Cap. 1
Cap. 5

El Desnarigado.
Historia y leyenda de un pirata en aguas ceutíes.

Cap. 6
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4

Capítulo 3

El Desnarigado en las fuentes históricas precontemporáneas

Mascarenhas es el gran clásico que cita las acciones del Desnarigado. En su Historia de la Ciudad de Ceuta, escrita en 1648, en su capítulo 29, relata los hechos del Conde Pedro de Meneses, y cómo durante entre los meses de abril y mayo los cristianos destruyeron varias aldeas cercanas a Ceuta (cuatro son las citadas por Mascarenhas), las saquearon, asesinaron a sus pobladores, se apropiaron de su ganado, y tomaron esclavos a varias mujeres y “muchachos”, sin que llegara a tiempo la tropa de trescientos musulmanes que acudieron al rescate⁵⁴. La más afortunada de estas aldeas, Cinde Carrean, fue la más sabia: cuando llegaron los portugueses, se encontraba deshabitada y abandonada. Los magrebís consiguieron entrar en una escaramuza recibiendo la baja de su líder, mientras que los portugueses perdieron a cinco hombres. Habla de “muchos muertos” por lo que parece evidente que el “uno a cinco” de las bajas antes referidas se debe tan solo a los notables, y no al conjunto de las bajas entre la tropa. Tras esta escaramuza relata los hechos que se desarrollaron en el mes de mayo, sin especificar año, pero el relato que desarrolla comienza a los diez meses de ocupación portuguesa, pero siguiéndolo creemos que llega al año 1417, el año que la historiografía moderna señala como el correspondiente al asalto del Desnarigado:

“En el mismo mes de Mayo se quiso informar el Conde del sitio, i disposición de un aduar, q'estaua en tierra de Benacaide. Embio a Diego Vasquez Puerto Carrero en vn vergantin bien armado para q' le reconociesse, i tomasse lengua, i assi lo executo, i cautivo uno, i por q' no pudo tomar otros, estando para boluerse, vio vna vela latina, q' reconocio, i dandola caza la rindio, haziendo ocho esclavos, i buena presa de mercadurias. Dos dias despues armaron los moros tres fustas, governadas por un valiente corsario, q' llamavan el desnarigado, i vino a la Almina una noche en una dellas, de quince bancos por banda, otra de trece, i la menor de doce; i de madrugada desembarcaron en una cala, q' la Almina tiene a la parte de levante. Dormian las escuchas, y pudieron executar, lo q' pretendian, sin ser sentidos, cogiendolas por la manana, i a otros quatro hombres, que ivan a llevar unas redes, i mucha mas gente cautivaron descuidada, si las voses de los primeros, i segundos no avisaran a otros, q' se caminavan a pescar, i otros exercicios. Estos dieron rebato a la ciudad, i acudieron con mucha gente Fernan Barreto, a quien aquel dia tocaua la guardia de la Almina, mas llego a tiempo q' ya las fustas se hauian alargado con la presa (i)⁵⁵.

Mascarenhas aclara en la nota “(i)” que: “Este caso foi tão sentido em Ceuta, que ficou sempre conhecido pelo nome de <>, o ponto onde desembarcaram os moros capitaneados pelo Corsario assim alcunhado.”⁵⁶

En este relato vemos un osado ataque del Desnarigado, cuya flota fue armada durante esos días (es decir, organizada poco antes del ataque, independientemente si antes tuvo otra, o ninguna), y consigue capturar a varios portugueses, entre escuchas y pescadores, para darse a la fuga, sin que el rescate luso de Barreto llegase a tiempo⁵⁷. Las naves del Desnarigado usan remo, como vemos en la crónica, y hace un total de 80 remeros entre los tres barcos, si consideramos que los remos solo necesitan un remero cada uno. Al respecto mencionaremos algunos términos de las naves marítimas: un banco es donde se sientan los remeros y hay un remo por cada lado de cada banco, por lo cual todo buque tiene dos remos por banco, y como es obvio por cada remo se necesita al menos un remero, siendo en épocas posteriores cuando a menudo se necesitaba más de un remero por cada remo, que podían adquirir grandes proporciones y con ello un peso enorme. Dudamos que en las embarcaciones del Desnarigado los remos exigiesen dos o tres pares de brazos por cada uno de ellos. Comentaremos también que un banco puede estar dividido, o unido, según la estructura del barco, pero siempre con dos remeros por cada lado. Normalmente, los hombres de combate no son los mismos que quienes reman, pero podía darse el caso, especialmente en las embarcaciones pequeñas (como es el caso) que sí fuesen los mismos, alternando remos y armas, como los antiguos vikingos, según el momento.

El relato prosigue: “El Conde, q' no perdia ocasion en q' pudiesse conservar la reputacion adquirida, hizo q' al punto saliesse Diego Vazques Puerto Carrero en una fusta a entretener a los enemigos, mientras se preparavan otras para pelear. Salió este valiente cavallero sin dilación, i en breve dio con las fustas enemigas, procurando solamente entretenerlas, i no venir a las manos, mientras no pudiesse hacerlo mas a su salvo. Tras el despacho el Conde otras dos fustas de Juan Pereira, i mui buena gente, entre ella Fernán Gonçales del Arca, i Martin de Castro; luego salió Mosen Martin con la suya, e tras el Mosen Juan, e Juan de Vega con su Vergantin, i otras quatro barcas pequenas, i mui valientes soldados, deseosos de la venganca. Diego Vazques no cesava de entretener las fustas enemigas, llegando con ellas, a vna angra, q' esta a la parte de Berberia, asta q' las otras embarcaciones impensadamente llegaron. Era ya nuestro poder superior, i sintiéndolo los moros huyeron si el Corsario q' los gouernava, no los alentara a la pelea, con q' hicieron rostro, aun que por breve espacio, por q' dos de las fustas apretadas de las de Ceuta embistieron con la playa, salvandosse la gente, i en la vna mataron los Cautivos los moros, antes de salir, los de la otra tuvieron mejor suerte, por q' no huvo tiempo para q' se executase con ellos lo mismo. La tercera se metió en el Rio Benamaden, donde fue amparada de multitud de moros, q' auian bajado a su socorro. Recojieronse los 33 nuestros con reputación, i ganaron los dos vasos q' fueron de vtilidad en otras ocasiones.”⁵⁸

Vemos cómo Pedro de Meneses organiza rápidamente una operación de rescate, consistente en unas primeras maniobras de distracción por mar hasta la llegada de refuerzos. Cuando esto se produce, se libra una batalla naval donde los piratas, a pesar de encontrarse en franca minoría, plantan cara gracias al liderazgo e ímpetu del Desnarigado, pero, con todo, se consigue derrotar a los corsarios, rescatándose los prisioneros en una de las dos de las embarcaciones que vararon, pero en la otra no se pudo salvar a los cristianos capturados, que fueron asesinados. Finalmente, esta tercera nave, donde sin duda se encontraba el Desnarigado (teniendo en cuenta que posteriormente vuelve a aparecer en la obra de Mascarenhas), escapa y logra salvarse tras llegar al río Benamaden, en zona musulmana.

Más adelante, y como acabamos de señalar, Mascarenhas escribe otro relato donde nuevamente entra en escena el Desnarigado. Este pasaje es mucho menos conocido para los autores de hoy. Mascarenhas no señala fecha:

“Por estos, i otros muchos danos q' los moros recebian continuamente en sus costas con la vicindad de Ceuta, trataron en diferentes partes de armar navios para la aposición, particularmente en Tanjar, como ciudad tan vezina, se armaron tres grandes fustas con la mejor, i mas valiente gente della. Era uno de su capitanes aquel valeroso corsario, q' llamavan el desnarigado; otro Abenzagao, i otro Bucar Candil. Tubo en este tiempo aviso el Conde q' estavan cargando en Malaga de muchas mercadurías, una fusta, i algunos carenos, i hizo salir tres fustas suyas, para q' procurasen tomar esta presa, embiando por Capitanes a un criado suyo, llamado Martin Vazques Pestaña, hombre valeroso, i osado en los peligros, Alvaro Fernandez Palenco experimentado en las guerras marítimas; i Alvaro Fernandez do Cavacal, a estos tres encargo la facción. Partieron una noche, i siendo tanto adelante como la punta de Bullones, toparon impensadamente con las tres fustas referidas, a q' acompañavan otras tres, q' se les juntaron, dos de la misma ciudad, i una de Arzila; aviasse adelantado algo una de las nuestras, q' llamavan el Raposo, i las fustas enemigas como sintieron nuestros navios los invistieron con gran valor, repartiendosse de manera que cada dos cargaron a uno. Raposo abordo a una fusta contraria con tal tesón, q' metiendola todo el espolón, echo a la mar parte de los moros, q' con la turbación de la pelea no pudieron ser socorridos, i se ahogaron. Prolongandosse desta invistió segunda vez, con una fusta christiana, i peleo con ella largo espacio, asta q' vinieron aconocerse después de heridos muchos de una, i otra parte, i se perdiera del todo la otra sino se conocieram a tiempo. Una fusta grande de los moros acometió a Raposo por un lado, i otra por otro, mas conociendole se apartaron sin atreverse a embestirla. Acudió luego contra Raposo otra fusta, i Abensigan, el qual echo dos arpeos para q' no se desasiesse, donde se trabó una áspera pelea: parte de nuestra gente entro la una, que mas cerca se hallava, i apretaron a los moros con tanto valor, que todos ellos, o murieron, o se arrojaron al agua, menos tres, que se escondieron debaxo la cubierta, i se hallaron después. Con este buen successo quedo la pelea, igual en vassos; aun que desigual en gente; si bien las dos fustas enemigas q' peleavan, tenian la mejor, i mas valiente de toda la compañía. Trabosse de nuevo la pelea con gran valor de una, i otra parte, i duró largo espacio, asta q' resueltos algunos Portugueses, saltaron en otra fusta, i embistiendo con resolución, tuvieron igual successo en esta, obligando a los Moros, q' escaparan de sus golpes a q' se arrojassen al agua. Con esto se declarara ya la victoria por nuestra parte, i viéndolo una de las fustas enemigas, embistió a Raposo con gran resolución, i se travo de nuevo la pelea, i como estubieron abordadas, salto en la fusta enemiga un valeroso soldado, q' se llamava Pedro Alfonso, i otro tras el cuyo nombre no quedo en memoria; q' estava en la popa, i de tal manera pelearon con los moros después q' se vieron dentro, q' la despejaron asta el masto, mas no siendo socorridos, rebolvieron sobre ellos los moros, i mataron a Pedro Alfonso, que perdió la vida obrando prodigiosas hazañas, i el compañero peleando, se salvo en nuestra fusta. Con esto la enemiga se fue saliendo de la pelea, i se escapo con las otras por la obscuridad de la noche, i por descuido, i poca experiencia de algunos de los nuestros. Assi se acabo la pelea, i nuestras fustas se bolvieron a Ceuta sin que quedasse persona alguna q' no saliesse con heridas, si bien de todos no murio otro q' Pedro Alfonso: Murieron de los Moros, mas de sesenta, i entre ellos quatro corsarios de gran opinión. Fue esta una de las peleas de mas reputación q' tubieron los navios de Ceuta, si bien no quedaron en memoria todas las circunstancias della, q' sin duda serian dignas de escribirse. A estas succedieron otras presas no de tanta reputación, mas de mayor provecho; por q' las fustas del Conde tomaron una de Alcacar con poca resistencia, i Luis Gonçales, q' después fue veedor de la hacienda de Lisboa, rindió una poderosa Carraca de Moros llena de mercadurías, cuya pressa fue de tan grande importancia para este cavallero que desde entonces passo la vida con abundancia.”⁵⁹

