II. CEUTA PORTUGUESA

Las fortificaciones hispano-portuguesas del Frente de Tierra de Ceuta (I)

(1550-1640)

Por Carlos GOZALBES CRAVIOTO

Los portugueses, tras la conquista de Ceuta en 1415, aprovecharon las formidables fortificaciones hispano-musulmanas que encontraron rodeando la ciudad (1).

Durante más de un siglo el Frente de Tierra de Ceuta, es decir, las fortificaciones de la zona oeste del istmo, permanecieron inalterables en su estructura, aunque se hicieran continuamente obras de reparación o de refuerzo (2).

La llegada a la Ceuta portuguesa de dos arquitectos, Benedito de Rávena (italiano) y Miguel de Arruda (español), en el año 1541, marcó el inicio de una etapa de transición de la fortificación medieval, «parcheada» por ele- mentos modernos, a una fortificación moderna, aplicando ya las técnicas de la recién creada «fortificación permanente abaluartada», nacida en la Italia del siglo XVI.

El uso generalizado de la artillería por los marroquíes, a principios del siglo XVI (3), hace pensar a los defensores portugueses en un cambio total en sus defensas. La concepción medieval de fortificación en altura se cambió por la fortificación en anchura para que fuesen los muros capaces de resistir el ataque de la artillería.

Esto obligaría a que las primeras reformas consistieran probablemente en terraplenar la parte interior de las murallas y agrandar los espacios entre las torres.

En la década 1541-1550 se produce la total transformación en la fortifica-ción ceutí, iniciada por Miguel de Arruda en 1541 y que culmina en 1549 con la realización del foso como canal marítimo.

Transición de la fortificación medieval a la moderna

a. Torre de Hércules.

b. Torre del flanco Sur del Frente de Tierra.

c. Calahorra Sur de la puerta que ponía en comunicación la ciudad y el Arrabal de Fuera.

d. Puerta de Fez o Bab Jadid.

e. Calahorra Norte de la puerta.

f. Torre Suroeste del castillo de los gobernadores.

g. Puerta de acceso del castillo al Arrabal de Fuera.

h. Torre Noroeste del Castillo.

i. Torre de la coracha Norte.

k. Puerta del Campo.

A. Baluarte de D. Luis.

B. Baluarte del Caballero. C. Foso.

D. Albacar.

E. Lugar donde se colocaba el ganado en caso de ataque y por la noche.

Fue el origen del Albacar.

Línea de costa anterior al 1550.

La estructura peninsular de Ceuta ha sido una característica que ha marcado, desde la más remota antigüedad, la actividad de los arquitectos militares de todas las épocas, aprovechando la zona más estrecha del istmo como zona en donde es más efectiva la defensa. El mar se convertía así en un enorme foso natural por el norte y sur, y también relativamente por el este, ya que para atacar por esa zona se necesitaba un desembarco previo en las cercanías del monte Hacho, y los marroquíes nunca se han caracterizado por su poderío naval.

Sólo quedaba muy vulnerable y de fácil ataque la zona del Frente de Tierra, a pesar de sus murallas y de su foso seco (4). Esto hizo pensar a Miguel de Arruda la necesidad de convertir el foso seco en un canal navegable. Para el estudio de las fortificaciones en esta época contamos, además de diversas cartas de D. Alfonso de Noronha (el gobernador de Ceuta en aquel tiempo), con un proyecto sobre las fortificaciones, realizado por Miguel de Arruda en 1541 (5).

Este proyecto fue publicado por Robert Ricard (6), pero no ha sido estudiado hasta el momento, quizás por lo oscuro del texto, que se presta a confusiones. Además, su contenido se hacía poco menos que incomprensible, no conociendo la estructura anterior de las murallas.

El proyecto de Miguel de Arruda creemos que se realizó casi en su totalidad, pues coincide con los pocos datos que poseemos de esa época, tales como la construcción del foso como canal marítimo, la demolición de muros y casas del Albacar (7) y el flanquear los muros con sólo dos baluartes, entre otros datos. Diferimos, por tanto, de la opinión del señor Ricard, que supone que el proyecto no se realizó (8).

El proyecto trata de todas las fortificaciones de Ceuta, pero sólo vamos a reflejar aquí los fragmentos de dicho proyecto referentes al Frente de Tierra.

