Los terrenos que ocupan el actual acuartelamiento González Tablas empezaron siendo utilizados tras la guerra de 1859-1860 como colonia presidiaria agrícola. Posteriormente, en 1919, tras la creación del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta nº 3 en 1914, se construyen unos barracones con fachada de madera y cubierta metálica para alojar a los soldados o almacenar material en lo que se denominó Acuartelamiento Regulares Indígenas en Hadú. En 1925, ante la necesidad de contar con edificaciones más estables, resistentes y con menor gasto de mantenimiento, se empiezan a construir edificios de hormigón armado y de fábrica de ladrillo y mampostería. 

El primer edificio con estructura de hormigón armado en España es la fábrica de harina La Ceres (Bilbao, 1900), basado en la patente de François Hennebique de 1892. Ante la necesidad de construir tanto viviendas como infraestructura de forma rápida y económica para la guarnición de Ceuta, el ingeniero militar Juan Noreña Echevarría desarrolla un sistema constructivo de hormigón armado conocido como el Sistema Noreña, con el que se construyen pabellones para alojar a militares (hoy desaparecidos en la calle Escuelas Prácticas), viviendas unifamiliares (en Pino Gordo, ya demolido) y los primeros edificios del acuartelamiento de Regulares. El sistema constructivo también será utilizado por el arquitecto municipal Santiago Sanguinetti para algunos proyectos de viviendas unifamiliares. 

En 1928, el Memorial de Ingenieros del Ejército publica un artículo, El sistema "Noreña” de hormigón armado en las construcciones económicas, en el que se describen y muestran detalles y fotografías de edificios ejecutados con el citado sistema. El artículo lo hemos reproducido y añadido nuevos elementos gráficos para su mejor comprensión.

En julio de 1925, Juan Noreña Echevarría firma el Proyecto de comedor y almacén en el acuartelamiento de Jadú, en cuya memoria explica el autor:

Las edificaciones que se hagan deben tener el carácter de permanentes huyendo de las soluciones de momento a base de tabla y chapa de zinc de tan costoso entretenimiento al poco tiempo de ejecutadas y que no proporcionan sino soluciones deficientes desde todos los puntos de vista. La substitución de los barracones existentes por los edificios de fábrica no podrá hacerse sino al compás de las necesidades y paulatinamente con el fin de no introducir perturbaciones en el acuartelamiento.