En esta dura batalla nos atrevemos a especular sobre el mal armamento de los piratas, porque a pesar de quedar casi todos los cristianos heridos, solo murió uno. Y esto reconociendo que casi todos ellos recibieron golpes. Solo muere un heroico cristiano, tras pelear valientemente, mientras solo se cogen a tres prisioneros musulmanes. La victoria fue muy sonada y parece que resultó ser todo un golpe en la mesa por parte de la flota lusa. Sin embargo, seis naves musulmanas son muchos más que los sesenta y cuatro hombres que mueren. El Desnarigado, en su ataque anterior, con sus tres pequeñas naves, eran al menos ochenta hombres, presuponiendo que los remeros fueran los mismos que los combatientes. En este combate, de seis naves, bien preparadas, esas casi setenta bajas fueron importantes, pero no fueron ni mucho menos el total, por lo cual debieron sobrevivir muchos. Si bien es cierto que mueren cuatro corsarios de gran importancia, pero no se menciona al Desnarigado, que viendo el interés que se muestra en la crónica, sería extraño que no se mencionara que fuera él uno de los caídos, sí ocurre en otros momentos de menor importancia. No se da los nombres de los cuatro corsarios de “gran opinión” de los sesenta que murieron en el enfrentamiento, pero Julio Contreras concluye así:

“Si en este combate naval terminó su agitada vida el “valeroso” pirata que dio nombre a la cala y castillo ceutí, no se puede afirmar o negar rotundamente, ya que Mascarenhas no especifica los nombres. Lo más probable es que el Desnarigado fuera uno de ellos porque a pesar de que los numerosos enfrentamientos marítimos entre ceutíes y berberiscos continúan relatándose con todo lujo de detalles, nuestro corsario deja de ser nombrado en todas las historias escritas sobre Ceuta”.⁶⁰

El motivo de su desaparición puede deberse a múltiples causas, tal como marcharse de la región, o asentarse en alguna zona con una profesión más segura, o asumir una vida más tranquila. De hecho, insistimos, resulta sospechoso que no se cite su nombre en caso de ser uno de esos cuatro musulmanes famosos, pues ciertamente Mascarenhas no desaprovecha oportunidad para mencionar el bizarro apodo de nuestro personaje.

Correa de Franca da datos de una batalla, en tierra, de los portugueses, liderados por el hijo de Pedro, don Duarte, contra Bucar Candil, cerca de su casa fuerte, en las cercanías de Tetuán, en las villas de Benamade (que se podría asociar con el río por donde escapó el corsario, o con Beni Madan, una localidad al lado de la desembocadura de Río Martín⁶¹) y Candil, en el año 1436:

“En los primeros días del año siguiente de 1436 metió don Duarte a saco las villas de Benamade y Caudil, puestas en el término y vecinas de Tetuán. Salio en su defensa el xeque, hombre de reputación llamado Bucar Caudil. Mátole en singular pelea y, conseguidos estos elevados triunfos en vn días, fueron bastantes para que los de Tetuán, temerosos de los nuestros, del todo la despoblasen, haciendo aquí la fama lo que antes las armas no pudieron conseguir.”⁶²

Lucas Caro confirma esto, realizado durante el segundo gobierno de Pedro de Meneses tras una ausencia, cuyo puesto, por cierto, fue ocupado temporalmente por el protagonista de esta acción relatada por Correa, don Duarte. En este episodio, Caro señala que se produjo en el año 1437:

En los principios del siguiente año del mil cuatrocientos treinta y siete saqueó D. Duarte las villas de Benamade y Candil vecinas a Tetuán, puestas en su termino, salio en su defensa un moro Jeque de ellas de gran valor y opinión llamado Bucarcandil; matóle en singular batalla, alcanzando dos victorias señaladas en este día y de particular estimación y gloria fueron bastantes para que los de Tetuán, temerosos de este suceso y de los pasados, con el miedo de los nuestros despoblasen toda la Ciudad desamparándola sus moradores, haciendo la fama lo que hasta entonces no pudieron hacer las armas —si bien es cierto que el armamento que se apercibía en Portugal dio también causa a este miedo, porque ya sonaba en Berbería que los Infantes pasaban a ella con gran poder a conquistar a Tánger—, porque habiendo vuelto D. Duarte sobre él, lo halló despoblado y sin gente y después de haber puesto por tierra sus edificios, que eran muchos y muy hermosos, se volvió a Ceuta lleno de gloria.”⁶³

León el Africano señala que la zona de Tetuán por donde vivía Bucar Caudil existían zonas de tradición guerrera y acostumbrada a viajar a España a luchar contra los cristianos, como es el ejemplo de Quádres⁶⁴. El río Martín, que pasa por Tetuán, era entonces navegable, al menos en un tramo.

La historia de la Ciudad de Ceuta de Mascarenhas está plagada de historias sobre piratas y corsarios locales, de los cuales no todos eran berberiscos o musulmanes, sino que incluso algunos son castellanos, como es el caso de Gonzalo Correa, o el del llamado simplemente “Bartolomé”, que surcaban las costas de Andalucía y dominaron el Estrecho durante un tiempo⁶⁵. Pero solo circunstancialmente, pues, en general, Mascarenhas relata cómo los portugueses dominaron las aguas del Estrecho, tomaron el control de las comunicaciones y realizaron ataques por diversas partes contra sus diversos enemigos. Lo cierto es que, como dice algún autor en la actualidad, y no sin razones, los portugueses parecen dedicarse más a la piratería que aquellos que fueron denominados como corsarios berberiscos; solo el hecho de la legalidad oficial del reino de Portugal frente a la aparente ausencia de alguna legitimación estatal de marineros anti-cristianos como los que acompañaban al propio Desnarigado, parece suficiente para justificar estas denominaciones. En cualquier caso, el conflicto entre castellanos y portugueses por los respectivos casos de piratería o asaltos mutuos no era intenso, por la identificación como cristianos entre ellos, frente a los infieles de “Mahoma”.

Uno de los motivos que impulsó esta investigación fue la necesidad de estudiar y dar una respuesta a la pregunta sobre qué relato(s) se basaron autores como Mascarenhas, que vivió casi dos siglos después de estos acontecimientos. Resulta que, aunque Mascarenhas es la referencia de los pocos historiadores españoles que se han preocupado sobre este pirata (básicamente ceutíes), en la historiografía portuguesa este episodio tiene un poco más de relevancia, ya que aparece en algunos artículos relacionados con la piratería berberisca a la que tuvo que hacer frente el Reino de Portugal. Y resulta que aparece el Desnarigado, a menudo con un pequeño cambio en el apodo: el “Esnarigado”. Creemos que Mascarenhas se documentó en el relato de un cronista portugués que vivió en el siglo XV: Gomes Eanes de Zurara⁶⁶, nacido presuntamente en 1410 (cinco años antes de la conquista de Ceuta y siete antes del asalto del Desnarigado)⁶⁷, seguramente no pudo vivir en primera persona los acontecimientos del ataque corsario ni de la conquista de Ceuta, pero es muy probable que conociera personalmente a muchos de sus protagonistas, o al menos vivió, el ambiente que se respiraba en toda Portugal, donde la toma tuvo ciertos aires de cruzada. Zurara fue sucesor, y seguramente amigo o conocido, de Fernão Lopes, un notable historiador que en el siglo XV siguió un método histórico muy adelantado a su tiempo. En 1456 el rey de Portugal, Alfonso V, encargó a Zurara el trabajo de escribir la historia de la ciudad de Ceuta durante el gobierno de Pedro de Meneses. También recibirá el encargo de ocuparse de las crónicas sobre Enrique el Navegante⁶⁸. Muere seguramente en 1474⁶⁹. Fue miembro de la Orden de Cristo, que hacían voto de castidad, si bien Zurara tuvo un hijo varón y dos hijas⁷⁰. Fue bibliotecario y archivero real, bajo la denominación del Guarda Mayor de la Torre do Tombo⁷¹, desde donde realizó un expurgo devastador de los documentos y archivos que allí se encontraban en el siglo XV⁷². Es probable que eliminara lo que pudiera existir al respecto sobre el Desnarigado.

Por recomendación de Alfonso V, comenzó la Crónica sobre Pedro de Meneses⁷³, seguramente teniendo en cuenta que años antes, por 1450, Zurara escribió una crónica sobre la conquista portuguesa de Ceuta⁷⁴, donde no aparece en ningún momento el episodio del Desnarigado. Su “Crónica do Conde don Pedro de Meneses” se publicó en 1463 y su “Crónica de D. Duarte de Meneses” en 1467⁷⁵. Para la crónica del primer gobernador de la Ceuta portuguesa, “Zurara recogió abundantes testimonios orales, consultando memoriales, libros de registros, estados de cuentas, cartas y relatorios oficiales, que la Capitanía de Ceuta mandaba a la Corte, así como documentación diversa hoy ignorada y desaparecida. Entre ella, y según el propio Zurara, parece sugerir, debieron estar las periódicas memorias mandadas escribir por D. Pedro de Meneses donde se iban registrando puntualmente los sucesos de su Capitanía”⁷⁶. El Desnarigado sí aparece en esta crónica del primer gobernador de Ceuta⁷⁷. Para comenzar, se le menciona indirectamente, al final del capítulo XXXIII, cuando habla del marino cristiano Alfonso García, de un dato muy interesante, y poco conocido a día de hoy:

“E efte Affonfo Garcia foi o que desbaratou Boboramonte, hum Mouro grande coffairo, que morava em Tanger, e Bemirgáo filho do Efnarigado, e lhe tomou as Fuftas, cada huma per fua vez , e as trouxe a Cepta; e foi o que levou as novas ao Infante Dom Anrique dos Mouros, que eram fobre Cepta, quando foi o grande cerco.”⁷⁸

(Traducción): Y este Alfonso García fue el que desbarató a Boboramonte, un gran corsario moro, que moraba en Tánger, y a Bemirgao hijo del Desnarigado, a los que les tomó sus fustas, cada una en su ocasión, y las trajo a Ceuta; y fue el que lideró las naves del Infante don Enrique ante los moros, que estaban sobre Ceuta, cuando fue el gran cerco.

Vemos, pues, que tenía un hijo, Bemirgao, que fue derrotado por Alfonso García, que tomó su barco y que posteriormente lo usó durante el gran cerco, posiblemente el de 1418. Aunque no se específica, parece evidente que Bemirgao fue capturado o murió.

