Cap. 1
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4

Capítulo 2

La alimentación en la Ceuta Mariní: Una Aproximación a su problemática

Si nuestros cubos de basura no son un exponente de todo nuestro consumo y menos de nuestra economía, no es correcto usar el registro paleobiológico como una muestra del pasado del hombre, al menos no de lo que comió. la ba sura es un desecho del consumo, es un conjunto de inutilidades que parte del animal que se sacrificó y que acaba en unos cuantos restos que se entierran o lo entierran hasta que los encontramos siglos o milenios después.

no siempre estos basureros experimentan los mismos procesos y, por lo tanto, observaremos los mismos efectos, depende de los avances técnicos de las distintas culturas del hombre, de las condiciones del medio y de cómo se haya rescatado. Por ello, hemos de encontrar las pautas en el comer y en el tirar de las poblaciones humanas procedentes de distintos tiempos y lugares, sin olvi dar diferenciar la producción de basura del hombre del resto de las especies y de acontecimientos naturales que han podido intervenir en la formación y actual conservación del depósito.

Desde este punto de vista llegamos a tener que deinir al principal agente pro ductor del basurero: nosotros, en distintos momentos y espacios. antes, sin embargo, hemos de conocer al animal que todos llevamos dentro y a ese co nocimiento le denomino índice de animalidad del hombre. Hemos avanzado mucho en el dominio del medio, tanto que no existe prácticamente espacio no colonizado y modiicado, pero desconocemos aún cuánto de nuestro compor tamiento se asemeja o se diferencia del que hemos tenido en estos últimos 10.000 años. un tiempo en el que hemos domesticado plantas, animales y suelos, que nos ha creado dependencia y, posiblemente, estos recursos mo diicados también nos han domesticado y cambiado respecto a nuestros ante pasados.

A veces, nos deinimos como una cebolla, pero el hecho de que todas las capas sean iguales me lleva a compararnos a otro vegetal. desde mi punto de vista, al hombre le identiico más con un melocotón, una fruta que los con sumidores tomamos por la pulpa y que el árbol produce por su almendra. Esta almendra es nuestra animalidad, lo que realmente le importa a la especie para preservarse, la pulpa es el reclamo, la garantía de perpetuar esa animalidad con la intervención o no de otras especies.

la animalidad del hombre es él mismo en cualquier momento de su historia y de su presente inserto en la vida, y los avances técnicos y culturales son la pulpa que preserva su situación en la naturaleza, y en ésta sólo se es piedra, vegetal o animal (humano o no). Enseñarles la almendra o nuestra animalidad podría justiicar cientíicamente nuestra evolución cultural.

Valverde (1967) expuso en una gráica cada especie de mamíferos por orden de tamaño, desde la musaraña hasta el elefante, y mostraba el régimen ali menticio de los mismos como carnívoros, insectívoros y herbívoros, relacio nando el tamaño de los individuos con el comportamiento alimenticio de los mismos. Según la apetencia de ese animal y el balance positivo de energía que le produce ingerir una u otra cosa este animal seleccionaría lo que iba a comer, casi siempre la presa es un ser más pequeño que el cazador. En esa ristra de animales no aparecía el hombre y es que los biólogos han dejado este tema a los antropólogos, sin pensar que hoy en día no hay razón para estudiar Biología sin conocer antes el comportamiento humano. Si colocamos a este hombre, de unos 70 Kg de masa corporal, en el cenograma de Valverde, esa gráica que he mencionado antes, estaría entre los ungulados cuyas masas corporales, en la Península ibérica, van de unos 18 Kg del corzo a los cientos de Kg de las vacas. Casi todos ellos son herbívoros y, sin embargo, el hombre es un omnívoro, curiosamente igual que uno de estos ungulados, el jabalí o el cerdo.

Su parecido es tal (cerdo y hombre) que ambos tienen unos dientes diferencia dos para comer bulbos, granos, carne (muerta o cazada) y, sin embargo, he mos evolucionado de distinta manera, el cerdo sigue siendo un jabalí cuidado y el hombre, un animal educado. Y la diferencia entre ambos isiológicamente no es mucha (hasta hace poco las válvulas de corazón de cerdo sustituían nuestras válvulas maltrechas), pero fíjense que hasta que no llegamos al gru po de los homínidos, la diferencia entre las cuatro extremidades no se da, los animales tienen cuatro patas y los homínidos dos, las otras dos extremidades se han liberado y se les llama brazos. ¿Pueden recordar algún otro animal que tenga brazos y no esté erguido?. ¿Quizás bracear es lo que nos ha hecho evolucionar más deprisa que a otros grupos?. Por lo menos, bracear nos ha permitido hacer algo muy concreto que es domesticar usando técnicas como la de la labranza o la de ordeñar cabras.