Miguel de Arruda ordena en él hacer en el Frente de Tierra, en sus ángulos, dos cubos (baluartes) iguales, de 40 palmos de hueco y 15 palmos de grueso cada uno de ellos, con dos bóvedas que dan acceso a dos caminos, uno sobre el flanco del cubo o baluarte y otro sobre el muro superior. En cada una de estas bóvedas o habitaciones interiores habría dos cañoneras, una apuntando a cada lado. En la zona inferior, casi a «ras» del foso, se harían otras dos cañoneras, justo debajo de las de encima y a 4 palmos sobre el propio foso. Estos cubos, cuya parte superior se haría lo más cuadrad: posible, tendrán 6 parapetos de 7 palmos de alto y con el mismo grueso del muro (9).

Después nos dice que por delante del muro del Frente de Tierra, hacia la parte de fuera de la ciudad, se hará otro muro de 6 palmos de grueso (este 

último muro es el que coincide con el actual en su situación). Entre los dos muros se rellenaría de tierra. Se hará también un parapeto sobre el muro nuevo, y el muro viejo sería derribado sobre los montones de tierra. La puerta que está en este lienzo de muro sería cerrada (10).

Esta puerta, situada según se deduce al sur del Frente de Tierra, corresponde a la Puerta de Fez de lá Crónica del Conde D. Pedro de Meneses o la Bab Yadid de Al Ansari (11). Efectivamente, en esta época deja de ser citada en los documentos.

Se aconseja también construir casas pegadas al muro para darle aún más consistencia.

En el séptimo apartado del proyecto nos da unos preciosos datos, que transcribimos a continuación, dada su importancia:

<< Húu outro lamço do muro que corre do cubello novo da parte do mar do Estreito deixa-lo-am estar como esta, e o outro lamço que vay defromte, e os dous que vam a través seram todos tres derribados, e asy as casas todas que de demtro delles estao: e todo este chào destas casas e muros que se ham derribar, sera feito em chapa até a praya do maar >> (12).

Sobre la situación de este lugar puede ser, a primera vista, cualquiera de los dos vértices, el noroeste o el nordeste de la ciudad, por la indicación de que daba al Estrecho.

Sin embargo, en el apartado 14 del proyecto, nos dice:

<<Quamdo se derribarem as casas que estam no albacar e os outros pedaços de muros, segu(mdo be) ordenado, se tera maneira no derribar...>>

La indicación <<según lo he ordenado>> y la referencia a casas y muros nos hace identificar el lugar del primer texto con el del segundo, es decir, con el Albacar.

Sobre las puertas de la ciudad nos dice que quedarían sólo tres:

<<Easy avera outro portall no muro do atalho velho, que se posam por elle servir do castello ao dito atalho.>>

Esta puerta coincide, sin duda, con la que ponía en comunicación el castillo con el Arrabal de Afuera, puerta que, según el proyecto, tenía 14 palmos de ancho y 21 de alto. Aunque el texto a continuación está algo confuso, parece ser que esta puerta era doble, nada extraño, dado que en época árabe era en recodo (13). La puerta quedaría posteriormente convertida en un simple postigo en el orejón del baluarte norte.

Las otras dos puertas a las que se refiere el proyecto corresponden una a la del foso seco de la Almina, haciendo referencia a un puente levadizo, y la otra «que vay pero as tereçenas» (14) era la posterior Puerta del Campo. Sin embargo, ya no cita entre las puertas de la ciudad la de la zona sur del Frente de Tierra, ya que se había ordenado cerrar en el mismo proyecto. Esta Puerta del Campo se situaba entre el baluarte del norte y otro baluarte hacia el este, que es llamado en algunos planos como «Bastión de los mayorquines» (15) y en otros como «Baluarte de San Felipe» (16).

La Puerta del Campo daba al Albacar, con un puente que tenía una zona de mampostería y otra zona levadiza (17).

Mascarenhas nos dice la Puerta del Campo era la puerta principal de la ciudad, «y queda a la parte del norte, junto al baluarte del Cavallero: ésta se defiende con tres puertas, una de rastrillo: de la última sale un puente levadizo sobre el foso y después de él están dos puertas que miran al campo con plaza de armas» (se refiere a las puertas del Albacar) (18).

En el apartado 11 del proyecto citado anteriormente se ordenaba alargar el foso hasta 35 palmos de largo. En otro párrafo posterior se dice que el muro tendrá un parapeto por dentro de dos palmos y medio de grueso y 8 palmos de alto.