Hay hasta cinco menciones del Desnarigado en esta crónica. En el capítulo XLI⁷⁹encontramos uno de los principales y más extensos, dedicado casi en exclusiva a uno de los episodios que protagonizó el corsario en Ceuta, siendo el capítulo titulado, en un portugués antiguo, “Como os fustas dos Mouros vieram acerca dalmina, edos homen que feiharao, edogue o Conde sobre ello fez”⁸⁰: Hemos manejado dos ediciones de la Crónica de Pedro de Meneses de Eanes de Zurara, pero en especial, la de 1997 realizada por la Fundaçao Calouste Gulbenkian, que hemos de mencionar que se transcribe en un portugués antiguo que, sin embargo, no respeta lo que vemos en el manuscrito, donde el autor no usa tanto la letra “f” (efe) como “s” (ese), recurso que puede confundir aún más al lector moderno, incluso al portugués. Sin embargo, en general, es muy respetuoso con el contenido del relato. Sencillamente, se escribe distinto. El motivo del por qué hemos usado esta edición algo “fefeante” es porque su letra es ya de imprenta, de lectura y comprensión más segura y certera que la manuscrita. Por ello empecemos a citar textualmente el relato portugués, seguido por una precaria traducción nuestra:

“E acabo de dous dias que efte Caravo foi em Cepta , mandárom os Mouros fuás Fuftas, a faber, húa de quinze bancos, em que hia hum valente Cofairo Mouro, a que chamavaó o Efnarigado, e outra de treze, em que andava outro Cofairo, e affy outra de doze bancos, as quaes ante manhãa deraõ efcalla em terra, onde fe acaba o muro d'Almina em huma calla, que he da parte do levante; e acertou-fe, que as Efcuitas, que allí eram adormecerom; caa era jaa contra a vella da manhãa, onde o fono mais carrega aos homens; e os Mouros jouveraó affy até que foi dia claro, que as Efcuitas fe forom a pefcar fora do muro, e outros quatro⁸¹ homens, que vinham a tirar covos, forom- fe aaquella mefma parte, onde os outros eftavam, e os Mouros vieraõ de trás elles, e filharãnos, e dous homens que guardavaô a outra calla de contra a Cidade ouviraõ delles, e olharaõ com feu reguardo, e quando vixom os contrairos, começárom a fugir, e a bradar; e os Mouros, que ouveraõ delles vifta começárom de o feguir, e em efto fobrechegarom outros homens, que hiam ver fuás fearas e teverom-fe todos, e os Mouros nom oufárom chegar a elles: forom eftas novas a Fernam Barreto, em que cahira a forte daquella guarda, o qual muy em breve foi pofto a cavallo, e com elle açaz d' - Efcudeiros, e Beefteiros, com que pera tal tempo hia bem acompanhado; e des y mandou logo recado ao Conde: e quando Fernam Barreto chegou ás Fuftas eran jaa largas da terra, e eftavam a remo levado sobre a ponta, começando as noffas de vogar d'arredor. O Conde era jaa levantado, e tanto que lhe o recado chegou, affy foi logo posto a caballo e com elle muitos dos feus, a que fora encomendada a guarda da erva o dia paffado, comoquer que o Conde nom quiz i que elles leixaffem fua ordenança, e des-y-er acudirom os outros, que eftavaõ na Cidade; e quando o Conde fahía pela porta d'Almina fez-lhe hum homem final da cima, como as Fuftas jaa eram de parte de Barbaçote; e fendo o Conde no foffario dos Mouros vio as Fuftas dos contrairos, e foube per hum Gonçalo Godinho d'ElRey, que huma delias pofera homens a hum poftigo junto com huma Mefquita, que he no primeiro Valle, e que quando o virom, affy vir, que se tornáraõ outra vez á fua Fufta. E entom paffando affy eftas coufas Diogo Vazques Portocarreiro, aquelle nobre homem, e que tanto ferviço fez em aquella Cidade, muy trigofamente aparelhou feu Bragantim; e em chegando o Conde a Barbaçote junto com a coiraça topou com elle:

(Traducción): Al cabo de dos días que este cárabo⁸² fue a Ceuta, mandaron los moros sus fustas, a saber, una de quince bancos, en la que iba el valiente corsario moro que llamaban el Desnarigado, y otra de trece, en la que andaba otro corsario, y así como otra de doce bancos, las cuales desembarcaron en tierra a la madrugada, donde acaba el muro de la Almina en una cala que da a la parte de levante; y se acercaron, allí donde los escuchas estaban dormidos; y ya de madrugada, en las horas de más sueño de los hombres; y los moros actuaron así hasta que el día se hizo claro, que los escuchas se fueron a pescar fuera del muro, y otros cuatro hombres, que venían a tirar nasas⁸³, se fueron a aquella misma parte, donde los otros estaban, y los moros fueron tras ellos, y los cogieron, mientras habían dos hombres que guardaban otra cala frente a la ciudad los escucharon, haciendo la guardia, y cuando fueron vistos por los contrarios comenzaron a escapar, y a gritar; y los moros, que cuando los vieron comenzaron a seguirlos, llegaron otros hombres, que vieron lo que estaba pasando, y los moros no osaron llegar a ellos: llegó la noticia a Fernando Barreto, que estaba en un fuerte en aquella guardia, el cual en muy breve montó a caballo, y con él unos escuderos, y ballesteros, que en aquel momento le acompañaban; y luego mandó un mensaje al Conde: y cuando Fernando Barreto llegó a las fustas ya estaban lejos de tierra, y estaba el remo tomado sobre un punto, comenzando los nuestros a vagar por los alrededores: el Conde estaba ya levantado, cuando le llegó el recado, así que luego montó a caballo y con él muchos de los suyos, los que guardaban las hierbas⁸⁴ del día pasado, comoquiera que el Conde no quiso que ellos dejaran su cometido, por lo que acudieron otros, que estaban en la ciudad; y cuando el Conde pasó por la puerta de la Almina se encontró con un hombre al final de la cima, que le contó que las fustas ya estaban por la parte de Barbaçote, y estando el Conde siguendo a los moros vio dos fustas de los contrarios, y supo por Gonzalo Godiño del Rey, que una de ellas desembarcó hombres en un postigo junto a una mezquita, que hay en el primer valle, y que cuando lo vieron, así era, que volvieron a su fusta. Y entonces pasando así estas cosas Diego Vazques Portocarreiro, aquel noble hombre, que tanto servicio hizo en aquella ciudad, muy trabajosamente preparó su bergantín; y dirigiéndose el Conde a Barbaçote junto con su coraza topó con él:

“Os nossos cronistas designam o porto do norte, o fronteiro à ponta da Europa, como sendo propriamente o de Ceuta; e ao do sul, aquele a que se chega depois de dobrada a ponta de Almina, nomeiam de Barbaçote. Hoje designa-se por baía do Desnarigado.” Y cita: “Richard Henry Major, The life of Prince Henry of Portugal, surnamed the Navigator (London, 1868), p. 32.”⁸⁵Los corsarios tuvieron ahí un encuentro, pero continuaron su huida.

(Traducción): Diego Vazques era un hombre bien diestro en aquellos menesteres, y le bastaba solo el corazón para hacer cualquier cosa trabajosa, por muy peligrosa que fuese: el Conde mandó luego hacer rápidamente dos fustas, que Juan Pereira tenía, y mandó a los Alcaldes, que se apresuraran, y ellos le dijeron pronto a su Señor, que se metió en una de ellas: y en esto llegaron Fernando Gonzalvez de Arca y Martín de Castro, pidiendo al Conde, que les dejase ir con ellos, que de buena gana se concedió, mandando armar otra fusta, que había una de Mosé Martín: Sin embargo, dice, tu irás lo más próximo a tierra que puedas, y yo mandaré a dos a caballo, que irán con vos hasta la cima del monte. Cuando se fue el Conde de allí, y fue a la otra parte de Barbaçote, y mandó a Mosé Juan, y a Juan da Veiga, que preparasen otro bergantín, que estaba encallado en tierra, el cual en breve estuvo listo, y cuatro barcas pequeñas, en las cuales colocó ballesteros, según el tamaño de cada una, y que estuvieran listos, hasta que llegasen las otras fustas. Y Diogo Vaz entre tanto no hacía más que entretener a los enemigos, llegando alguna vez, otras veces alejándose; y quiso Dios, que los moros avistaron dos barcas, que estaban pescando frente al Cannaveal⁸⁶, y fueron hacia ellas; pero no pudieron hacer prisioneros; porque una llegó a tierra, y la otra se estrelló contra unas rocas, rompiéndose: y porque los de caballo los fueron siguiendo para dar socorro, acercándose corriendo dos por cada fusta que cayó, y los moros al darse cuenta pasaron por nuestras fustas por Barbaçote, y Diogo Vaz se fue a por pólvora en el almacén, y a dejar un hombre, que venía herido de tierra; y el Conde mando a los de caballo, que se quedaran allí, y él fue a buscar las fustas: 'Sin embargo, dice, no podemos retrasarnos, tu Juan Pereira, y Mosé Juan de Salla-Nova embistiréis contra la fusta mayor, e irán con vosotros las barcas pequeñas, que andan cerca, y vos acudiréis a cumplir; Mosé Martín embestirá a la otra fusta por la otra banda, o le tirarán a través; y Diogo Vázquez embistirá a la otra, que es la más pequeña; y cuando avises, decía, que todos embistan juntos’.

En el siguiente capítulo, XLII, el Conde encarga a varios de sus hombres marchar hacia Málaga y Cabo de Gata para luego volver a Berbería, con la intención de hacer presas los navíos que se encuentren. Ahora los portugueses resultan ser los piratas, y lo cierto es que fueron prolíficos en esta labor. Uno de sus hombres, Juan Martins, le comunicó su deseo de ir por la Bahía de Algeciras, a lo que Pedro de Meneses concedió, y allí tuvieron una escaramuza con los musulmanes. Por Málaga hicieron presas unas carabelas y recibieron elogios por la guerra del Rey de Portugal contra los infieles⁸⁷. El texto continúa con varios relatos donde sobresalen las escaramuzas y enfrentamientos, hasta que llegamos al capítulo LXI, titulado “Como Gonçalo Váz tomou hum Navio; e d´outras coufas, que le fezerom no mar.”⁸⁸ Tras relatar una operación de castigo de Pedro de Meneses contra una flota corsaria donde se encontraba el hijo del Desnarigado, que atacó al barco del patrón cartagenero Juan de Córdoba, que iba a rescatar a un pescador que se encontraba cerca de Beliones, relata el combate. En la flota portuguesa se encontraba el barco “Rapozo”, que tuvo gran fama en su época, y que se dividió en varios grupos. Uno de ellos, el de Pedro Vázquez, “mandou vogar, e foi defcobrir a ponta de Bulhões, onde virom as Fuftas todas tres jazer largas contra a ponta d´alem”⁸⁹, empezando la escaramuza, que tuvo el posterior refuerzo del Rapozo y su grupo, “e forom affy dando-lhes caça, até que eran junto com hum Caftello velho, que eftá áquem d´Alcaçar, e hy ficou huma das Fuftas, que fe fentio acalçada, e foi encalhar em terra, e as outras duas fe acolherom em Alcaçar.”⁹⁰ Y continúa: “Os Mouros quizerom boamente arrombar a Fufta fe lhes os noffos deram val vagar, porque inda bem elles nom eram fora, jaa os noffos eran dentro. Fôra aquella Fufta daquelle grande coffario, que fe chamava o Efnarigado, a qual trazia entom hum feu filho, o qual nos autos da guerra bem parecia ao Padre, que o gerara.”⁹¹ Se repite la referencia de la actuación de su hijo, que se parece al padre. En el siguiente capítulo continúan las luchas por el Estrecho, y sobresale una cerca del Castillo de Metene, que algunos han identificado como el del actual enclave que hay en la Cala del Desnarigado, pero por las descripciones, nos parece que debe ser una fortaleza que hay en zona de los musulmanes, por la parte de Castillejos, la actual Fnideq, que en el relato aparece alguna vez con el nombre de “Castellejo”. El castillo cercano a la lucha con el hijo del Desnarigado recibe el nombre de “Alcaçar”, al parecer por la parte de Bullones (seguramente Beliones)⁹², y no es el de Metene, que aparece en el relato de Eannes claramente diferenciado.