Es curioso que las especies que hemos domesticado en cualquier parte del mundo sean mayoritariamente ungulados, que la mayoría de ellos sean herbívoros (el 98 % de los restos de la mayoría de los yacimientos arqueológicos contienen una fauna procedente del grupo de los herbívoros, ungulados y la gomorfos) y con el único que compartimos un régimen omnívoro, el jabalí, lo hemos domesticado y nos lo hemos comido, quedándonos en este grupo de “amigos” como el “traidor”, ya que los ungulados esperan que se los coman los carnívoros de toda la vida, leones, lobos o leopardos. una agresividad que ja balíes/cerdos y hombres comparten y que los primeros utiliza como venganza contra el hombre en las cacerías o comiéndose los dedos de los porqueros.

Han sido los excedentes de esta domesticación, posiblemente, los que nos han permitido tener una gran pulpa que ha enmascarado la almendra que so mos, pero está ahí, somos un animal esperando que se nos deina como a tales, del que sabemos cómo es la pulpa, al menos, mucho mejor de lo que conocemos la almendra. Cada uno de esos paleobasureros que no estudiamos porque no creemos interesante está guardando una parte importante de nosotros, de nuestro animal y de nuestra pulpa cultural que no debemos separar. Si logramos entendernos, arqueólogos y paleobiólogos en los próximos años, salvaremos nuestra historia y algo más: interpretaremos nuestro pasado sin sorprendernos de lo animales que somos.

Paleobiología de los restos orgánicos desechados por la comunidad ceutí del S.XIV

En el presente capítulo, tras la exposición realizada anteriormente, en la que tenemos una visión general de qué es la paleobiología y que puede aportar al conocimiento de la historia, dándonos una interpretación renovada del yacimiento arqueológico, analizamos un caso real. En concreto el contenido pa leoorgánico hallado en los silos 1 y 2 de calle Real, donde los miles de restos arqueo zoológicos nos aportan una preciosa información que en muchos casos corrobora los datos históricos ya conocidos y en otros nos proporciona una información novedosa, sobre todo cuando los estudios se hacen en compa ración con otros de la misma época que pueden llegar a poner en evidencia relaciones entre poblaciones.

los restos orgánicos desechados por las paleocomunidades humanas en yaci mientos arqueológicos, forman, por lo tanto, parte del legado cultural así como del natural y debe ser considerado como la mejor forma de estimación de los procesos de domesticación, alimentación y uso de los recursos alimenticios, económicos e industriales de una población o de un asentamiento humano en la antigüedad y constituye una estimación de la paleoeconomía y el uso que se hacia de la fauna del entorno en el que vivían. El estudio de lo que desecha el ser humano, de los basureros nos indica qué desechamos y que aprovecha mos con respecto de los recursos de que disponemos.

Hay que tener en cuenta que lo que tiramos no es sólo lo que no consumimos, sino también lo que no nos es útil. Cuando se sacriica un animal no sólo se aprovecha la carne para su consumo, sino que se saca el máximo provecho de los otros tejidos como piel, huesos, etc. Esto signiica que gran parte de la información se pierde antes de que ocurra el depósito. Si a ello unimos el ses go tafonómico sólo estamos obteniendo una aproximación a las costumbres bromatológicas de nuestros antepasados, y con ello a parte del uso de los recursos naturales de que disponía.

En el caso de Ceuta medieval, el estudio del contenido de los restos faunísti cos de los Silos 1 y 2 de calle Real, nos indica que nos encontramos ante una comunidad próspera y en expansión, una comunidad grande y con recursos. Esto se apoya en la presencia de gran cantidad de restos poco fragmentados, animales no sacrificados en el seno familiar para cubrir las necesidades de un hogar, sino en mataderos y en gran abundancia, vacas, carneros, bueyes, restos ictiológicos procedentes de pesca de altura con atunes de más de dos metros de longitud, junto a gallinas y sardinas en una representación más modesta.