También es citada en el proyecto la Torre de Hércules de la coracha de la Banda del Sur (19). El no señalar desperfectos en dicha coracha e incluso indicar su buen estado, hace suponer que el espigón estuviera completo, pudiendo datar la caída del trozo final del espigón entre 1550, en el que, según este proyecto, estaba completo, y 1585, en el que se señala ya un trozo de espigón caído (20).

No cabe duda de que Miguel de Arruda se encontró con las fortificaciones casi deshechas, debido a los constantes ataques de los musulmanes. El mismo gobernador de Ceuta, D. Alfonso de Noronha, se lo informa a su rey en marzo de 1541 (21). Lienzos de muros se caían por la acción de los musulmanes o del mar (22).

A mediados de 1543 se comienzan diversos trabajos de construcción, entre ellos las puertas (23). Un año después los trabajos se desarrollan muy rápidamente, pero los trabajadores se quejaban de las faltas de alimentos y de dinero con que pagarles (24).

Ya a mediados de 1549 las fortificaciones estaban casi terminadas. D. Juan de Mendoza escribe a los regentes del Imperio español, D.a María de Austria y Maximiliano, diciéndoles que les enviaría un informe detallado sobre las fortificaciones de Ceuta (25), cosa que no hace, disculpándose en una carta posterior (26).

A mediados de 1549 las murallas estaban terminadas, pero el foso no. Todavía el agua no entraba en el foso (27). D. Alfonso de Noronha se queja a su rey de que habiendo en esa fecha cal para las obras no había dinero para pagarlas (28).

El foso, que, según D. Alfonso de Noronha, indicaba en septiembre de 1548 estaría abierto en el verano de 1549 (29), en mayo de este año todavía no era un canal marítimo (30).

Es en este año, 1549, donde todos los datos coinciden para dar por concluidas las obras del Frente de Tierra con la realización del foso como canal marítimo y dándole a sus murallas una estructura que se prolonga hasta nuestros días.

Terminadas las obras de realización del foso como canal marítimo, las fortificaciones del Frente de Tierra quedaron perfectamente adaptadas a los últimos adelantos en la fortificación permanente abaluartada.

Al oeste de la coracha del sur o de Barbaçote entraba el mar, que inundaba el foso. Su parte final no se hizo siguiendo la misma estructura del foso seco, sino que se le dio un recodo para rodear el bastión del norte.

Con ello quedó una zona estrecha frente a este bastión norte, que no pertenecía al recinto de la ciudad, pero que era fácilmente defendible y daba una perfecta inexpugnabilidad a una puerta de entrada efectuada en la cara norte del muro, es decir, Puerta del Campo.

Este Frente de Tierra quedó sólo con dos enormes bastiones, uno de ellos en el norte y el otro en el sur. Desaparecieron, pues, las nueve torres que existían anteriormente (31). Sin embargo, en un grabado de 1695 se dibuja en la zona intermedia del muro una garita (32).

Ya en el 1550 la técnica de los baluartes de flancos curvos protegidos por orejones parece ser que se introdujo en Ceuta y que los cubos de los flancos de la muralla del Frente de Tierra obedecían a esta técnica. Tal parece indicar el plano de Simancas, que nosotros fechamos sobre 1585 (33), dado que entre 1550 y 1585 no fueron realizadas obras de importancia en el Frente de Tierra, aunque sí en la Almina (34).

Esta técnica citada anteriormente, perfeccionada por Jerónimo Maggi y Jacomo Castriatto en la primera mitad del siglo XVI, se remonta en sus orígenes a Tartaglia y S. Michelle. A España no llegó hasta la época de Felipe II, por lo cual podemos suponer que fue Ceuta la primera ciudad española (35) en donde se aplicó esta técnica, si bien en el 1550 Ceuta era todavía portuguesa.

Correa da Franca (siglo XVIII) nos da pocos datos referentes a las fortificaciones portuguesas, además de ser en su mayoría datos falsos y muy confusos. Según Correa, se levantó la altura de las murallas de manera «que la ciudad quedase amparada lo más posible del "Morro de la Viña”, sin embargo, sólo se hizo la parte occidental y su puerta, además de la zona de la Almina y la Ribera de San Pedro, lo demás ni aún se comenzó» (36). Datos que sabemos falsos, a no ser que Correa se refiera a una de las muchas reconstrucciones de los muros, como la que hubo en 1624 (37).