En el capítulo X, titulado “Como Alvaro Fernandes Pallenço, e Martim Vazques Peftana pelêjarom no maar”⁹³, vuelve a aparecer el Desnarigado en la crónica de Eannes sobre Pedro, en un relato relativamente extenso y que quizás, solo quizás, fue el final del Desnarigado, si bien su muerte o caída jamás es mencioanda expresamente:

(Traducción): Por estos daños, que los moros continuamente recibían por el mar, viendo cómo era necesario pasar de una parte a otra, decidieron hacer unos navíos especiales; y en esto se hizo mucho más en Tanger, que en cualquier otro lugar de aquella costa, entre las cuales se hicieron tres fustas, que armaron con la mejor gente, que allí hallaron; el primer capitán fue aquel valiente corsario, que se llamaba el Desnarigado; en otra iba Abenzagao; y en una tercera iba otro moro, que se llamaba Bocar Caudil. Y en este tiempo el Conde don Pedro tuvo noticias de la llegada a Málaga de una fusta, y de algunas carabelas⁹⁴ con grandes mercancías; y como Andres Martim, y Alfonso García estaban enfermos, mandó que llevasen sus fustas, de las cuales dio orden que fueran como capitán a un criado suyo, que se llamaba Martim Vazques Pestana, hombre osado en peligros, y otro que se llamaba Alvaro Fernandes Palenço, gran hombre en peleas de mar; y en una tercera fue Alvaro Fernandes do Cadaval: a estos tres capitanes llamó el Conde, y les mostró, que cuando tuvieran tal avistamiento, procuraran no poner en peligro a otra compañía, avisando de manera, durante su viaje, los cuales fueron bien enseñados de lo que conocía, cuando sobrevino la noche partieron de la ciudad, y estando más allá de Beliones, uno de aquellos navíos, llamado el Rapozo, ya entrado en el mar, y las otras iban detrás, al poco ante sí vieron disparar: Ciertamente, dice uno, fueron estos corsarios, en que se pusieron de acuerdo dos de ellos, más un tercero parece, que se rompió por las olas del mar, que quebraban por allí.

(Traducción): Una fusta grande de los moros embistió al Rapozo por popa, y otra fusta que venía por otra parte, pero como sabían que no querían meterse con ellos, sabían que se harían daño, acudió allí luego otra más grande, y Abenzagao, pensando que tenía ventaja lanzó un arpón de hierro⁹⁵, y otro en la fusta, y hubo allí un combate muy grande, aunque no duró mucho. Los nuestros saltaron en una de sus fustas, y entre los que mataron, los que saltaron al mar, no quedaron sino tres, que fueron encontrados escondidos tras la victoria, y así fue una pelea casi igual: pero los navíos, que aún no eran vencidos eran los principales; y en ellos estaban los que más sabían de guerra, y comenzó así de nuevo el combate: y por cierto que así de una parte, como de otra se partían las armas en dos, y el ruido era tan grande, y los golpes tan fuertes, que parecía una herrería en una calle de alguna ciudad bulliciosa; sin embargo aquellos buenos capitanes junto a algunos otros cristianos, saltaron a una fusta de los moros, y todo tan junto, que no quedó hombre vivo sobre cubierta, y en esto los otros cristianos, que estaban en la proa junto a otras, cerca de la mitad: parece que ninguna de las fustas lanzaron sus arpones, porque estaban estancados por una parte con el Rapozo, y como una fusta pequeña, no se podía separar de las otras, y en esto una fusta grande embistió al Rapozo por popa, y así comenzaron de nuevo a pelear, y saltó luego dentro un escudero, que llamaban Pero Alfonso, y así otro escudero tras él, los cuales estaban en la popa del Rapozo, y así trabajaron ambos, que junraron la fusta, y parece, que parte de algunos buenos hombres, acudieron a la proa, antes que esta fusta embistiese a las otras, por la proa, y los golpeó, que no saltaron como los otros, y como los moros lo vieron, que de tan pocos eran vencidos, acudieron fuertemente, y mataron a Pero Alfonso, y el otro saltó afuera, y escapó: y en esto una fusta de los moros se refugió atrás, y huyendo a remo consiguió evadirse: y por cierto los que estaban en el Rapozo que eran de peleas en el mar, que saltaron a otras fustas, bien que se pudieron capturar; y finalmente todas las fustas se pudieron capturar aquella noche, si no fuera porque aquellos que saltaron a la primera fusta se pusieron a gritar; y los nuestros que iban a por las otras, que se fugaban, intentando cuidar que ningún navío fuera tomado por los contrarios, volvieron sobre ella, y se pusieron muy tristes cuando descubrieron el engaño, por las otras, que perdieron, y así volvieron a Ceuta.

“Indícios ao longo do texto permitem chegar a outras fontes de dados, como um possível auto de guerra, provavelmente um breviario existente em Ceuta com dados sobre quem, quando e onde tiveram combates. Veja-se no capítulo LXI uma rápida menção: “[…] Os mouros quiserã de bõa memte arrombar a fusta, se lhe os nossos deram tall vagar, porque ymda bẽ elles nõ heram fora, jaa os nossos herã dẽtro. Fora aquella fusta daquelle gramde cossayro que se chamava o Esnarygado, a qual trazia emtõ hũ seu filho, o quall nos autos da guerra bem pareçia ao padre que o gerara”. Como havia o pagamento da quinta parte do que era obtido do inimigo, esta descrição poderia ser importante tanto para o governador, conhecendo em detalhes como e o que foi conquistado, e consequentemente assegurando sua cota, como àqueles que demonstrariam o papel ativo, igualmente aptos para adquirir o espólio. Com os relatos contidos neste livro de registro de guerra, pode-se aventar o suporte tipológico de suas informações, demonstrando como ele poderia ser diversificado, cabendo ao seu ofício organizá-los para conferir um sentido coerente e cronológico.”⁹⁶

García de la Torre afirma que Correa de Franca cita en su obra las actividades del Desnarigado⁹⁷. Tras comprobar su obra, podemos decir que esto no es cierto: Correa de Franca comenta con frecuencia la existencia y las distintas obras y mejoras de la fortificación del Castillo del Desnarigado en la Ceuta española, en el contexto de la defensa militar, pero poco más. Lo mismo pasa en la Historia de la Plaza de Ceuta de Márquez de Prado⁹⁸. Existe una cita de Lucas Caro en su Historia de Ceuta⁹⁹, que va en el mismo sentido: señala que en el lugar existía una antigua forzaleza conocida como Finisterre, pero que ahora se llama Castillo del Desnarigado. Eso ha dado pie a que Contreras reivindique un posible origen romano o bizantino de la antigua fortificación que supone que sirvió como guarida del pirata:

“Si esta denominación de Finis Terrae fuese rigurosamente cierta, no cabría otra alternativa que asignar a la época romana o bizantina de Ceuta la original construcción de aquella primitiva torre de vigilancia”.¹⁰⁰

Sin embargo, por un inescrutable designio, lo que no se puede negar es que ambos lugares fueron y son... GEMELOS.”¹⁰¹

Se ha buscado referencias en la obra del cronista portugués Rui de Pina, en especial su Crónica de el-rei d. João II¹⁰², pues algunas fuentes portuguesas lo citan como contenedora de información sobre el Desnarigado. Desgraciadamente no hemos encontrado dicha referencia, aunque existen relatos sobre Pedro de Meneses y sus acciones en Ceuta, así como otras batallas con los musulmanes. De su crónica sobre el rey Juan II de Portugal debemos decir que, en general, relata hechos acontecidos setenta años después, por lo que dudamos que realmente contenga una referencia al Desnarigado. Es probable que aparezca en otra obra del mismo autor, pero no tiene ninguna crónica sobre el reinado de Juan I, donde aconteció tanto la toma de Ceuta como el ataque del Desnarigado, por lo que consideramos poco probable que tal referencia exista, y su adjudicación en algunos textos portugueses se deba a confusiones con las referencias sí existentes de otros cronistas.

Hemos intentado localizar fuentes árabes (musulmanas, en general), para presentar lo que podría ser el relato de quienes tenían al Desnarigado como uno de los suyos, y quizás por ello una fuente más directa e importante que las crónicas portuguesas. Y al mismo tiempo, contrastar la versión cristiana de los hechos. Para ello hemos visitado dos archivos de Tetuán, donde la localización de documentos con información relacionada con el Desnarigado o la piratería ha sido negativa. Lo cual no quiere decir que no exista: la búsqueda no fue exhaustiva, ni mucho menos, y las limitaciones del propio investigador, la problemática de encontrar documentos en árabe antiguo (ilegible en muchos casos), y tener en cuenta que a veces son archivos cuyos fondos aún están por organizar y catalogar. Asimismo, que no aparezca en la descripción del cuadro de clasificación¹⁰³ no significa que pueda aparecer información interesante. En el Archivo de la Corona de Aragón existe abundante documentación sobre la piratería en el Mar Mediterráneo gracias a las cartas de los reyes de Aragón y muchos de sus nobles y funcionarios, dando todo tipo de instrucciones para controlar los mares o “fomentar” el comercio: permitir la piratería dando “patente de corso” a antiguos comerciantes arruinados por la piratería; respetar o incluso contratar y pagar a otros piratas de su reino o extranjeros; órdenes de captura de alguno que resulte rebelde o contrario a los intereses de la Corona; instrucciones de maniobras; órdenes de no atacar determinados tipos de flotas... Sin embargo, aún existiendo esta posibilidad, la mayor parte de los fondos de los diferentes archivos tetuanís son posteriores a la refundación de la ciudad por parte de al-Mandari¹⁰⁴ allá por 1484, y hacen referencias a matrimonios y otros eventos propios de la vida cotidiana en la ciudad. Datos muy importantes para la elaboración de estudios históricos sobre la sociedad y economía tetuaní, pero que no sirven para nuestro objeto de estudio, ya sea la figura del Desnarigado, o de la propia piratería. De todas formas, por conversaciones con otros investigadores, algunos de ellos marroquíes, parece algo generalizado la ausencia de documentación no solo ya sobre la piratería, sino sobre la marinería de los diferentes reinos magrebíes de la Alta Edad Media, que expresa la debilidad de estos reinos para tener una flota permanente, factor que le supondrá más de un problema.