Pero ¿cómo ocurrió el depósito? El estudio de los restos paleoorgánicos nos indican que en un principio su depósito ocurrió al aire libre, probablemente en una gran basurero, prueba de ello es la práctica inexistencia de pequeños restos y la presencia, por ejemplo, de huesos roídos por perros. Cuando los silos ya no son útiles y es necesario aprovechar el espacio se rellena de unos materiales abundantes e innecesarios, la basura, que se recicla como material de construcción cumpliendo una nueva función: se rellenan los silos, se apro vecha el nuevo espacio y se limpia el basurero original, aun más espacio libre para nueva expansión de la ciudad, o incluso una mejora higiénica. Esta podría ser una probable explicación, pero ¿por qué los huesos roídos por perros con tinúan junto con el resto? uno de los hechos observados es que los materiales una vez depositados en los silos fueron cubiertos con cal, ¿presentaban, por lo tanto, restos de materia orgánica en descomposición? ¿era, pues, un depósito reciente?

El cómo y dónde se entierra esta basura nos modiica la información que va mos a obtener, el medio vuelve a inluir sobre los restos y su conservación, por todo ello nunca tendremos la información completa, pero cuanto más profun dos sean los estudios (tafonómicos) realizados más aprenderemos sobre la economía de la ciudad.

antes de llegar a unas conclusiones generales vamos a dividir la fauna en dos tipos de recursos: los recursos marinos y los procedentes de la ganadería.

RECURSOS MARINOS

la fauna marina encontrada en ambos silos corresponden a dos grandes grupos: moluscos (Filum Mollusca) y peces óseos (Filum Chordata, Clase ostei chthyes), la ausencia de depósito de peces cartilaginosos (tiburones, rayas) no nos indica que no existiese su pesca y consumo, sino, simplemente, que no se han conservado en el yacimiento.

LOS MOLUSCOS (MALACOLOGÍA) (Cat. 1-6)

. los moluscos constituyen uno de los grupos taxonómicos fundamentales en el registro fósil, arqueológico y biológico por existir una amplia relación en tre éstos y las sociedades humanas a través del tiempo. Su presencia en ya cimientos arqueológicos arranca desde el Paleolítico y su uso a lo largo del tiempo ha ido creciendo con multitud de ines, no sólo gastronómicos, si bien hay que considerar también la posibilidad de la presencia de malacofauna en yacimientos arqueológicos de forma natural, no necesariamente transportados por el hombre.

En este caso, la presencia de moluscos, de origen marino y continental, no se encuentra relacionado con el uso bromatológico, simbólico, ni comercial, sino que las conchas fueron utilizadas por la comunidad mariní, junto con la arena, como relleno de los silos para su recubrimiento, o bien, sencillamente son, para el caso de los moluscos marinos, procedentes de las tanatocenosis de alguna playa cercana, lo que queda corroborado por la erosión natural del oleaje y roturas mecánicas de las conchas y/o las perforaciones naturales del úmbo en los bivalvos y por la presencia de microconchas de moluscos, típicas de la zona supratidal en la línea de costa, es decir, de la zona de mareas superior al nivel del agua o a la zona de salpicadura en ambiente litoral rocoso. En cuanto a los escasos gasterópodos continentales, su presencia en los silos debió ser casual y entraron en los mismos incluidos en la tierra utilizada también para el enterramiento de los peces y ganado. Es decir, el estudio tafonómico nos demuestra que no era un conchero antrópico, sus condiciones relejan más la distribución y la variedad de los concheros naturales que observamos en la playa indicándonos el lugar de procedencia del relleno de los silos.

Pero, ¿por qué su estudio si no se utilizó para su consumo, sino que simple mente estaba ahí, mezclado con la basura? Porque nos permite la recons trucción paleoambiental: cuál es el medio físico, cómo era la costa ceutí; nos hablan de paleotemperatura y en el caso de los pulmonados terrestres, clima, tipo de suelos, presencia de ríos, charcas, lagos, pozos y vegetación. Encontramos que los moluscos marinos corresponden a ambientes de alternancia de roqueo con fondos arenosos muy similar a las playas naturales actuales. los moluscos terrestres nos indican un clima mediterráneo similar al actual, con zonas de cultivos (huertas), y otras más secas con pedregales.

Para llegar a estas conclusiones se realizan en primer lugar estudios taxonómicos y sistemáticos, es importante conocer la especie exacta pues individuos aparentemente semejantes, aunque de especies distintas nos proporcionan una diferente información medioambiental. a continuación los estudios autoecológico (adaptaciones de una especie a los factores abióticos) no facilitan el resto de la información que necesitamos.