La más completa descripción de las fortificaciones ceutíes corresponde a Jerónimo de Mascarenhas.

Según este autor (38), el lienzo de muro «que mira a Berbería, tiene dos baluartes que se dicen uno del Caballero y el otro de D. Luis (39), son pequeños y buecos, la cortina que está entre ellos es hermosa y alta y bien fabricada, aunque no va a nivel. Tiene por lo alto de ella 50 palmos de ancho, el foso por el suelo de su fondo 10 brazas, pasa el agua del mar de una parte a otra, tiene de fondo, cuando es pleamar, 9 palmos y cuando baja queda casi en seco: se recogen en él fragatas, bergantines y barcos. El contraescarpe del foso está bien fabricado, tiene de altura por lo más alto 6 brazas hacia Poniente va disminuyendo hasta tres y dos brazas y media como va el terreno bajando. En cada baluarte hay una casamata capaz de una pieza no más» (40).

Entre otras muchas conclusiones vemos que desde el baluarte de D. Luis iba descendiendo la muralla bastante bruscamente, puesto que en una pequeña longitud se llegaba a la mitad de altura.

Muchos otros autores, tales como Tello Amondareyn (41) y Ros y Calaf (42), hablan sólo de pasada de las fortificaciones portuguesas y los pocos datos que dan, en su mayoría, son erróneos.

En el plano que fechamos en 1585 (43) la Muralla Real constituye el primer obstáculo serio para el avance de los enemigos.

En la orilla oeste del foso aún no se ha iniciado la construcción de baluartes, aunque existían tapiales y caminos cubiertos de poca consistencia defensiva. Sólo existía verdadera fortificación en el Albacar (44). El foso posee ya la misma configuración que en la actualidad, es decir, con la figura de un tres. La entrada del foso en su zona sur es en dirección noroeste, pero cambia enseguida en dirección norte para cambiar de nuevo en su zona intermedia en dirección nordeste. Llegando al baluarte del norte, del Caba- llero o del Torreón, cambia de nuevo, esta vez en dirección este, para rodear el baluarte.

El semibaluarte denominado en algunos planos del siglo XVIII como «coraza vaja» (45) se vislumbra sin ninguna indicación y a la misma altura que el baluarte del sur, como una continuación de la coracha.

La parte final del Espigón del Sur está aislada, como consecuencia de haberse caído un trozo intermedio. Reza en el plano, junto a la coracha, la siguiente leyenda: «Espigao da couça caido q'a deve reformar».

El Baluarte del Sur está representado en la misma estructura actual, es decir, con el flanco sur rectilíneo y el norte de flancos curvos, con un orejón que daría acceso a una poterna.

Existe en su interior la estructura de una torre, que sería la base del posterior <<Cavallero», pero curiosamente esta torre es cuadrada y no redonda. De esta torre parte un muro paralelo a la cortina principal. Este muro es el «atalho velho» al que se refiere el proyecto de 1541 (46) y podemos identificarlo en su situación con el antiguo muro del Frente de Tierra. Entre los dos muros se forma un ancho camino de ronda, protegido del campo exterior por un parapeto, que en este plano aparece representado en forma continua, no en forma almenada. Es de suponer, no obstante, o que este plano no lo haya representado o que existiesen en el parapeto vanos o aberturas para el uso de la artillería, así como para la observación del enemigo.

El muro interior casi coincidía en su parte final con la Puerta del Campo, que se habría en la cortina del muro en medio de los baluartes del Torreón o del Caballero y el posteriormente llamado San Felipe o de los Mayorquines, situado en el lugar en donde está actualmente el Club Náutico C. A. S.

Este muro iba a nivel desde el Baluarte del Norte hasta el de San Felipe, incluso en la zona de la puerta, que se abría en el espesor del ancho del muro.

El Baluarte del Norte, del Torreón, del Caballero o de la Bandera tenía la misma estructura que actualmente, es decir, un baluarte de flancos curvos, protegidos con orejones, formando una especie de punta de flecha.

A este baluarte se le dibuja en su zona esquinada un torreón circular en el mismo lugar en que está actualmente. Este torreón es en donde hoy día pende a diario la enseña nacional.

En el plano fechado por Posac en 1670 (47) todavía la Muralla Real sigue siendo el primer obstáculo serio para los atacantes, pues todavía no han sido construidas verdaderas fortificaciones al oeste del foso, salvo en el Albacar.