De todas formas, desde España y Europa tenemos poca conexión con la historiografía marroquí, e incluso con la árabe en general, y esto nos limita a la hora de elaborar una historia más exacta y rigurosa, capaz de contrastar las fuentes y mitigar los elementos de propaganda que se dan por ambas partes. Solo en el contexto de la Reconquista en España, y a través de traducciones de muy determinadas crónicas árabes, tenemos algunas excepciones, que no afectan a nuestro estudio. Por Mimoun Aziza tenemos una lista de obras marroquíes sobre Ceuta, la mayor parte de ellas crónicas medievales o de historiadores recientes, normalmente hablando de la época medieval. Correspondiente a nuestro estudio, además de citar a al Ansari, que es de la época que nos afecta, cita también la obra Al Hulal al Muchiyya, anónima, que da algunos datos de la flota ceutí¹⁰⁵, que por otros autores sabemos que se dedicaban esporádicamente a la piratería. Menciona a Ibn Jaldún, que vivió la época poco anterior a la conquista portuguesa, por lo que pudo coincidir con una parte de la vida del Desnarigado, y sin duda con la Ceuta musulmana que se desarrolló antes de la conquista. Su obra sí es conocida entre los españoles de hoy, pero no habla de la cuestión corsaria en el Estrecho. Hemos leído el Kitab al-Tarif, especie de historia y autobiografía de Ibn Jaldún, que relata la generación anterior a la época que estudiamos, donde se ofrecen muchísimos datos interesantes, pero que no llegan a dar con alguna pista sobre el Desnarigado. En el Muqaddima, del mismo autor, de gran tamaño, ofrece algunos datos sobre Ceuta, pero es una obra aún más general, y no hay tampoco ninguna referencia que se pueda relacionar con los acontecimientos posteriores que protagonizará el Desnarigado. Aziza cita otros autores, geógrafos y maestros, pero no parecen tratar las aventuras y acciones bélicas tal como lo hace Eannes de Zurara, por lo que es poco probable que mencionen algo del Desnarigado o de la piratería.

54 MASCARENHAS, Jerónimo de: Historia de la ciudad de Ceuta. Ed. Academia das Sciéncias de Lisboa, 1918, p. 117.

55 MASCARENHAS: Historia de la ciudad de Ceuta, p. 118.

56 Ibidem.

57 Debemos aclarar lo que es una fusta, para el lector no entendido en los tecnicismos de la marinería: Se trata de un tipo de embarcación estrecha, ligera y muy rápida, impulsada por medio de unos 12 ó 20 remos a cada costado y una vela triangular (excepcionalmente dos), pareciendo una pequeña galera. Solía medir unos 30 metros de largo y 5 de ancho. Tenía una perfecta capacidad para navegar por aguas poco profundas y sortearlas, incluyendo las rocas, tan frecuentes en la geografía de la costa ceutí. Si bien es cierto que en el siglo XV se solía llamar “fustas” a casi todas las embarcaciones, se sabe muy bien por los estudios de la piratería berberisca que este tipo de navez fueron los que usaron estos corsarios casi sin ninguna excepción, llegando hasta el caso posterior de su uso por los Barbarrojas, ya con grandes recursos. Las fustas también fueron muy utilizadas para misiones de exploración

58 MASCARENHAS: Historia de la ciudad de Ceuta , pp. 118-119.

59 MASCARENHAS: Historia de la ciudad de Ceuta , pp. 157-15.

60 CONTRERAS GÓMEZ, Julio: Castillo del Desnarigado. S/n, 1998, p. 17.

61 GOZALBES BUSTO: Al-Mandari, p. 82.

62 CORREA DE FRANCA, Alejandro: Historia de Ceuta. Ed. Ciudad de Ceuta, Consejería de Educación y Cultura, 1999, p. 136-137, en capítulo 6 del Libro II, epígrafe 233.

63 CARO, Lucas: Historia de Ceuta. Ed. Ayuntamiento de Ceuta, 1989. p. 65. Cita a Mascarenhas, Afonso Dornellos y Correa de Franca, que todos señalan el hecho en el año 1436.

64 LEÓN: Descripción de África , p. 168.

65 MASCARENHAS: Historia de la ciudad de Ceuta , p. 151.

66 La mayor parte de los detalles biográficos de Eannes de Zurara lo sacamos de la Enciclopedia Británica en su edición de 1911, en la entrada de “Azurara, Gomes Eannes de”, así como en la “Vida de Gomes Eannes de Zurara”que se incluye en la edición de la Crónica de la Tomada de Ceuta de Francisco María Esteves Pereira para la Academia das Sciéncias de Lisboa en el año 1915, pp. VII-XCII. También de BAEZA HERRATZI, Alberto: Gomes Eanes de Zurara y sus crónicas sobre Ceuta. En Ceuta Hispano Portuguesa. Ed. Instituto de Estudios Ceutíes, 1993.

67 La fecha de 1410 es puramente especulativa, entresacando algunos datos que el propio Zurara comenta vagamente en su obra. Básicamente, cuando escribió la crónica de la toma de Ceuta (terminada en 1450), asegura que estaba por la treintena, y por tanto, no superando los 40 años. En consecuencia, la fecha más temprana posible es la de 1410, pudiendo haber nacido unos años después, que podríamos determinar si conociéramos la edad precisa que tenía en 1450. Diversos autores han ofrecido propuestas: Esteves Pereira señala el 1410; José Saraiva el 1420; Antonio J. Dias Dinis el 1405. En BAEZA: p. 50.

68 BAEZA: Ceuta Hispano Portuguesa , p. 52.

69 Ibidem: p. 59.

70 Ibidem: p. 50.

71 Ibidem: p. 55.

72 Ibidem: p. 55. Tomé Lopes remató la devastación, aún con mayor eficacia y brutalidad que Zurara.

73 Ibidem: p. 56.

74 EANNES DE ZURARA, Gomes: Crónica de Tomada de Ceuta por el Rei D. Joao I.

75 GOZALBES BUSTO: Al-Mandari, p. 28.

76 BAEZA: Ceuta Hispano Portuguesa , p. 80.

77 EANNES DE ZURARA, Gomes: Primera parte da Chronica dos mais nota veis, e grandes fertos do Ilustre e mto. Nobre Senhor Conde D. Pedro primero Capitán, e governador q toma Cidade de Cepta. Más adelante aparece otro título, que es más cercano al que posteriormente ha adoptado la obra con el tiempo: Chronica dos feitos do Conde D. Pedro de Menezes. He utilizado una versión de la obra bastante antigua (sin fechar), digitalizada, que conseguí gracias a la Biblioteca Pública de Ceuta y su excelente servicio de libros digitalizados en su página web. Del mismo modo quiero agradecer la constante generosidad de la Biblioteca Pública de Ceuta ante los requerimientos de diferentes obras sospechosas de posibles referencias al Desnarigado, si bien es cierto que la mayor parte de ellas no dieron resultado positivo, pero es importante también mencionar dónde no se ha localizado, para orientar y facilitar las investigadores del futuro. Es el caso de la crónica de la toma de Ceuta del mismo autor, Eannes de Zurara, o incluso las ojeadas que realicé en torno a la conocida descripción de Ceuta del musulmán al-Ansari.

78 EANNES DE ZURARA, Gomes: Crónica del Conde Pedro de Meneses, capítulo XXXIII, p. 315. En esta y las siguientes citas sobre esta crónica del gobernador de Ceuta (el título del capítulo es de la otra versión), utilizaremos la versión del tomo segundo del recopilatorio documental realizado por José Corrêa da Serra para la Academia Real das Sciencias de Lisboa en 1792, por ser un portugués más comprensible para el lector actual. La versión manuscrita de la Biblioteca Pública de Ceuta es más antigua, presentando algunas variaciones del idioma, que consideramos que la versión de Corrêa da Serra ha saneado correctamente.

79 EANNES DE ZURARA: Chronica dos feitos do Conde D. Pedro de Menezes, pp. 341-346.

80 Excepcionalmente, tomamos el título de la versión manuscrita de la Biblioteca Pública de Ceuta. En pp. 158-159. Esta versión emplea más las “eses” que las “efes”, como el portugués más actual, a pesar de que el manuscrito debe ser un documento anterior al de la recolección que estamos usando.

81 En la versión manuscrita de la Biblioteca de Ceuta, aparece el número arábido de “ocho” (8).

'Como fôra bom, diffe o Conde, fe poderais trigofamente armar voffo Bragantim pera empachardes andando eftas Fuftas, ata que fe armem outros Navios maiores. Senhor, diffe Diogo Vazques, preftes eftaa, e jaa naõ efperava outra coufa, fenaõ aver voffo recado. E porque as Fuftas trefpontavaõ jaa pelos penedos, que eftam na primeira vifta:

Hy, diffe o Conde, e vogai a elles, e tanto que fordes ácerca delles dai lhe a poupa, e reconhecee o Bragantim do remo, e tirai- lhe com o trom, e com as beeftas, e fe virdes que o voffo Bragantim he mais leve de remo, que alguma delias, andai fempre a par das Fuftas empachando-as por fe nom hirem, e eu hirei em tanto fazer armar as outras.

El relato sigue, pero vamos a detenernos para traducir estas primeras líneas:

82 Se refiere a la toma de una embarcación, con un navegante, que hicieron los portugueses tras la toma de una atalaya.

83 Forma de pesca.

84 Para los caballos.

'Sería bueno, dice el Conde, que pudieras armar trabajosamente vuestro bergantín para alcanzar a esas fustas, hasta que se armen otras naves mayores. Señor, dice Diego Vazques, están ya listas, pues no esperaba otra cosa, del ser de vuestro recado. Y porque las fustas llevaban transportando guijarros, están a primera vista: y, dijo el Conde, acercaos a ellos, por la popa, y rodead el bergantín a remo, y les tiráis objetos y tiros de ballestas, y serviros de que vuestro bergantín es más ligero a remo, que algunos de ellos, andad al lado de las fustas procurando que se vayan, mientras tanto hago hacer armar a las otras'.

Es muy semejante al relato de Mascarenhas, aunque más concreto; es obvio que toma la fuente de Eannes. Notar que habla de otro corsario en la segunda fusta de las tres del Desnarigado. Detalla las tareas de pesca que estaban haciendo los guardias portugueses. Asimismo, que en el momento de la reacción portuguesa, los corsarios ya habían huído y estaban ya por la zona de Barbaçote. Barbaçote en Ceuta se identifica con el mar del sur, a la altura aproximada del actual baluarte y foso marítimo, tirando hacia Tetuán, pero aún dentro de la zona de Ceuta. Así lo podemos ver por un famoso político luso del siglo XIX:

85 CAMP FREIRE, Anselmo: Um aventureiro na empresa de Ceuta. Ed. Livraria Ferin Baptista, Torres & C.Ta, 1913, p

De la fecha podemos tener una aproximación en la obra de Eannes de Zurara, que en el comienzo del capítulo XL habla del “A os nove días do mez de Mayo” (a los nueve días de Mayo) mandó el conde Pedro unos hombres para Joham Munhoz. Poco después menciona que pasa “otro día”. Posteriormente, ya en el capítulo LXI, en el comienzo, justo después de lo relatado y antes del Desnarigado, en la escena de la captura del cárabo cera de la atalaya, se menciona “Logo nefte mezmo mez” (Luego, en este mismo mes). Finalmente, cuando empieza el primer relato del Desnarigado, se indica “acabo de dous dias” (al cabo de dos días). En realidad, no podemos fijar la fecha exacta del ataque por el relato de Zurara; para ello debemos buscar otra fuente. Pero estamos seguro que fue en el mes de Mayo, expresamente dicho por Zurara. Asimismo, que tuvo que ser después del día 9 de Mayo, pues el Desnarigado entra en escena dos días después de lo ocurrido en la atalaya, posterior a dicho día en el que comienza el capítulo XL. Si hubiese ocurrido todo en la misma jornada, sería entonces el día 12 de Mayo. No podemos determinar el año, diversas fuentes hablan o de 1416 o, con más frecuencia, 1417. Siguiendo el relato, y teniendo en cuenta algunas breves “vueltas a atrás”, parece que se trata de 1416 en el relato de Zurara. Pero no se indica expresamente, solo siguiendo un orden que no siempre es estricto en la crónica, podemos suponer esos dos años. Mascarenhas parece ser más exhaustivo con los tiempos, pero hemos notado numerosas inexactitudes (llega a hablar de ataques portugueses desde Ceuta en Febrero de 1415, lo cual es imposible).

