con los que se hacían trenzas que enrollaban alrededor de la cabeza, siendo la higiene y la belleza una preocupación de esta tribu. Eran nómadas y politeístas. Todo esto, según al-Bakri, que reproduce Mosquera. Al Idrissi, por el contrario, los describe como peligrosos, irreligiosos, indómitos y traicioneros, y que por ello fueron destruidas sus poblaciones. Más tarde, en la época de Abd al-Mu ́min, la zona de Ceuta, Tánger, Algeciras, Tarifa y Málaga fue formaba en una unidad territorial como propia de los gumaríes. Cuando decayó el poder de los almohades a causa de los benimerines, los gumaríes se desencantó por la independencia de Ceuta bajo los Azafis, pero ésta y los gumaríes acabarán bajo el dominio benimerín. En Mosquera, pp. 53-54.

9 MOSQUERA MERINO, María del Carmen: La Señoría de Ceuta en el siglo XIII. Ed. Instituto de Estudios Ceutíes, 1994, p. 51.

10 Al Oeste de la ciudad se encontraban los masmudas, por la zona de la actual Alcazarseguer y Tánger, también de la familia bereber de los Azdaya. Eran sumamente islamistas y serán el corazón del movimiento político-religioso almohade.

posición, pero también habían castellanos, catalanes, aragoneses, portugueses, pisanos y marsellanos, más otro grupo no identificado, sufrieron represión por los almohades, una parte de ellos eran esclavos y prisioneros, la parte de la sociedad más desgraciada y sufrida, que realizaban los trabajos más duros11.

Tradicionalmente, Ceuta se dividía en barrios-arrabales. Citando su época de mayor consolidación en el siglo XIII, podemos enumerar las siguientes divisiones: el Arrabal de Afuera (el más occidental, ocupando la parte estrecha del istmo), no muy poblado por el tamaño de los tres cementerios que contenía, que impedía zonas habitadas, tenía una buena zona para el cultivo, de las pocas de la ciudad; la Medina o Arrabal del

Centro (en el istmo, la zona llana, con los edificios y monumentos más importantes, y la clase alta de la sociedad ceutí); Arrabal de Enmedio (en lo que hoy son los Baños Árabes, la Marina, Plaza Azcárate, etc. Se inclinaba por las colinas del sur hasta la zona portuaria del norte, con huertas y casas); Arrabal de Abajo (al Norte, por el foso natural de la

Cortadura del Valle, era muy pequeño pero de la mayor densidad de población); Arrabal de Zaklu (con huertas y casas, zona abrupta); Arrabal de la Almina (por el Monte Hacho, era el más grande pero con poca densidad, agrupaba varias colinas y zona abruptas, se trabajaba con pastos, madera y combustible, poca agua potable)12.

¿Cómo era Ceuta en el siglo XV? Existe una descripción contemporánea a sus últimos años como ciudad musulmana. En el 1417, tras la conquista de 1415, un refugiado ceutí, al-Ansari, escribió el Ijtisar al Ajbar13, traducido con el título de Descripción de Ceuta musulmana en el siglo XV. Es un texto de gran valor, irrepetible por sus numerosos y exhaustivos detalles, donde se describe cómo era Ceuta antes de la conquista portuguesa: una ciudad rica y floreciente, bien poblada y con recursos. Como es frecuente en los autores antiguos, se producen algunas

11 MOSQUERA: La Señoría de Ceuta en el siglo XIII, pp. 57-61 y 64.

12 MOSQUERA: La Señoría de Ceuta en el siglo XIII, pp. 56-57.

13 El nombre completo es Ijtisar al-Ajbar amma kana fi -tagr Sabta min sanni al-atar, que se traduce literalmente como Resumen de noticias sobre los monumentos ilustres de Ceuta.

exageraciones, ora de la nostalgia, ora de la firme voluntad del autor en convencer a los musulmanes la importancia de recuperarla. Pero sobre todo, se da por la propia costumbre de la época de calcular “a ojo”; no habiendo estadísticas, recogiendo datos basados en especulaciones y pareceres, es natural que ponga cifras muy amplias para aquello que el autor entiende como numeroso y abundante. No se contaba realmente, salvo en aquellos casos donde pudiera ser posible y no fuera excesivamente numeroso. De todas formas, las fuentes portuguesas corroboran a menudo esa importancia ceutí, quizás para expresar el gran hecho de su conquista.