El foso tiene la misma estructura descrita en el plano de 1585 y la misma que hasta hoy día posee.

La coracha sigue incompleta, sin ninguna indicación.

Tampoco tiene ninguna indicación el semibaluarte del sur, pero en este plano está representado. La existencia de una muralla que lo separa del Baluarte de D. Luis o del Sur hace suponer que este semibaluarte ya es más bajo que el baluarte vecino, tal y como está hoy día. Este cambio fue realizado, pues, entre 1585 y 1670.

El Baluarte del Sur o de D. Luis sigue con la misma estructura, pero en su parte superior el torreón, además de ser cuadrado, es doble, pues existe junto a él otro torreón más pequeño. El baluarte está señalado con la letra B y con el nombre de Baluarte de San Sebastián.

También existe la muralla paralela a la principal, que forma un camino de ronda, aunque en este plano este camino sea proporcionalmente mucho más estrecho que el señalado en el plano anterior.

El Baluarte del Norte, del Torreón o de la Bandera está representado en la misma estructura del plano posterior, aunque no se dibuja el torreón, que indudablemente existía. Señala con la letra «a» a este baluarte con el nombre de <<Baluarte del Caballero».

Entre este baluarte y el denominado como Baluarte de los Mayorquines estaba el puente, señalado con la letra M y el nombre de << Puerta del Campo».

En el plano fechado entre 1695 y 1700 (48) la Muralla Real ya no es el primer frente de fuego, puesto que existe en la orilla oeste del foso el llamado semibaluarte de Santa Ana o Baluarte Coronado de Santa Ana.

El espigón de la coracha del sur sigue caído. En él existen cuatro pequeñas torres, las dos intermedias con ventanas y la cuarta aislada en medio del mar. El espigón está señalado con el número 18 y el nombre de «Espigón de la Coraça».

El semibaluarte que une la coracha al resto de la fortificación se dibuja sin ninguna identificación.

El Baluarte del Sur o de D. Luis es señalado con el número 17 y con el nombre de Baluarte de San Sebastián. En su unión con el muro de la costa sur

aparece una pequeña garita. El baluarte tiene la misma estructura que hemos visto antes. Su «cavallero» no se señala ni se dibuja claramente, pero la existencia de dos filas de defensores denota su presencia.

El muro va perfectamente a nivel y en su zona intermedia existe una garita. Estas garitas denotan la influencia de la fortificación neoclásica hispana.

Tanto el lienzo de muro como los baluartes están protegidos por parape- tos almenados.

El Baluarte del Norte, señalado con el número 16, es nombrado como Baluarte de S. Tiago. Se observa en él el torreón circular en el vértice del baluarte. También se señala otra torre más pequeña en dicho baluarte.

El puente sólo se observa en su zona norte, que es de mampostería, con dos arcos, señalándose con el número 15 la «Puerta del Campo». Esta puerta se levanta sobre la altura del muro, entre el Baluarte del Norte y el de los Mayorquines, nombrado en este plano como Baluarte de San Felipe.

El Baluarte del Sur o de D. Luis

Su existencia en funciones se remonta a la época hispano-musulmana, identificándose con la torre suroeste del recinto, de donde arrancaba la coracha de Barbaçote (49), aunque primitivamente estaba situada más al este y con una estructura cuadrada y más pequeña que el posterior Baluarte de D. Luis.

La primera noticia sobre este baluarte, después de las importantes modificaciones del segundo tercio del siglo XVI, la tenemos en el año 1550 y se le denomina como «Baluarte grande de la bamda de Tetuão» (50).

También en este año se cita como «Baluarte de Tetuão» (51) y poseía una casamata en los travesaños inferiores.

En 1585 es ya citado como Baluarte de D. Luis o de San Sebastián (52). Continúa con el nombre de San Sebastián en los mapas y grabados del siglo XVII (53).

A veces también es nombrado con el nombre de Baluarte de la Coraza.