Pero ¿cuál es el método a seguir? Tras el lavado y filtrado de todo el volumen de restos orgánicos y filtrado del sedimento que se deposita procedente de este laevigado en tamices de distinta luz de malla se separan los distintos grupos taxonómicos.

una vez que los moluscos son separados del total del material se procede a la clasificación, es decir, el encuadre taxonómico e identificación de las distintas especies. Seguidamente se realiza el recuento del número de restos (N.R.) y del número mínimo de individuos (N.M.I.), para ello se debe tener en cuenta que los bivalvos están formados por dos valvas, por lo que siempre se tiene al menos, la mitad de individuos que de valvas (por lo que el n.M.i. es el número de valvas dividido por dos), en el caso de poderse separar valvas derechas de valvas izquierdas, el N.M.I. sería el mayor número de valvas representadas, es decir, si tengo 5 valvas derechas y 10 valvas izquierdas tendré un N.M.I. de 10 individuos. Hay que tener en cuenta que para poder contabilizar una valva debe presentar al menos el umbo (lozano-Francisco et al, 2003; Vera-Peláez et al, 2003).

los gasterópodos: caracoles marinos, dulceacuicolas y continentales, están formados por una concha univalva por lo que para establecer el número mínimo de individuos es necesario considerar una estructura no repetitiva de la concha. En el caso de los patéllidos (lapas), se contabilizan los ápices, de los demás gasterópodos las colmuelas (lozano-Francisco et al, 2003; Vera Peláez et al, 2003).

Posteriormente, se procedió a la realización de la biometría. Para los bivalvos el diámetro umbo-paleal y diámetro antero-posterior. Para los gasterópodos, en el caso de los patéllidos, diámetro máximo, diámetro mínimo y convexidad y en los otros gasterópodos altura máxima y anchura máxima o de la última vuelta. La diversidad específica, el número de individuos y variabilidad en la talla representada en el yacimiento nos ayuda a interpretar la procedencia del depósito, si es o no de origen antrópico o simplemente, como en el caso de Ceuta, si se trata de una tanatocenosis de playa. la talla nos aporta una in formación muy valiosa, generalmente el hombre selecciona una talla mínima de consumo, cuando encontramos que todos los ejemplares de una misma especie en un yacimiento presentan poca variabilidad en el tamaño (varianza pequeña) nos encontramos que existe selección en la talla de captura y por lo tanto el origen del depósito es antrópico; sin embargo, cuando existe una gran dispersión en los datos biométrico estamos ante una comunidad natural, están representados tanto juveniles como adultos incluso podemos deducir la época del año en que ocurrió el depósito por la proporción de juveniles frente a adultos, siempre que el número de individuos sea el adecuado. Estos datos se apoyan en la tafonomía, vemos el estado de conservación, si las conchas se encuentran más o menos erosionadas, perforaciones, roturas, etc. todo ello nos dice cómo se realizó y colmató el depósito.

Se han identificado 33 especies diferentes de las que ocho son bivalvos y 25 gasterópodos, de estos, cinco especies corresponden a pulmonados terrestres (lozano-Francisco, 2007; 2008).

LOS PECES (ICTIOLOGÍA) (Cat. 7-20).

El uso de los recursos marinos es uno de los aspectos más importantes en la alimentación humana desde sus orígenes. la Ceuta medieval explota uno de sus aspectos más interesantes: la pesca. Especies de gran talla, como el atún rojo y el pez espada, ambos de grandes dimensiones superando los dos me tros de longitud, nos indica la presencia de pesca de altura, mientras que otras como la sardina y el jurel nos habla de una pesca más modesta, no por eso de menor interés económico, aunque ninguno de ellos inferior a los 15 cm de longitud, tales como: Scomberesox saurus Walbaum, 1792 (paparda); Sardina pilchardus Walbum, 1792 (sardina); Zeus faber linné, 1758 (pez de San Pe dro); Trachurus trachurus linné, 1758 (jurel); Boops boops linné, 1758 (boga); Sparus aurata linné, 1758 (dorada); Sparus caeruleostictus (Valenciennes, 1830) y Auxi rochei Risso, 1810 (melva).

las artes de pescas utilizadas no serían muy diferentes a las actuales, como no lo sería el aprovechamiento de los recursos obtenidos. Para una ciudad costera es quizás uno de los recursos más abundantes y fácilmente explota bles, por ello cabe esperar encontrar un gran volumen de restos. Hay que tener en cuenta que el 40% de la biomasa pescada son residuos, y aunque la pesca de altura debió ser importante es de esperar que la mayor parte de los residuos se deban a capturas de menor talla, las de consumo del día a día. no es esto lo que ocurre, el volumen de residuos paleoorgánicos procedentes de la pesca no supera el 1,25% del volumen total, es por lo tanto un recurso aprovechado de forma ocasional o existen otros motivos. la tafonomía nos da la respuesta.