El autor “sebtaui” comienza con las tumbas que hay en los cementerios, los cuales fueron muy numerosos en Ceuta: trece. Y no parece exagerar en este caso, pues la densidad demográfica y la antigüedad de la ciudad en esta época así lo parece indicar. De hecho, se constata en el texto de al Ansari la existencia de muchos ilustres enterrados en esta villa. Mientras enumera los cementerios y relata las personas más conocidas que yacen allí, cuenta también algunas anécdotas curiosas, como el fuego milagroso que de vez en cuando aparecía en la famosa tumba de la esclava Zaynab14 o del sayj al- Qarmuni15, así como otros casos, sin faltar aquellos de tumbas sagradas donde se conceden los deseos y peticiones. Después de los cementerios pasa a hablar, con algunas cifras exageradas (Ceuta tendría una población entre 20.000 a 30.000 habitantes, no más) de las mezquitas, las bibliotecas16, las rábitas (morabitos), las atalayas (que son dieciocho)17, las calles18, los baños (habían veintidos), los mercados (ciento sesenta y cuatro), tiendas

14 AL-ANSARI: Ijtisar, p. 407.

15 AL-ANSARI: Ijtisar, p. 410.

16 AL-ANSARI: Ijtisar, pp. 415-417. Sesenta y dos en toda la ciudad, incluyendo las privadas de personas ilustres, pero siendo también bastantes las que se encontraban en las madrazas y mezquitas, para “estudiantes en concepto dewaqf”. Esto en su época de mayor esplendor. En el presente de al-Ansari, son diecisiete, nueve de ellas de personas notables, el resto en edificios “públicos”, o mejor dicho, abierto a sectores o grupos determinados.

17 AL-ANSARI: Ijtisar, p. 419. Una de ellas, la Gran Atalaya, cuya construcción la atribuye a los almorávides, construida en lo que hoy es la ermita de San Antonio o quizás estuviese en la Fortaleza del Hacho de hoy; al-Ansari ya la describe como de un gran tamaño, albergando una mezquita dentro.

18 AL-ANSARI: Ijtisar, p. 420. Hay doscientas por lo menos, todas ellas son cerradas, como muestra la arqueología, y al- Ansari menciona que contaba con adarves, con sus serenos, que exigían el pago de una comisión por sus servicios, que probablemente incluyera la seguridad. En el mundo musulmán no existe el concepto de “público” en el sentido que entendemos hoy, y las calles se concebían como “propias”. Lo privado tenía, y tiene, un gran valor en la cosmovisión islámica.

(veinticuatro mil), alcaicerías (treinta y una), carpinterías de arcos y ballestas (cuarenta en los buenos tiempos, quince en los de al Ansari), albóndigas19, hornos (también trescientos sesenta, según el decir popular), fuentes (veinticinco), contadurías20, silos, molinos (ciento tres), los arrabales (“barrios” o su división por distritos; son seis los arrabales tres en las afueras y otros tres dentro de la ciudad), puertas de la ciudad21, los cuatro fosos, las seis oratorias al aire libre, los campos de tiro22, talleres para el enfurtido de paños (veinticinco), talleres para el tejido de hilo son diecinueve, los treinta fondeaderos23, y finalmente las almadrabas24. Afirma que el clima ceutí facilitaba la buena conservación de los cereales en los silos, tal como le ocurre a Toledo25. Los mejores estaban en las cimas de la ciudad. A diferencia de lo que luego cuenta de Beliones, no enumera su agricultura, ocultando una de las debilidades de la ciudad: su pequeña extensión y su tierra más bien mediocre para el cultivo, siendo especialmente escaso los del cereal.