Pero prosigamos:

Diogo Vazques era homem bem destro naquelle mester, e abastavalhe o coração pêra fazer qualquer cousa trabalhosa, por muito perigosa, que fosse: o Conde mandou logo fazer prestes duas Fustas, que Joham Pereira hy tinha, e mandou aos Alcaides, que as aparelhassem, e que dissessem logo a seu Senhor, que se metesse em huma delias: e em esto chegarom Fernam Gonçalves d'Arca, e Martim de Crasto, pedindo ao Conde, que os leixasse hir em ellas, o que lhes de boa vontade foi outorgado, mandando armar outra Fustas, que hy estava de Mosé Martim: Ora, diffe elle, vós by affy o mais acaorados com a terra, que poderdes, e eu mandarei a dous de cavallo, que vós façam final de cima do monte. Partio-fe o Conde dalli, e foi da outra parte de Barbaçote, e mandou a Mosé Joham, e a Joham da Veiga, que botaffem logo outro feu Bragantim, que eftava varado en terra, o qual em breve foi preftes, e quatro Barcas pequenas, nas quaes mandou Beefteiros, fegundo a grandeza de cada huma, e des y que efteveffem affy preftes, até que chegaffem as outras Fuftas. E Diogo Vaz entre tanto nom fazia fe nom empachar os contrarios, huma vez chegando-fe a elles, e outra vez lhe fugindo; e quiz Deos, que os Mouros ouverom vifta de duas Barcas, que andavam a pefcar contra o Cannaveal, e vogaraõ a ellas; peroo com toda fua trigança nom lhe poderom fazer nojo; porque a huma foi de todo a terra, e a outra ficou arrombada em huns penedos per aquelles, que a traziam: e porque os de cavallo feguiraõ pera lá pera lhes dar focorro, acertou-fe que em correndo dous cada hum per fua vez cahirom, e os Mouros tendo nello fentido paffarom as noffas Fuftas per Barbaçote, e Diogo Vaz vêo fora per polvora ao almazem, e des y poer hum homem, que trazia ferido em terra; e o Conde mandou aos de cavallo, que ficaffem alli, e elle foi dar avifamento aas Fuftas: 'Ora, diffe elle, aquí nom compre tardança, vós Joham Pereira, e Mofé Joham de Salla- Nova enveftir a outra Fufta maior, e vaã com vofco duas Barcas, que andam a recofo, e vos acudem como comprir; Mofé Martim vaa a enveftir a outra Fufta per outra banda, ou lhe tirem de través; e Diogo Vazques envifta a outra, que he (a) mais pequena; e de tanto vos avifai, diffe elle, que todos enviftais juntamente'.

86 Seguramente será un cañaveral. Cerca de Castillejos había una muy importante, como pudimos ver en al-Ansari.

Comprobamos que los corsarios retrasan su huída ante la oportunidad de hacer fácilmente nuevos prisioneros contra dos pequeñas barcas pesqueras cristianas, que se encontraban por esta parte de Ceuta pescando descuidadamente, pero pudieron huir, pues aquí queda claro que el encuentro es fortuito y desventajoso para los cristianos, que huyen a tierra, rompiéndose una de ellas por la precipitación, con la suerte de recibir socorro. Los perseguidores cristianos continúan tras los corsarios, mientras otros aprovechan y preparan la operación, decidiendo qué barco se iba a enfrentar, en orden, a las fustas piratas. Es interesante notar que hay un cristiano herido que debe dejar el combate, y el uso de pólvora por parte de los portugueses. Junto a la suma de las embarcaciones lusas, las fuerzas se estaban poniendo muy en desventaja para los corsarios, que tienen claro que deben escapar. Seguimos el relato:

As Fuftas dos Mouros forom-fe lançar ao Caftello de Metene em huma angra, que alli eftaa, e tanto que Diogo Vazquez, que hia diante chegou, deteve-fe, e aguardou as outras Fuftas, e Barcas, e como forom juntas, parece que os Mouros fentiraõ fua vinda, e hum delles quizera arvorar; mas aquelle feu principal Capitaõ, que fe chamava o Efnarigado bradou per tal guifa, que o ouvio e entendeo Affonfo Munhóz, onde eftava com Nuno de Goes na praya da Caftellejo, dizendo aos outros, que 'efteveffem quedos, e que naõ temeffem os Chriftãos; caa homens eram como elles, e que os leixaffem chegar, e achariam quem lhes moftraffe, quanto havia de bom Mouro a bom Chriftaõ'. E em efto chegarom as Fuftas, e começáraõ de as feguir, e andando jaa hum Barinel de reguardo, porque fe lhe compriffe ajuda, que lhe podeffe aproveitar, e finalmente os Mouros nom curaraõ das palavras, que o Efnarigado dizia, porque fe virom tam apreffados, que leixarom as duas Fuftas, e faltárom em tierra, e em huma dellas matáraõ os Chriftãos, que levavam, e na outra foi a fortuna mais favoravel pera elles; porque quando lhe quizeraõ fazer dapno, chegárom as noffas Fuftas tam ácerca, que lhe nom derom vagar pera ello, e affy efcapáraõ per aquella vez; e eftes Chriftãos eram aquelles, que os Mouros tomáram na Almina, como jaa diffemos: a terceira Fufta fe lançou no Rio de Benamadem, a qual bem fora filhada, fenaõ porque Diogo Vazques nom levava tanta gente como da primeira, porque leixára da fua companha alguns nas Fuftas, que tomárom, e des-y-er os outros cançavam; e fobre todo, porque Diogo Vazques vio muitos Mouros na praya, e conheceo, que fe foffem dentro, que o Bragantim nom podeira girar. Huma deftas Fuftas filhadas ficava arrombada, e foi o Conde depois por ella; caa eram efpeciaes dous Navios, e com que os Mouros ao diante receberaõ grande danno.

(Traducción): Las fustas de los moros fueron por el Castillo de Metene en un arroyo, que allí había, mientras que Diogo Vazques, que llegó, se detuvo, aguardando las otras fustas, y barcas, y como se juntaron, parece que los moros sintieron por su vida, y una de ellas quiso irse, pero su principal capitán, al que llamaban el Desnarigado gritó de tal manera, que lo oyó y entendió Alfonso Munhóz, donde estaba con Nuño de Goes en la playa de Castillejos, diciendo a los otros, que estuviesen quietos, y que no temiesen de los cristianos, que eran hombres como ellos, y que los dejasen llegar, y encontrar para mostrarles, cuánto había de buen moro como el buen cristiano. Y en esto llegaron las fustas, y las comenzaron a seguir, con un barinel de resguardo cerca, para que les ayudase, y pudiera aprovechar, pero finalmente las palabras no se curaron por las palabras, que el Desnarigado decía, porque se vieron tan presionados, que dejaron sus dos fustas, y saltaron a tierra, y en una de ellas mataron a los cristianos, que llevaban, y en la otra hubo más fortuna favorable para ellos; porque cuando les quisieron hacer daño, llegaron muy cerca nuestras fustas, que no le dieron tiempo para ello, y así escaparon aquella vez; estos cristianos eran aquellos que los moros tomaron en la Almina, como ya dijimos: la tercera fusta fue hacia el Río Benamadem, la cual hubiese sido capturada, sino fuera porque Diogo Vazques no llevaba tanta gente como al principio, porque dejó algunos de su compañía en las fustas que tomaron, y otros estaban cansados; pero sobre todo, porque Diogo Vazques vio a muchos moros en la playa, y sabiendo que una vez dentro, su bergatín no podía girar. Una de estas fustas capturadas estaba rota, y fue el Conde después a por ella; como eran dos navíos especiales, es como los moros recibieron un gran daño.

Se detalla la existencia de un castillo, en zona mora, denominado “Metene”, al lado de un arroyo, enfrente de la playa de Castillejos, donde un cristiano escuchó las palabras del Desnarigado. Es allí donde se produce las maniobras del rescate, donde salvan a varios cristianos, pero no a todos, pues unos mueren, y otros llegan prisioneros a zona musulmana, con una de las naves. El Desnarigado se salva, bien porque su fusta era la tercera que escapó, bien porque se echó a tierra antes de que llegaran los portugueses. Sabemos que se salva, porque habrán noticias nuevas de él. Escapa por el Río Benamadem, que debe estar aún más al sur respecto al Castillo de Metene y la playa de Castillejos. Debemos hacer notar que el número de cristianos no está realmente determinado: si bien conocemos el número exacto de pescadores, cuatro, sin duda se incluyen también a algunos vigías, cuyo número es indeterminado, o quizás cristianos capturados en otro episodio. Hablando en plural de los cristianos cautivos en todas las embarcaciones corsarias, que eran tres, consideramos que por fuerza debían ser más de cuatro, ya que, quedando claro que hay prisioneros en las tres naves, se hablaría en singular respecto a la presa de alguna de las fustas corsarias, y no es el caso.

Debemos mencionar que en el capítulo VI del libro II de la Crónica de Pedro de Meneses se relata un episodio muy semejante, pero más resumido. Se habla de tres pescadores capturados en la Almina por parte de unos corsarios, que días antes se presentaron en el puerto de Ceuta durante la boda de Ruy Gomes da Silva con la hija del Conde, doña Izabel, sorprendiéndolos a todos, menos a un marinero que guardaba uno de los dos barcos que pretendían capturar los piratas. Sin embargo, la resistencia con pedradas y fuego impidió esta captura, teniendo que conformarse los corsarios con tomar otros barcos, retirándose. Se quiso seguir a los asaltantes, pero fue imposible.

87 EANNES DE ZURARA: Pedro de Meneses: p. 349

88 “Cómo Gonzalo Vaz tomó un navío, y otras cosas, que le sucedieron en el mar.” 89 “Mandó navegar, y fue hasta avistar la punta de Beliones, donde vieron las tres fustas tan largas como su punta.”

90 Se traduce: “Y fue así dándoles caza, hasta que llegaron justo al castillo viejo, que está junto al Alcázar, y una de las fustas, que se sintió alcanzada, fue a encallar en tierra, y las otras dos se acogieron en Alcázar.”