La construcción sobre este baluarte de una pequeña torre, llamada en términos de la fortificación con el nombre de «caballero», hizo que su nombre se confundiera con el del otro Baluarte del Norte, en el cual también

Baluarte de D. Luis o del Sur

1. Foso.

2. Vértice del ángulo Oeste del foso.

3. Flanco Norte del baluarte. Obsérvese su característica curvatura formando un orejón.

4. Caballero.

5. Puente de Nuestra Señora de África, de moderna construcción.

se construyó un «caballero». No obstante, esta construcción en el Baluarte del Sur no está representada en los planos del siglo XVII, pero sí en el de 1700 (1695-1700) (54). También se le,ve en un plano de fecha 1717 (55), lo cual nos delimita la fecha de su construcción entre 1670, fecha de un plano que no lo representa (56), y 1700, es decir, en época ya totalmente española (57).

Estos «caballeros» confundieron a los ingenieros del siglo XVIII y en algunos planos se contradicen nombrando como «Caballero» al Baluarte del Sur y otros al del Norte, formando una inevitable confusión. Como hemos visto antes, el <<caballero» del Baluarte del Norte se construyó antes que el del Sur, por lo que creemos más correcto llamar como Baluarte del Caballero al del Norte y no el del Sur.

Respecto a la estructura del Baluarte del Sur es la misma que la actual, según podemos observar en los planos de los siglos XVI, XVII, XIX y XX, es decir, un baluarte con un flanco esquinado dando al mar y el otro flanco curvo, protegido por un orejón, clásico en las «plazas bajas cubiertas a prueba de bomba». Esta técnica, que se remonta a Tartaglia, fue perfeccionada por Jerónimo Maggi y Jacomo Castriotto en la primera mitad del siglo XVI (58).

Entre los finales del siglo XVII y principios del XVIII fue reforzada la unión del espigón o coracha del sur con el baluarte, formando un semibaluarte al que se le llamó coraza baja sin ningún fundamento, pues no constituía en sí ninguna coracha (59).

Entre los planos del siglo XVIII que citan al Baluarte del Sur podemos hacer los siguientes grupos:

A) Planos que citan al baluarte como «Baluarte de la Coraza»:

1. Plano de Tomás López (siglo XVIII). Lo señala con el número 14. Existen muchas reproducciones de este plano, cuyo original se conserva en la Biblioteca Nacional.

2. 1740-45. «Mapa de la Plaza de Ceuta». Por Ingenieros militares. Servicio Geográfico del Ejército (S. G. E.). Ceuta. Número 5, con la letra A.

3. 1760. «Plano de la Plaza y Presidio de Ceuta». Por D. Joaquín de la Cruz. S. G. E. Ceuta. Número 8, con la letra e.

4. «Ceuta». De Esteban Ramón. Biblioteca Nacional de Madrid (1759). 5. «Ceuta». 1765. Biblioteca Nacional de Madrid. Número 114, con el número 5.

6. «Plano del Frente de Ceuta que mira a los moros». 1730. Por D. Diego Bordick. S. G. E. Ceuta. Número 84.

7. «Mapa de la Plaza de Ceuta». 1740-45. Por Ingenieros militares. S. G. E. Ceuta. Número 5, con la letra M.

B) Planos en los que es citado como Baluarte de San Sebastián:

1. Mapa de 1695-1700. Reproducido por Dornellas en «Uma plamta de Ceuta». Con el número 17.

2. «Dessenho da Cidade e fortaleza de Ceita». Archivo General de Simancas. M. P. y D. XII, 78. Guerra Antigua, leg. 1518. Con el número 6.

3. «Ceuta». Archivo General de Simancas (A. G. S.). M. P. y D. XIX. 164. Guerra Antigua, leg. 2023. Con la letra B.

C) Planos en los que se cita como Baluarte de la Coraza y Cavallero:

1. «Plano de la Frente de la Plaza de Ceuta». 1723. Por D. Pedro Aubeterre, Ingeniero Militar. S. G. E. Ceuta. Número 66. Con la letra B.

2. «Plano de Zeuta y su Almina». 1717. Por Ingenieros militares. S. G. E. Ceuta. Número 1. Con la letra J..

3. «Plano de la Frente de la Plaza de Ceuta con los ataques de los moros». 1723. Por Isidro Próspero Verbón, Coronel de Ingenieros. S. G. E. Ceuta. Número 67.

4. << Plano del Frente de la Plaza de Ceuta con Proyecto General». Por Ingenieros militares. S. G. E. Ceuta. Número 68.

5. «Plano de la Frente de la Plaza de Ceuta». 1784. Por D. Pedro Aubeterre, Ingeniero militar. S. G. E. Ceuta. Número 75.