Se informa de la existencia de una alquería vecina de Beliones y Ceuta: Jandaq Rahma, puede que estuviese en lo que hoy es Calamocarro26. Menciona “Matannan”, seguramente el Metene de las crónicas portuguesas, por el actual Castillejos o Fnideq. Allí se cultivaba

19 AL-ANSARI: Ijtisar, p. 425. Son almacenes y silos, algunos de ellos enormes. Habían trescientas sesenta según el decir de la gente de Ceuta, nos cuenta al-Ansari. Ceuta, escasa de cereales y de campos, importaba de afuera, como se ve en las palabras de al-Ansari respecto a una de las albóndigas: “Los camellos pueden entrar con sus cargas por ambas puertas, porque estas son altas y muy anchas.” Teniendo en cuenta la población de Ceuta, no parece inverosímil el número, si damos por hecho que la mayoría de ellos fuesen muy pequeños. Sin embargo, se sabe que en la Ceuta islámica, aunque no se pasaba hambre, existía una conciencia en el consumo de alimentos y tenía fama de ahorrar y reciclar lo máximo posible.

20 AL-ANSARI: Ijtisar, pp. 427-428. Hay cuatro: Aduana, Comercio, Construcción y Carpintería, y finalmente la Ceca.

21 AL-ANSARI: Ijtisar, p. 430. Hay cincuenta. En su relato, habla de la muralla para mencionar la puerta principal, que existía en lo que hoy está el baluarte y el foso real-San Felipe. El relato parece inverosímil, pero ciertamente los relativamente recientes hallazgos arqueológicos han encontrado una puerta “califal”, bastante alta, que parece ajustarse bastante bien al relato de al-Ansari. Hay más puertas en el relato de al-Ansari, muchas de ellas con planchas de hierro.

22 AL-ANSARI: Ijtisar, p. 434. Habían cuarenta y cuatro. El tiro de arco era el deporte favorito de los ceutíes y era común la celebración de campeonatos, según al Ansari. Se usaban también ballestas. Sin embargo, según el relato en las crónicas, durante la conquista portuguesa de 1415, los defensores usaron fundamentalmente piedras, para enfrentarse a las bien armadas tropas lusas. La baja más notable de los cristianos fue la de un noble que cayó por una pedrada tirada desde una torre (la

Torre de la Mora) por una mujer musulmana. Si los ceutíes hubieran contado con arcos y ballestas en gran número, como se sobreentiende en el relato de al Ansari, la conquista debió haber supuesto muchas más bajas entre los cristianos y seguramente varios días de luchas. Pero en general, los ceutíes estaban indefensos, por haber desmantelado su ejército mercenario contratado días antes, hasta que creyeron desaparecida la amenaza por una tormenta que sufrió parte de la flota lusa. Cuando empezó la invasión, los ceutíes se dieron por lo general a la huida.

23 AL-ANSARI: Ijtisar, p. 436. Entre ellos el Puerto de la Ciudad, bien protegido. Se denominaba Hufrat Mujtar.

24 Ibidem, p. 437. Nueve, más doscientas noventa y nueve pesquerías; Ceuta tenía un pescado excelente.

25 Ibidem, p. 428.

26 Ibidem, p. 438.

caña de azúcar27. Cita el nombre de varias aldeas próximas a la zona de Ceuta28, algunas atacadas por los portugueses poco después de la conquista de 1415.

En su Ijtisar podemos comprobar que los musulmanes ceutíes atribuían a la fundación de Ceuta a Sabt29, descendiente de Noé, que creían que se encontraban en uno de sus cementerios, al-Satt. De Sabt a Sabta, nombre medieval musulmán de Ceuta, hay poco, pero es poco probable esta hipótesis.