91 EANNES DE ZURARA: Pedro de Meneses: p. 417. “Los moros quisieron entusiastamente arrojarse sobre las fustas, que los nuestros dieron vagando, porque mientras ellos no estuvieran fuera, los nuestros estarían dentro. Fue aquella fusta de aquel gran corsario, que se llamaba el Desnarigado, la cual traía por entonces a un hijo suyo, que en los hechos de la guerra se parecía mucho a su padre, que lo engendró.” Traer, en el sentido de capitanear, entendemos que no estaba entonces el Desnarigado.

92 En p. 429 de la Crónica de Pedro se describe el Valle de Bullones, que es inevitable identificar con la actual Beliones, a la falda de la Mujer Muerta: “Valle de Bulhoes he hum Valle ácerca de Cepta contra Alcacer, cafy no meio do Eftreito, em huma faldra da ferra, affy como cai pera o mar, em o qual tinhaó os Mouros fuas Quintãas com muitos pumares, e jardins deleitofos, acompanhados de Torres, e Cazarias formofas, e pintadas pefa acrecentamento de fua deleitaçaõ, e tam baftas eram em aquelle Válle, que cafy parecia huma Villa, antre as quaes eftava huma Torre grande, e formofa fobre hum penedo, em que batia o mar”

93 EANNES DE ZURARA: Pedro de Meneses: pp. 516 y ss.

“Por eftes dapnos, que os Mouros continuadamente recibiam no mar, vendo como lhes era neceffario paffar de humar parte a outra, ouverom de fazer Navios efpeciaes; e efto fe fez muito mais en Tanger, que em outro Lugar daquella Cofta, entre os quaes foraõ feitas tres Fuftas, que armarom da melhor gente, qua antre fy acharom; e o primeiro Capitaõ dellas era aquelle valente Corfario, que se chamava o Efnarigado; e em outra hia Abenzagaõ; e em a terceira hia outro Mouro, que fe chamava Bocar Caudil. E feguio-fe que nefte tempo ouve o Conde Dom Pedro novas como fe carregavaõ em Malaga huma Fufta, e alguns Carevos de groffa mercadaria; e por cuanto Andres Martim, e Affonfo García eram enfermos, mandou corregir fuas Fuftas, nas quaes mandou por Capitaõ hum feu criado, que chamavan Martim Vazques Peftana homen oufado nos perigos; e outro que fe chamava Alvaro Fernandes Palenço grande homem em pelêjas de mar; e na terceira foi Alvaro Fernandes do Cadaval: a eftes tres Capitães chamou o Conde, e amoeftou-os, que teveffem tal avifamento, que per fua mingoa nom fe recreceffe algum perigo a outra companhia, avifando-os da maneira, que teveffem em fua via gem, os quaes bem enfinados do que lhes compria, como fobreveio a noite partirom da Cidade, e fendo tanto avante como Bulhões, hum daquelles navios, a que chamavan o Rapozo hia largo ao mar, e as outras feguiam atrás, e pouco ante fy virom fuzilar: Certamente, diffe hum, efto Coffarios faõ, no que fe acordáraõ dous delles, mas ao terceiro pareceo, que feriam ondas do maar, que quebravam alli.

94 Existe la posibilidad a que se refiera a “cárabos” y no a “carabelas”. Los cárabos, asociados a la piratería norteafricana, eran pequeñas embarcaciones. Tomamos del blog “Melilla Marinera” en su entrada Los Cárabos Norteafricanos (consultado 29/08/2016) las siguientes explicaciones: “A pesar de que se suele asociar la palabra cárabo con la piratería costera norteafricana, este versátil tipo de embarcación fue utilizado para fines pacíficos y legítimos como el comercio y la pesca. El cárabo era una especie de laud o mitjana norteafricana provisto de un palo con vela latina y remos como propulsión auxiliar. Era de pequeño porte y formas finas, sobre todo los de remos, aunque hubo algunos de mayor porte que llegaban a armar un pequeño palo de mesana. Estos cárabos mantenían un tráfico costero que abarcaba desde la ría de Tetuán, las costa del Rif, Guelaya y Quebdana hasta Orán y Argel. Esta ruta de cabotaje la menciona Cervantes en la historia del cautivo que aparece en el Quijote. Los marinos que tripulaban estos cárabos eran, principalmente, de las cábilas de Bocoya, bahía de Alhucemas, Beni Said, costas de Tres Forcas, Mazuza y Quebdana.” Incluye imágenes contemporáneas y grabados más antiguos de cárabos, prácticamente barcas de pesca que no nos hacen pensar que pueda mover una acción pirata de varios kilómetros como hay de Ceuta a Málaga. Por ello consideramos que deben ser las primitivas carabelas que proliferaron al sur de la Península Ibérica por esta época, si bien como embarcaciones de pesca de notable tamaño.

Como vemos, el relato sigue siendo muy semejante al de Mascarenhas, si bien algunos detalles son distintos, tal como vemos aquí respecto a uno de los barcos musulmanes, que por las olas tuvo ciertos problemas, sin quedar claro si pudo participar en la batalla posteriormente, y quién era el capitán del mismo. Pero sigamos:

As Fuftas dos mouros nom fomente eram aquellas tres, que jaa nomeámos, mas ainda outras tres, que fe a ellas ajuntarom, pero todas de Tanger, as quaes tanto que fentirom os noffos Navios, e conhecerom a grandeza de cada de cada hum, repartiram-fe como fentiraõ, que compria, a faber, as mayores aa mayor, e as mais pequenas aas mais pequenas: e brevemente quando as noffas ouverom conhecimento das Fuftas dos contrarios levarom remo, pero quando as virom vir avivadas contra fy, e virom que fe chegavam a elles vogarom por diante, e duas aferrarom per prôa, e huma ao quarto banco; e fendo affy aferrados dous Navios a hum, porque o Rapozo era ainda ao largo, como fentio a pelêja voltou fobr´elles, e enveftio huma das Fuftas affy rijo, que meteo os efporões todos em ella, em tal guifa que a mayor parte da gente foi ao maar; e como era noite, e a outra gente pelêjava, nom poderom entender na falvaçaõ daquella, de guifa que todos aquelles morrerom afogados: e quando fe o Rapozo perlongou iguou-fe com a outra Fufta fua parceira, e penfando que era de Mouros começáraõ de pelêjar; mas quando fe reconhecerom jaa muitos eram feridos, e foi bem pera a Fufta pequena, porque fe muito tardara de fe conhecerem fora de todo perdida.

(Traducción): Las fustas de los moros que hemos mencionado eran aquellas tres, más otras tres, que a ellas se unieron, todas estas de Tánger, las cuales detectaron nuestros navíos, y conociendo el tamaño de cada una, se repartieron como sintieron y supieron, a saber, las grandes con las grandes, y las más pequeñas con las más pequeñas: y rápidamente cuando las nuestras tuvieron conocimiento de las fustas contrarias, levantaron remo, pero cuando las vieron avivadas entre sí, y vieron que llegaban a ellas, navegaron por delante, y dos se aferraron por proa, y una por el cuarto banco; y siendo así aferrados dos navíos a uno, porque el Rapozo era todavía más amplio, como sintieron la pelea se volvieron sobre ella, y embistió una de las fustas con fuerza, con todo el estímulo en ello, de tal manera que la mayor parte de la gente fue al mar; y como era de noche, y los demás peleaban, no podemos creer que nadie se salvara, de manera que todos aquellos murieron ahogados: y cuando el Rapozo embistió hacia otra fusta amiga, pensando que era de los moros comenzaron a pelear; pero cuando se reconocieron ya muchos estaban heridos, y fue bueno que la fusta fuera pequeña, porque se tardó mucho antes de que se conocieran antes de que todo fuera perdido.

El relato es semejante, pero se comenta que las tres naves de apoyo de los musulmanes eran de Tánger, siendo la de Arzila una de las primeras. ¿Quizás la del Desnarigado? Seguimos:

A Fufta grande dos Mouros foi enveftir o Rapozo per pôpa, e a outra Fufta veio da outra banda, pero como o conheceo nom quiz meterfe com elle, fabendo, que faria com feu dapno, e acudio logo alli outra mais grande, e Abenzagam penfando ter avantagem lançou hum arpéo de ferro, e outro de páo na Fufta, e foi alli huma pelêja muy grande, ainda que muito nom duraffe. Os noffos faltáraõ em huma das Fuftas, e enxorarom-na toda antre os que mataraõ, e os que fezerom faltar ao maar, que nom ficáraõ fenom tres, que ainda depois do vencimento forom achados efcondidos, e affy ficava a pelêja cafy igual: peroo os Navios, que inda nom eran vencidos eram os principaes; e em que eftavam aquelles que mais fabiam de guerra, e começou-fe alli a pelêja como de novo; e por certo que affy de huma parte, como da outra fe partiam as armas fem doo: o arruido era tam grande, e os golpes tam empregados, que nom parecia fe nom ferraria, que na rua d´alguma Cidade faz defvairado fom: porem aquelles bons Capitães com alguns, que fe eftremáraõ antre os outros Chriftãos faltarom em huma Fufta dos Mouros, e enxorarom-na toda, que nom ficou nenhum homem vivo fobre a coberta, e em efto os outros Chriftãos, que eftavam na prôa enxoraram as outras, até cerca d´ametade: e parece que nenhuma das Fuftas nom lançou arpéo; e porque huma jazia empachada da outra banda com o Rapozo, e com a outra Fufta pequena, nom fe pôde tam afinha fahir pera hir aas outras, e em efto enveftio outra Fufta grande o Rapozo per pôpa, e ally começarom como de novo a pelêjar, e faltou logo dentro hum Efcudeiro, a que chamavam Pero Affonfo, e affy outro Efcudeiro apos elle, os quaes eftavam na pôpa do Rapozo, e affy trabalharom ambos, que enxoráraõ a Fufta até o mafto, e parece, que parte d´alguns bons homens, que eftavam acudirom aa prôa, antes que os efta Fufta enveftiffe pelas outras, que eram de prôa, e acertou-fe, que nom faltarom com os outros, e os Mouros como virom, que de tam poucos eram vencidos, acudirom rijamente, e matarom a Pero Affonfo, e o outro faltou fora, e efcapou: e em efto a Fufta dos Mouros refufou atrás, e refufando o remo começou de fe fahir: e por certo que fe os que hiam no Rapozo foram uzados em pelêja do maar, que faltaram nas outras Fuftas, bem as poderam filhar; e finalmente que as Fuftas forom todas em aquella noite filhadas, fe nom fora, que aquelles que faltáraõ na primeira Fufta começarom de bradar; e os noffos que hiam apos as outras, que fugiaõ, cuidaram qne os filhára algum Navio dos contrarios, tornarom fobr´ella, e forom muy triftes quando acháraõ feu engano, pelas outras, que perderom, e affy fe tornarom a Cepta.

95 No estamos seguro de traducir correctamente “de páo” en esta parte. En principio, se refiere a “de palo”, por tanto, a un arpón de madera, lo cual es probable si se refiere a la estructura de lanzamiento. Hemos considerado la posibilidad de que “arpéo” sea “espolón” o una palabra que se refiera a esta parte del barco, utilizada precisamente en las embestidas, pero no en lanzamientos, a modo de ariete. El espolón era una pieza de hierro o madera que se prolongaba por proa, colocada en el barco, pero no construida en el conjunto de la nave, a fin de que pudiese desprenderse tras la embestida; si estaba unida, se corría el riesgo de fragmentación del barco tras el ataque o los movimientos posteriores, en palanca, bastante probables. Con la pieza dividida, dañaba sin ser dañado, dejando el espolón incrustado en el otro barco. Pero en esta traducción hemos considerado que se trata de “arpón”, no ya por la palabra en sí, sino también porque se usa dos veces en un mismo barco. Existe otra posibilidad, y son los garfios, muy usados en esta época para enganchar las embarcaciones enemigas para el abordaje, pero presenta el mismo problema. Arpón y garfio de madera suena extraño, pero podría ser. En nuestra traducción hemos preferido obviar el detalle.