En total se han identiicado 19 especies de peces, pertenecientes a cinco ór denes diferentes, 10 familias y 16 géneros, con un total de 35 individuos mí nimos: Conger conger linné, 1758 (congrio); Scomberesox saurus Walbaum, 1792 (paparda); Sardina pilchardus Walbum, 1792 (sardina); Zeus faber linné, 1758 (pez de San Pedro); Epinephelus aeneus (Geoffroy Saint-Hilaire, 1817) (cherne de ley); Epinephelus guaza (linné, 1758) (mero); Epinephelus sp.; Tra churus trachurus linné, 1758 (jurel); Boops boops linné, 1758 (boga); Dentex gibbosus Rainesque, 1810 (sama de pluma); Pagellus bogaraveo (Bruénnich, 1768) (besugo); Sparus aurata linné, 1758 (dorada); Sparus caeruleostictus (Valenciennes, 1830); Scomber japonicus Houttuyn, 1782 (estornino); Sarda sarda Bloch, 1793 (bonito); Auxi rochei Risso, 1810 (melva); Thunnus thynnus linné, 1758 (atún rojo); Xiphias gladius linné, 1758 (pez espada) y Scorpaena porcus linné, 1758 (rascacio). las especies: Conger conger, Epinephelus ae neus, Epinephelus guaza, Epinephelus sp., Dentex gibbosus, Pagellus boga raveo, Thunnus thynnus linné, 1758 y Xiphias gladius linné, 1758 correspon den a ejemplares de gran talla (mayor de un metro) el resto de los ejemplares oscilan entre los 15 y 70 cm de longitud (lozano-Francisco, 2007; 2008).

los ejemplares de mayor talla presentan por lo general marcas de cortes debido al despiece para su consumo tanto en huesos del cráneo como en vértebras, lo que nos indica el modo en que dicho despiece se llevaba a cabo. no todos los huesos craneales presentan dichas marcas, aparecen en el dentario, opercular, ceratohial, epiceratohial y articular. también se aprecian secciones longitudinales en las vértebras de mayor diámetro.

de todas formas, los restos ictiológicos corresponden a ejemplares cuya talla mínima puede encontrarse en 15 cm, lo que se puede explicar por cuestiones tafonómicas y no de selección de presa: las condiciones del depósito (medio ácido), el tamaño de depósito (fragmentos de menor talla se conservan menos tiempo), la exposición al exterior de los restos antes del enterramiento en los silos (por ejemplo carroñeo). Podemos concluir que no encontramos mayori tariamente ejemplares de gran talla en los silos debido a la selección de presa sino a su destrucción posterior al depósito.

Como la ausencia de peces de pequeña talla es debida exclusivamente a la tafonomía no podemos llegar a extrapolar de los datos obtenidos información como época de captura. Si podemos saber, debido a las costumbres migrato rias de algunas especies, fundamentalmente de túnidos, y la talla de los ejem plares que la captura de los encontrados en la muestra debió de ocurrir en primavera-principios de verano.

Para los peces la metodología utilizada es como sigue: una vez separados del conjunto de restos faunísticos se procedió a su clasiicación e identiicación. En primer lugar se clasiicaron los huesos del cráneo ya que aportan una mayor información en casos de estar presentes. Por otro lado, se analizan las vérte bras y escamas.

Entre los huesos craneales encontrados se distinguen los siguientes: neuro cráneo, premaxilar, maxilar, dentario, articular, cuadrado, hyomandibular, cera tohial, epihyal, opercular.

Una vez realizada la identiicación se procede a establecer otros tipos de datos como la estimación del número mínimo de individuos (n.M.i.), el porcentaje que representa cada especie en la muestra (cálculo de la frecuencia), número de restos óseos, osteometría (que permite extrapolar talla), porcentaje de pre sencia de cada hueso y frecuencia con respecto a la especie y la autoecología lo que nos indica zonas de pesca y posibles épocas de captura entre otros.

LA GANADERÍA

Se han identificado una especie de ave: Gallus domesticus (gallo/gallina) y ocho mamíferos (siete especies): oveja, cabra, vaca/toro/buey, conejo, ciervo, gato, erizo. De los mamíferos identificados seis son de consumo y dos son visitantes del basurero (lozano-Francisco, 2007; 2008).