Al final del texto habla de la “aldea” de “Bullones” (actual Beliones), “famosa en todo el mundo”, con sus baños públicos, fuentes, arroyos, molinos, las casas de recreo (que eran veinticuatro), las mezquitas (diecinueve), tiendas, hornos, la alhóndiga, torres, cúpulas, pilas de mármol, tuberías... Menciona como obras especiales la Torre de la Playita30. Sus caminos están todos protegidos por murallas y fortificaciones.

Hay cuatro puertas por el lado del mar y una sola por tierra. Tiene abundantes frutas de verano y otoño, de mucha variedad (uva, higo, manzana, melocotón, membrillo, mostajo, azufaifo, granada, almendra, nuez, albaricoque, ciruela, pera, mora, limón, naranjas, azamboo, plátanos y pocas cerezas), que se exporta31. También algunos olivos y palmeras de baja calidad, y por las cercanías castaños y avellanas. Se producía sidra y existían plantas aromáticas (jazmín, arrayán, lirio, narciso, azucena, rosas, claveles, violetas, toronjil, mejorana y azahar). Se sabe, a través de muchas descripciones de diversos geógrafos árabes, y por lo que se conoce hoy, que Beliones se asienta sobre un valle muy fértil en la agricultura, sin duda sus cultivos alimentaban a la gran ciudad ceutí. Al-Ansari relata un asalto posterior a la conquista de Ceuta que se realizó por la zona de Bullones32, que supuso la muerte de cuatro hombres santos martirizados por los cristianos,

27 Ibidem, p. 440.

28 Ibidem, p. 441.

29 Ibidem, p. 406.

30 Ibidem, p. 439.

31 Ibidem, p. 439.

32 Ibidem, p. 413.

enterrados en el cementerio de Maqbarat Unsur al-Lawz, producido el 3 de sawwal de 818, 6 de Diciembre de 1415 de la era cristiana. Que por cierto, al Ansari menciona varias veces la conquista de Ceuta, que indica que fue a mediados de Yumada Il (como sabemos, 22 de Agosto de 1415). En Beliones hay otro cementerio, con otros tres mártires, muertos muchos años antes.

Vemos que al Ansari hace una mención que relaciona la construcción de barcos con la guerra santa33, lo cual refuerza la tesis de muchos autores que niegan que los piratas berberiscos del siglo XV fuesen realmente piratas o corsarios: eran combatientes musulmanes, a menudo con mucha autonomía. Más tarde volveremos a esta problemática, en la que se combinan ambas figuras.

Una versión clásica de la historia de Ceuta la vemos en el sabio granadino León el Africano. Capturado por los cristianos, fue puesto bajo el poder del Papa, que le encargó escribir una descripción de esa África que tan bien conocía, por su exilio forzado, ya que nacido granadino, la conquista de la ciudad nazarí en 1492 obligó a su familia a trasladarse al continente africano. El mundo cristiano, en general, tenía poca información fiable sobre esas tierras, que tanto interés empezó a despertar entre los europeos del siglo XVI.

León el Africano la llama Sebta y la describe como una gran ciudad edificada “por los romanos, sobre una boca del Estrecho de las Columnas de Hércules, y que fue cabeza de toda Mauritania por que los romanos la ennoblecieron, hubo mucha civilización y gran número de habitantes”. Es cierto que en tiempos del Imperio Romano existió algo, como podemos ver en Procopio34, pero no parece que fuera más allá de un pequeño poblado más bien rural. Algunos autores clásicos comentan que en el siglo II antes de Cristo ambas costas del Estrecho de Gibraltar era dominio absoluto de los cartagineses35. Si nos ceñimos a la

33 Ibidem, p. 441.

34 PROCOPIO: Los Edificios. Libro VI, cap. VII. En PERIAGO LORENTE, Miguel: Estudios Orientales no 7, 2003 pp.

115-116. Esta revista es de la Universidad de Murcia.