En este relato de Eannes se entran en más detalles sobre el combate, que fue muy duro. Quizás sea un problema de traducción, pero los dos escuderos Pero Alfonso, y el otro, parece que “trabajaron”, posiblemente en reparaciones que perjudicaban los cálculos de los musulmanes, pero lo más probable es que “trabalharom” debe referirse a una lucha, pues queda entendido en el contexto que son rodeados en un combate, y muere Pero Alfonso, echándose al mar el otro, que vive. Seguimos finalmente:

Mas pera fe conhecer qual fôra feu trabalho em aquella noite, podia-fe bem efguardar pelas chagas, que todos leváraõ; caa nom ficou algum, que nom foffe ferido, pero nom morreo outro fe nom aquelle Pero Affonfo, que jaa diffemos. E como quer que nós, efte Capitulo nom efplanemos tam largamente como fe devia fazer: fabee, que foi efta huma pelêja muy grande, na qual fe perderom dos imigos paffante de feffenta, antre os quaes morrerom quatro muy grandes Coffarios; deftas Fuftas as cinco eram de Tanger, e huma d´Arzila; e bem pareceo no outro dia, qual fôra a pelêja daquelles Navios, caa jaziam ao longo da praya corpos fem almas, huns fem braços, e outros fem mãos, e lanças, e dardos, e efcudos quebrados; e logo a poucos dias fe feguio, que aquellas Fuftas do Conde tomarom huma Fufta d´Alcaçar; mas porque a pelêja foi de pouca força nom curamos de alargar mais o feito com longura de palavras.”

(Traducción): Pero para conocer cual fue el trabajo de aquella noche, podría recordarse por las heridas, que todos llevaban; no hubo nadie, que no fuese herido, pero no murió nadie sino aquel Pero Alfonso, que ya mencionamos. Y como queremos, en este capítulo que no se ha extendido tanto como se debería hacer: saber que esta fue una pelea muy grande, en la cual se acabó con más de sesenta enemigos, entre los cuales murieron cuatro muy grandes corsarios; de estas fustas cinco eran de Tánger, y una de Arcila; y bien se vio otro día, como restos de aquel combate naval, que se hallaban a lo largo de la playa cuerpos sin almas, unos sin brazos, otros sin manos, y lanzas y flechas, y escudos quebrados; y luego pocos días después, que aquellas fustas del Conde tomaron una fusta de Alcazar; pero porque aquella pelea fue de poca fuerza no vamos a alargarnos más con más palabras.”

El capítulo prosigue un poco más, pero relatando hechos notables de destacados portugueses. El relato de esta batalla termina y no se 59 especifica quienes eran esos cuatro grandes corsarios que fallecen. Solo se insiste en la importancia de esa batalla, que tiene más detalles de lo que se cuenta en esta crónica. Si Eannes se basa en las memorias de contemporáneos suyos, o algún documento por méritos a uno de sus participantes, es algo que se nos escapa, pero que sin duda debió haber más información, empezando por el destino del Desnarigado y los otros dos capitanes, del que debemos decir que Bucar Caudil debió sobrevivir, porque aparece posteriormente en otros relatos como un jefe local en tierra, propietario. En lo relativo a las fechas, sabemos que en 1436 aún vivía Bucar Caudil, ya muy viejo (capítulo XXXVII del segundo libro de la Crónica de don Pedro); por su parte, no conocemos la fecha que da Zurara sobre la derrota de Bemirgao por Alfonso García.

Finalmente, creemos poder afirmar que básicamente Mascarenha recoge el relato de Eannes de Zurara, que traduce a su castellano viejo.

Algunos autores contemporáneos han tomado notas de estos relatos, especialmente los portugueses, tal como vemos en el siguiente artículo:

96 ARPELAU ORTA, Daniel Augusto: Tamtas cousas notaveis pera escrever: Relaçoes de poder e perfis ideais na crónica do Conde D. Pedro de Menese de Gomes Eanes de Zurara (1385-1460). Ed. Universidade Federal do Paraná, 2010, p. 84.

(Traducción) “Indicios más largos del texto permiten llegar a otras fuentes de datos, como un posible acto de guerra, probablemente un brevario existente en Ceuta con datos sobre quién, cuándo y dónde tuvieron lugar los combates. En el capítulo LXI hay una rápida mención: (citado y traducido ya). Como había el pago de la quinta parte de lo que era obtenido del enemigo, esta descripción podría ser importante tanto para el gobernador, conociendo detalles sobre cómo es lo que fue conquistado, y consecuentemente asegurar su costa, como aquellas que demostraban un papel activo, igualmente aptas para adquirir del expolio. Como los relatos contenidos en este libro de registro de guerra, se puede aventurar el soporte tipológico de sus informaciones, demostrando como podría ser diversificado, ejerciendo su oficio organidándolos para darles un sentido coherente y cronológico.”

97 GARCÍA DE LA TORRE, Manuel: El Desnarigado. En “Extra-Ceuta” nº 71, jueves 10 de Diciembre de 1981, Murallas de Ceuta, p. 18. 98 MÁRQUEZ DE PRADO, José A.: Paris-Valencia SL, 2000, p. 184.

99 CARO: Historia de Ceuta, p. 236.

100 CONTRERAS: El Castillo del Desnarigado, p. 23.

En realidad, sí que habría alternativas. De ser cierta, es posible que se designara con ese nombre al lugar y no a la fortificación como indica Lucas Caro. Durante la larga dominación musulmana de Ceuta no se usó ese nombre por los musulmanes, que sepamos hoy, siendo su uso utilizado acaso por viajeros o por cristianos romanizados residentes en la ciudad, cuyo número sería muy reducido. Asimismo es probable que solo se trate de una afirmación realizada por Caro siglos después, es decir, un anacronismo, conociendo acaso, de alguna manera, la denominación del lugar por parte de los romanos en tiempos remotos a la zona. Sin embargo, en su epílogo, Contreras da con una posible solución que lo explicaría todo:

“El único Finisterre encontrado (hoy llamado Fisterra) está situado en la costa occidental de La Coruña (A Coruña actual) y a unos 108 kilómetros de la Capital, que, por cierto, tiene en su Torre de Hércules el más antiguo monumento. En realidad el Finisterre gallego es Cabo, Faro y pequeña península donde se asienta un pequeño municipio. Todos tienen el mismo nombre. (...)

Pero, además, el pueblo está dominado por dos montes. Uno de ellos se llama Veladoiro, el otro... FACHO. Entre ambos, se forman... ENORMES ACANTILADOS y... PEQUEÑAS PLAYAS. Tienen también un... CASTILLO, y para más delito, hace muchos años fue convertido en... MUSEO.

Si algún romano gallego (que los hubo en Ceuta) bautizó con el mismo nombre nuestro parecido lugar; si fue un romano septensianis o abilicorum afincado en el norte de la península Ibérica (que también los hubo) el que hizo lo propio en Galicia, o, si fue la común cultura de los romanos, la que determinó igual denominación para lugares semejantes, es algo que no se puede asegurar e, incluso, entra en el campo de la fantasía o la leyenda.

101 Ibidem: p. 98.

Aquí puede que nuestro autor se emocione un poco (quizás por tener origen gallego) y con ello se precipite. En Historia, especialmente la Antigua, es común la coincidencia de nombres. A la hora de bautizar, la originalidad de los antiguos no es que brillara especialmente. Es común la coincidencia de nombres en la toponimia histórica, lo cual ha provocado todo tipo de confusiones y problemas para los historiadores y estudiosos. Por ejemplo, Alejandro Magno fundó docenas de ciudades con el nombre de Alejandría (se especula que fueron unas sesenta, pero no se puede determinar a día de hoy). Según ciertas teorías difíciles de determinar, diversos lugares como Bulgaria (burg, aunque existen otras teorías), Castilla, Cataluña (también en discusión), o Luxemburgo (lucilem burrugh: “castillo pequeño”) comparten el mismo significado en su origen etimológico, “tierra de castillos”, o en general algo relacionado con castillos. En el caso de Finisterre, el Fisterre-Finisterre de Galicia y el supuesto Finis Terrae de Ceuta no serían, en absoluto, los únicos: en Francia existe un Departamento con ese nombre, situado precisamente en la costa occidental de Bretaña. Y muy probablemente en tiempos antiguos los romanos darían el mismo nombre a diversos lugares. En Gales, hay una ciudad llamada Penbroke, que en su lengua, significa “fin de la tierra” (Pen: fin, cabeza; Bro: región, país). Esto es debido porque en la Antigüedad, ante la inmensidad del mundo y los escasos medios de comunicación y transporte, nunca se tuvo la pretensión de asignar un solo sitio como el pretendido fin del mundo; en aquella cosmovisión de tierra plana que compartió una buena parte de la población (que no toda: antiguos griegos ya dieron por cierto la esfericidad del mundo, pero estos debates filosóficos no siempre llegaron extensivamente al resto de la población de entonces), cualquier límite de la tierra frente al pretendido último océano, era susceptible de recibir esa denominación. Por tanto, no sería de extrañar una coincidencia de nombres, sin que hiciera falta que un romano viajara desde Galicia a Ceuta o viceversa. Hecho no probado, pero se debe reconocer que la propuesta de Contreras es posible y tampoco se puede descartar, mas también es aventurado confirmarlo.

Sin embargo, quizás debamos añadir que solo se trate de una confusión de Lucas Caro, que adjudicó erróneamente a Ceuta el nombre de una región propio de otra zona, y lo mezcló con el ataque del Desnarigado a los portugueses. Desde luego, no se puede negar que el Finisterre de Galicia es semejante a las costas del Desnarigado en Ceuta, como bien asegura Contreras, provocando quizás dicha confusión, pero en los relatos de los cronistas este castillo no aparece expresamente mencionado.

102 Primera edición en 1792, que es la de Correa da Serra; también hemos usado la edición de 1950, de la editorial Atlántica

103 Cuadro de clasificación es la denominación que se da al esquema de la organización de un archivo, dividiéndose en varias partes por diferentes razones: temas, épocas, personas, etc. A decisión de cada archivo, que cada uno tiene un modelo diferente, si bien existe una tendencia general a la mayor homogeneización posible.

104 Jefe de la caballería nazarí, cuerpo de élite del Reino de Granada, acostumbrado a emboscar a los castellanos. Fue alcalde de la localidad granadina de Píñar. Partidario de la guerra y no llegar a acuerdos de vasallaje con los castellanos, tuvo que exiliarse ó hacia el Magreb a fines del siglo XV cuando Píñar fue conquistada por los cristianos y el propio al Mandari la tuvo que rendir.

105 AZIZA, Mimoun: Ceuta en la historiografía ceutí. Ed. Instituto de Estudios Ceutíes, 2014, p. 13

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