Tanto para las aves como para los mamíferos la identiicación se realiza en base a la osteología. Una vez que se a concluido la identiicación de las distin tas especies la osteometría nos indica talla de los individuos, obteniendo entre otros datos la raza, edad y sexo al que pertenecen. Para la estimación del n. M. i. de los vertebrados presentes en la muestra se considera el hueso más representado, si es par el que presente mayor número de restos (derecho o izquierdo).

En las aves, los restos identificados corresponden a: coracoides, húmero, radio, carpo-metacarpo, ulna, sacro, fémur, tibia, tarso-metatarso, clavícula, es ternón y escápula.

En los mamíferos: cráneo, clavícula, fúrcula, costillas, vértebras, hemimandí bula inferior, atlas, escápula, húmero, radio, ulna, sacro, coxis, fémur, patella, tibia, fíbula, calcáneo, metapodios, falanges, entre otros, pues se encuentra representado prácticamente todo el esqueleto.

LAS AVES (Cat. 21-28)

FILUM CHORDATA: CLASE DINOSAURIA: SUBCLASE AVES

Una única especie: Gallus domesticus linné, 1758 (gallo, gallina) (orden Ga lliformes, Familia tetraonidae), representada en los dos silos por un total de 36 individuos, de los que al menos cuatro son machos, claramente identificables por encontrarse un espolón en el tarso-metatarso.

Se encuentra representado prácticamente la totalidad del esqueleto, excepto el pico, hemimandibula inferior, pigostilo y dedos.

También se ha encontrado restos de cáscara de huevo perteneciente a la misma especie.

los restos de cáscaras de huevos documentados en los yacimientos arqueo lógicos han sido por lo general poco estudiados. Se tratan de elementos recu perados frecuentemente en el tamiz y pueden aportar informaciones valiosas sobre las especies de aves representadas y el consumo de huevos (Chaix y Méniel, 2005).

la cáscara está compuesta esencialmente por carbonato cálcico y algunas materias orgánicas (pigmentos). Esto explicaría su relativa buena conserva ción, sobre todo, si los sedimentos son poco ácidos. El tamaño externo y la pig mentación permiten su identiicación precisa; desgraciadamente, sólo en muy pocas ocasiones los huevos aparecen enteros en contextos arqueológicos.

los principales elementos discriminantes son: la relación longitud/anchura, la pigmentación, el grosor de la cáscara, la forma de la capa mineral interna, la cantidad y disposición de los poros.

FILUM CHORDATA: CLASE MAMMALIA: SUBCLASE THERIA: INFRACLASE EUTHERIA (Cat. 29-40)

En el caso de los restos de mamíferos encontrados en un basurero no sólo tenemos representados aquellos que nos comimos, sino también, los que uti lizamos en tareas agrícolas o para algún otro tipo de producción, como en el caso que nos ocupa la presencia de un cuerno o luchadera de ciervo (Cervus elaphus Linné, 1758) (igura 65) que independientemente de que fuera cazado y consumido podemos observar como el fragmento de asta fue trabajado para su uso por un artesano.

Ocho especies de mamíferos, un lagomorfo: Oryctolagus cuniculus linné, 1758, cinco arctiodáctilos: Ovis aries linné, 1758 y Bos taurus linné, 1758, Cervus elaphus linné, 1758 y Capra hircus linné, 1758, un insectívoro: cf. Erinaceus sp. y un carnívoro: Felis catus linné, 1758 (lozano-Francisco, 2007; 2008). Corresponden a un total de 121 individuos mínimos (N.M.I.).

Oryctolagus cuniculus linné, 1758, se encuentra representado por distintas partes anatómicas: neurocráneos, fémur, húmero, pubis. Contabilizándose sólo tres ejemplares como N.M.I. a igual que Gallus domesticus no presentan marcas de cortes.

las especies de artiodáctilos están ampliamente representadas por Bos taurus, Cervus elaphus y los caprinos: Ovis aries y Capra hircus. En todos los casos, con excepción de Cervus elaphus se encuentran representadas la mayor parte del esqueleto, incluso en conexión anatómica, no encontrando nunca los neurocráneos de Bos, los restos óseos presentan un buen estado de conservación y con claras marcas de cortes.