35 POLIBIO: Historia Universal bajo la República Romana. Ed. Iberia, 1968, Libro Tercero, capítulo X.

documentación como tal, debemos decir que el inicio de la urbanización que ha llegado hasta hoy lo debemos a los bizantinos, o al menos así parece por la documentación conservada, así como por los restos arqueológicos de la basílica y las propias murallas reales. Pero insistimos que autores como Procopio o San Isidoro afirman que fue fundada en el Imperio Romano. León el Africano cuenta la famosa leyenda del conde don Julián, que se repite en crónicas árabes de siglos anteriores: “Más tarde fue tomada y dominada por los godos hasta que los mahometanos entraron en Mauritania y la ocuparon, en el tiempo en que Juliano, conde de Septa, fue injuriado por Rodrigo, rey de los godos y de toda España. De ahí que, llegado a un acuerdo con los infieles, los introdujo en Granada, siendo la causa de que Rodrigo perdiera el reino y la vida, con lo cual se apoderaron de Sebta los mahometanos, en nombre del Iman El Gualil Ben Habdul Malik que entonces tenía su sede, en el año 92 de la H.” Hay que tener en cuenta que lo que León entiende como

Granada no es solo el territorio que abarca la actual provincia española de Granada, sino todo un reino que aglutinaba lo que hoy es Granada, Almería, Málaga y partes de Jaén, Murcia y Cádiz. Volviendo a Ceuta,

León la describe como la más importante ciudad del Magreb a lo largo del tiempo: “Esta ciudad, desde entonces hasta nuestros días ha ido creciendo en civilización y habitantes de modo que ha llegado a ser la mas bella y mejor poblada de todas las ciudades de Mauritania.”

Destaca sus maravillas: “Hubo en ella muchos colegios de estudiantes, numerosos letrados, hombres de espíritu gentil y originalísimos artesanos de trabajos en cobre: candelabros, fuentes, tinteros y cosas parecidas, que vendían como si fuera de plata. Yo he visto muchos de estos trabajos en Italia donde los confundían con objetos de Damasco, pero aún eran mejores y más bonitos.” Menciona las afueras de la ciudad y sus casas de verano de la aristocracia, así como su problema de tierras, malas en general: “Fuera de la ciudad hay espléndidas propiedades con magníficas casas, especialmente un lugar que, por la abundancia de viñas, se llama 'vignoes'. El campo próximo a la ciudad misma, es áspero y estéril, por lo cual los ciudadanos siempre andan escasos de cereales.”

En la actualidad existe la localidad marroquí de Beliones. Etimológicamente, parece que la explicación de León el Africano sobre el origen de su nombre es la posibilidad más probable y acertada. A continuación podemos leer que desde “la ciudad se ve la costa de

Granada sobre el Estrecho y se distinguen hasta los animales porque entre una y otra costa no median más que doce millas.” Evidentemente, no se pueden ver los animales ante tanta distancia, pero sí es cierto que se ve la costa y con bastante claridad.

Finalmente León el Africano relata la última decadencia de Ceuta y su caída ante los portugueses: “Pero la pobre ciudad tuvo hace pocos años que sufrir numerosos males por parte de Abdelmumem, rey e Imam que la conquistó, arruinó sus casas y condenó a muchos de sus nobles a un destierro total en varias regiones. Igualmente el rey de Granada, después de apoderarse de ella, la devastó e hizo ir a Granada a todos sus nobles. Más tarde, en el año 818 de la H., fue tomada por una escuadra del Rey de Portugal, huyendo sus moradores. Pero Abu Saaid, entonces rey de Fez, no se cuidó de reconquistarla por su abulia; es más, cuando llegó las noticias a sus oídos se encontraba entre convites y danzas y no quiso por aquella noticia se interrumpiera la fiesta.”36Este mismo rey, Abu Said Utman III, fue luego asesinado, por lo que quedó “vacante el reino de Fez cerca de ocho anos”37, devastando al reino en la inestabilidad política durante todo ese período. Si bien debemos mencionar que desde 1411 hasta 1412 se vivía una guerra civil en el Rif, que puso en jaque el poder meriní38. Circunstancia que explica los mediocres intentos de reconquista de la ciudad, cuyo protagonismo tuvo que ser asumido por Granada y sus alianzas con líderes tribales del Magreb.

Por su parte, debemos tener en cuenta que Tetuán existía en 1415, como bien podemos ver en las crónicas de Eannes de Zurara. Algunos autores castellanos han hablado de la destrucción de esta ciudad en 1400 por tropas castellanas, como vemos en Mármol Carvajal en su Descripción General de África (libro cuarto), pero esto no se produce

36 LEÓN EL AFRICANO: Descripción de África y de las cosas notables que en ella se encuentran. Ed. Hijos de Muley-

Rubio, 1999, p. 164.

37 LEÓN: ídem, p. 165.

38 UNALI, Anna: Considerazioni sulla piratería e sulla corsa musulmana e cristiana all ́Epoca della conquista portoghese di Ceuta (1415). En Anuario de Estudios Medievales, 24. Ed. Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1994, p. 566.

definitivamente hasta la primavera de 1437, a manos de los lusitanos, volviéndose a repoblar en 1485 por emigrantes granadinos39. Hasta entonces, esta ciudad establecida en el Río Martín era una conocida base de piratas magrebíes40, en torno al puerto de Martil, actividad que realizaban ya en el siglo XIV y que supuso su destrucción por parte del Rey de Castilla Enrique III el Doliente para librar de sus mares la actividad de los corsarios berberiscos de la región.

Existen crónicas que mencionan que antes de la llegada de los emigrantes o exiliados granadinos, los musulmanes magrebíes solo contaban con “ballestas con dardos”. Las nuevas armas de la industria avanzada granadina los habían hecho más letales, y los portugueses fueron frenados en Tánger en 1437, en general debido a la soldadesca granadina, según atribuye Menezes41.

Al ser una zona conflictiva tras la conquista de Ceuta, la costa africana del Estrecho de Gibraltar se convirtió en una zona de frontera, y en ellas ocurre un fenómeno general, que Guillermo Gozalbes describió en el caso de los repobladores tetuaníes, pero que se puede aplicar a todos los habitantes del norte de Marruecos: “se veían envueltos de inmediato en la vida agitada que toda frontera lleva consigo, gozaban de una independencia y, sobre todo, de un modo de vivir exacto al que habían dejado en la península. El poder central estaba tanto más lejos, cuanto más débil se mostraba.”42

En 1415, Ceuta fue conquistada por los portugueses43, siendo la primera ciudad norteafricana en caer en manos cristianas, tras descuidar el alcalde sus defensas y retirar el ejército mercenario que contrató, por los gastos que estaba suponiendo, que consideraron innecesario cuando

39 GOZALBES BUSTO, Guillermo: Al-Mandari, el Granadino, fundador de Tetuán. Ed. Ayuntamiento de Ceuta, 1993, pp. 26-31.

40 CRUZ, Abel dos Santos: A Guerra naval no << Mediterráneo Atlántico>> (1415-1437): relatos do corso portugues . no texto literario de Gomes Eanes de Zurara. En “Estudos em homenagem ao professor doutor Jose Marques” v. 1. . Ed.

Universidade do Porto, 2006, p. 36.

41 MENEZES, Fernando de: Historia de Tangere. Ed. Officina Ferreiriana, 1732, p. 15.

42 GOZALBES BUSTO: Al-Mandari, p. 35.

43 El gran clásico al respecto es: EANES DE ZURARA, Gomes: Crónica de la tomada de Ceuta. Ed. Livraria Clássica,

Lisboa, 1942.

creyeron que los barcos lusos no podían atacar tras una tormenta que los desvió44. El último gobernador musulmán fue Zala bem Zala (también Salah ben Salah), que intentó resistir en las murallas principales donde es más estrecha la ciudad y encerrar a los portugueses dentro de la parte extrema de la ciudad. Sin ejército, no pudo ofrecer una defensa efectiva, recurriéndose a la defensa desesperada de la población, que se limitó al simple lanzamiento de piedras y la huida, a menudo sin sentido y completamente desorientados, al no conocer la procedencia de los desembarcos portugueses, que se dieron en la costa sur por la parte de lo que hoy es Fuentecaballos, y poco después por la zona norte cerca de San Amaro, tomando al poco la muralla que separaba la ciudad con el Monte Hacho.