Entre las marcas de cortes se relejan las producidas en un matadero, las pro ducidas por el despiece y descarnado y las propias del consumo por lo que tenemos relejado todo el proceso de la matanza (matadero, carnicería, des carnado, rotura de huesos y cortes para consumo).

Podemos encontrar fundamentalmente tres tipos de cortes:

1) los propios de un matadero: al animal se le cortan cuernos, y me tápodos, siendo estos los únicos desechos óseos que generaría di cho matadero. los metápodos son cortados por sus articulaciones, por lo que no existen en principio marcas de cortes evidentes, los cuernos si presentan marcas de ser cortados.

Posteriormente el animal se abre en canal, por lo que encontramos, vértebras seccionadas longitudinalmente. Por último se separa la cabeza del resto del cuerpo, por lo que encontramos marcas de cortes en el atlas.

2) Cortes propios del despiece en articulaciones, vértebras, costillas.

3) Marcas de cortes en la supericie del hueso propias del descarnado.

4) Huesos, fundamentalmente huesos largos, de Bos rotos, probable mete para la elaboración de guisos y caldos.

Estamos por lo tanto ante el resultado del consumo del animal en todos sus procesos (Bernáldez Sánchez, comunicación oral).

Estos datos junto a la abundancia de los restos ¿nos están indicando un lugar de depósito concreto (un basurero) donde van a parar todos los deshechos orgánicos, toda la basura, de la Ciudad? ¿o nos acota un lugar, espacio y momento en el tiempo donde los desechos generados son abundantes y se aprovecha el relleno de los silos para eliminarlos? Hay que tener en cuenta que la presencia de cal nos indica restos de materia orgánica.

Con respecto a las características isiológicas de los ejemplares de Bos taurus encontrados en el yacimiento que nos ocupa, resultan ser de pequeña talla y muy robustos con fuertes marcas de inserción muscular que indican haber sido utilizados como animales de tiro. Cuando se comparan con los datos biométri cos que se tienen para ejemplares islámicos de la Península ibérica, con los encontrados que se encuentran cercanos a la talla de ejemplares de la misma especie procedentes de yacimientos arqueológicos datados entre los siglos Xii a XV (Bernáldez Sánchez y Bernáldez Sánchez, 1998).

de caprinos encontramos dos especies Ovis aries y Capra hircus, estando me jor representada la primera. De hecho sólo se ha podido identiicar un ejemplar de cabra frente a un número mínimo de 30 ovejas.

En este caso la biometría también nos revela un dato interesante, cuando com paramos los datos obtenidos de medir metápodos completos de caprinos con los disponibles de yacimientos arqueológicos de la misma época del sur de la Península ibérica encontramos que presentan una nube de puntos que se en cuentra dentro de la generado por los ejemplares ibéricos pero acotada en talla y edad. todos son de una misma edad y talla similar, son individuos de unos dos a dos años y medio y más esbeltos que la media de los encontrados en los yacimientos de comparación (una mayor altura de la cruz) y coincidiendo con la altura de los machos (carneros) (Bernáldez Sánchez y Bernáldez Sánchez, 1998)

Podemos concluir que tenemos sólo carneros de aproximadamente la misma edad (dos años a dos años y medio) y por lo tanto de aproximadamente la misma talla. Cabe preguntarse ¿estamos ante un rito?, ¿la Fiesta del Carnero? Pero, si estamos ante este hecho cómo podemos explicar la presencia de un ejemplar de carnero con claros signos de exostosis en radio y ulna.

los también artiodactilos Cervus elaphus (ciervo) así como el buey (Bos taurus) se encuentran escasamente representados. En el caso del buey sólo se ha en contrado la mitad proximal de un radio con claras marcas de corte. En el caso del ciervo se ha encontrado sólo un fragmento de luchadera.

cf. Erinaceus (erizo), está representado por un húmero y un fémur, probable mente del mismo individuo es un insectívoro que según las circunstancias y para completar su dieta, sobre todo cuando se aproximan los meses fríos, puede comportarse como omnívoro, carnívoro o incluso carroñero. Por ello, la presencia de erizo en las muestras, junto con gato doméstico y los huesos con marcas de ser roídos por perros, apoyan la hipótesis de que el depósito se rea lizó al aire libre en un primer momento. Sin embargo la exposición al exterior no debió de ocurrir durante un periodo prolongado de tiempo ya que se utilizó cal para cubrir los restos dentro del silo quizás por motivos de higiene, si aún se conservan partes orgánicas en descomposición. la cal provoca el blanqueado de los huesos y su aligeramiento (reducción de masa ósea). El relleno de los silos pudo ocurrir relativamente rápido ya que los huesos no presentan ningún tipo de erosión mecánica.