Sabemos que en 1419 este alcalde Zala bem Zala intentó negociar con el rey de Granada la recuperación de Ceuta, pagando un tributo al sultán nazarí si se lograba. Por entonces Zala, gobernaba Arcila. Esta ciudad, junto a Tánger, Alcazarseguer y todo el Magreb seguía en manos musulmanas. De hecho, Gibraltar, Algeciras, Tarifa, Málaga y casi toda la región también. Por el sur se encontraba el reino meriní o benimerí de Fez, formando una entidad semejante a lo que es Marruecos; por el norte se acercaba el reino cristiano de Castilla, en estos momentos con algunos conflictos internos que le impulsó a firmar treguas con los reinos islámicos; por su parte aún estaba firme los dominios del Reino de Granada, que aspiraba, como Fez, a la dominación de Ceuta. En estos proyectos, los merinís tuvieron más éxito por su cercanía, pero Granada mostró a menudo más interés y persistencia. De hecho, la reacción de Fez a la caída de Ceuta ante los lusos fue menos que desastrosa, ya que no contaban con una fuerza regular para recuperarla, y los enfrentamientos dinásticos y conspiraciones internas (destacando la labor de los visires wattásidas), que ya vivían desde hacía años, impidieron una reacción adecuada. Varias tribus bereberes se rebelaron contra el poder meriní, los morabitos dejaron de apoyar al sultán y el reino de Fez se fue fracturando en varios pequeños señoríos, de facto. Granada, que tuvo Ceuta unos años antes del último dominio meriní, tenía preocupaciones mayores ante el

44 BEIRANTE, María Angela: Ceuta nas ordenacoes afonsinas. En Ceuta Hispano Portuguesa, 1993, p. 110.

avance cristiano en la Península sobre sus territorios. Al respecto, hay que tener en cuenta también el dominio marítimo de genoveses, catalanes y venecianos, si bien ya no se esforzaban en el corso como en tiempos anteriores. En las décadas siguientes a la conquista portuguesa de Ceuta, se reproducirán otras tomas como la de Tánger, Arcila, Omar, Argel, Melilla... Otras regiones importantes, como Xauen, mantendrán la autoridad magrebí. Por su parte, los sultanados de Argelia y Túnez se harán vasallos del Imperio Turco a lo largo del siglo XVI. Si bien estas regiones eran conocidas como los reinos de Tremecén y de los Háfsidas, respectivamente, surgidos de la caída de los almohades. El primero existió desde el siglo XIII hasta el XV, declinando por la conquista española y el acoso del corsario turco, llegando a tributar al gobernador español de Orán, y tiempo después depender de los otomanos directamente. El segundo desarrolló una intensa actividad corsaria cuyos botines sirvieron para construcciones públicas y cierto fomento cultural, si bien tal actividad tuvo represalias de aragoneses y venecianos. Recibió numerosos emigrantes de los expulsados en España y pudo imponer su autoridad en Argelia en varias ocasiones. Pero el enfrentamiento entre los imperios español y turco los envolvió de lleno, convirtiéndose en vasallos de España en el siglo XVI, hecho que produjo la ejecución en Estambul de su último califa, Muhammad IV, capturado por los turcos.

Los motivos de la conquista portuguesa de Ceuta son varios y no hay un consenso entre los historiadores. Anna Unali trata esta problemática y cita algunas versiones: “Robert Ricard también sostiene la hipótesis del papel fundamental del grano en el suceso de Ceuta y piensa que el grano también esta relacionado con los intercambios comerciales que más tarde se realizarían con Guinea. Vitorio Magalhaes Godinho, a su vez, afirma que en Ceuta confluían gran cantidad de cereales de las llanuras meridionales y se llevaban a cabo importantes actividades de molienda

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