El carnívoro corresponde a un gato doméstico y se encuentra representado tres individuos, dos adultos (dos ulnas) y un juvenil (ulna y costilla).

Tabla 7.- Especies de mamíferos identiicadas en los silos 1 y 2 de calle Real y su representación en la muestra (n.M.i. y frecuencia absoluta).

Cuando se compara la frecuencia de aparición de las distintas especies de mamíferos vemos como las destinadas al consumo o a la producción agrícola (ganado) son las de mayor representación: 43,80% en el caso de los carneros y el 19,01% en el caso de Bos, en ambos casos son animales de gran talla y esto facilita su conservación en el basurero (lo más grande perdura más tiempo). El conejo, aunque también es un animal de consumo, muestra una escasa representación (2,48%) probablemente debido a su talla. Es intere sante observar que animales de similar talla: conejo y gato (2,48%) presentan frecuencias similares en el basurero siendo uno destinado al consumo y otro no. El erizo presenta la frecuencia más baja (0,83%). Este hecho de puede deber a que el gato convive con el hombre y no el erizo cuya presencia es más ocasional

Tabla 8.- Resumen de los grupos zoológicos y especies identificadas en cada uno de ellos junto a su n.M.i. y frecuencia absoluta en los silos 1 y 2 del el yacimiento arqueológico de c/ Real.

CONCLUSIONES

Del análisis realizado, se pone de manifiesto la existencia de dos grupos de elementos faunísticos: un depósito claramente relacionado con el uso broma tológico y otro que podemos denominar exógeno.

Con respecto a la fauna directamente relacionada con el consumo debemos de tener en cuenta que los restos conservados son sólo una mínima parte de lo que se debió desechar, muy condicionados por las circunstancias postde posicionales de conservación del depósito. Fundamentalmente, y por estos motivos, se encuentra representada la fauna de mayor talla. lo más pequeño y frágil se destruye con mayor facilidad.

Aún así, el alto porcentaje de especies de peces representadas en el conjunto nos están indicando la gran importancia del aprovechamiento de los recursos marinos por la comunidad. de hecho el 32% del total de las especies son pe ces. Podemos ir aún más lejos: si excluimos la representación de moluscos por no tener relación directa con el uso bromatológico, nos encontramos que el re sultado de la actividad pesquera es el 70,37% de la representación faunística. Si se hubiera conservado el total del depósito probablemente descubriríamos que el porcentaje que representa los peces sobrepasaría el 95%. El resto de la fauna utilizada para consumo son, las aves de corral y cuatro especies de mamíferos: conejo, cordero, cabra y vaca.

Lo que primero nos llama la atención es el tamaño del depósito: tenemos una enorme cantidad de huesos que presentan, además, marcas de cortes y des carnado que nos están mostrando todas las fases del proceso de preparación para el consumo.

La biometría nos indica la talla y la edad de sacrificio. El caso de los carneros es especialmente significativo, ya que podemos observar que presentan un tamaño mayor que los ejemplares de la misma edad documentados en al Ándalus, así como que fueron sacrificados sistemáticamente a la misma edad.

Del segundo grupo, no destinado al consumo, forman parte los moluscos. Son las especies propias de una tanatocenosis de playa, y su presencia en el silo sólo se puede explicar por la práctica de extracción de árido en el litoral cerca no como otro aporte más destinado a colmatar estas estructuras subterráneas, acompañando a restos de material de construcción y sobre todo basura.

Por otro lado, la documentación de mamíferos como el gato y el erizo, que tampoco suponen un aprovechamiento cárnico, unidos a la presencia frecuente de huesos roídos por perros, nos indican que el conjunto de material localizado en el silo corresponde a un depósito secundario. En un primer momento los restos se desecharon en otro lugar, probablemente un muladar que bien pudo estar situado extramuros.

Esta idea redundaría en la hipótesis de que la basura tuvo un uso como escombro para amortizar los silos, cuando éstos han quedado en desuso, permitien do a su vez dar una nueva función a este espacio. Sin embargo, la exposición al exterior de estos restos orgánicos no debió de ocurrir durante un periodo prolongado de tiempo, ya que se utilizó cal para cubrir los restos dentro del silo, quizás por motivos de higiene, lo que podría indicar que aún se conservaban partes orgánicas en descomposición cuando se reutilizó este material.

Cap. 1
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4