6. «Plano de la Muralla Real». 1724. Por Ingenieros militares. S. G. E. Ceuta. Número 76.

7. «Plano del Frente de la Plaza de Ceuta». 1725. Por D. Pedro Aubeterre, Ingeniero militar. S. G. E. Ceuta. Número 81,

8. «Plano del frente del estado de la Plaza de Ceuta». 1732. Por Ingenieros militares. S. G. E. Ceuta. Número 85.

9. «Plano del Frente pral. de la Plaza de Ceuta». 1735. Por Ingenieros militares. S. G. E. Ceuta. Número 90.

10. <<Plano del Frente... con proyecto para que tres batallones puedan defenderlo». Por D. Lorenzo Solís, Capitán de Ingenieros. S. G. E. Ceuta. Número 95.

El Baluarte del Norte, del Torreón o de Santiago

Es citado por primera vez en la época a que nos referimos, en 1550, como <<Baluarte grande da bamda do Albacar» (60).

En una orden del gobernador de Ceuta, D. Nuño Alvares Pereira (61), es citado como <<Baluarte de San Antonio». Según Robert Ricard (62), este baluarte debería estar situado sobre el Hacho, junto a la ermita de dicho nombre. Diferimos en esta opinión de R. Ricard porque dentro del recinto de las murallas, y pegando a las murallas del Frente de Tierra, existía otra pequeña iglesia o capilla de San Antonio (63), además de que en 1585 se cita expresamente al Baluarte del Norte como Baluarte de San Antonio o del Caballero (64).

Baluarte del Norte, del Torreón o de la Bandera

1.-Foso.

2.-Vértice del ángulo Oeste del foso.

3. Flanco Sur del Baluarte de la Bandera. Obsérvese su característica curvatura formando un orejón.

4. Poterna protegida por el orejón.

5.-Torreón.

El foso envolvía al baluarte en su zona oeste y norte, ya que formaba un récodo alrededor del baluarte.

Su estructura era la misma que la actual, según podemos observar en los planos, desde el siglo XVI al XX. Formaba un baluarte de flancos curvos protegidos por los orejones.

En el 1585 es llamado como Baluarte de San Antonio o del Caballero (65).

Mascarenhas (66) lo llama Baluarte del Caballero, diciendo que era pequeño y hueco.

En los planos del siglo XVII se observa que dicho baluarte poseía un torreón en una esquina (67).

Entre los planos del siglo XVIII que citan al Baluarte del Norte o del Caballero podemos hacer los siguientes grupos:

A) Planos en los que se cita como «Baluarte del Torreón»>:

1. «Ceuta». Por D. Tomás López. Biblioteca Nacional de Madrid. Con el número 3.

2. «Plano de la Frente de la Plaza de Ceuta». 1722. Por D. Isidro Próspero Verbón, Coronel de Ingenieros. S. G. E. Ceuta. Número 55. Con la letra J.

3. <<Plano de Zeuta y su Almina...». Por Ingenieros militares. S. G. E. Ceuta. Número 1. Con la letra I.

4. «Plano de la Frente de la Plaza de Ceuta». 1723. Por D. Pedro Aubeterre. S. G. E. Ceuta. Número 66. Con la letra D.

5. «Ceuta».1765. Biblioteca Nacional. Número 114. Con el número 4. 6. «Plano de la Plaza y Presidio de Ceuta». 1760. Por D. Joaquín de la Cruz. S. G. E. Ceuta. Número 8. Con la letra d.

7. «Ceuta». 1759. Por Esteban de Ramón. Biblioteca Nacional. Con la letra S.

B) Otros planos:

1. <<Plano de la Plaza de Ceuta». 1724. Por Ingenieros militares. S. G. E. Ceuta. Número 106. Con la letra B se señala la «Coraza alta o cavallero».

2. <<Fortificación de Ceuta por parte que mira al campo de los moros». Por el Capitán de Minadores D. Felipe Tortosa. Biblioteca Nacional. Número 371. Señala a los dos baluartes de los extremos del Frente de Tierra con el número 2 y el nombre de «Cavalleros».

3. «Ceuta». 1670. A. G. S. M. P. y D. XIX, 164. Guerra Antigua. Legajo 2023. Con la letra a se señala el «Baluarte del Cavallero».

4. «Dessenho da Cidade...». 1585. A. G. S. M. P. y D. XII, 78. Guerra Antigua. Leg. 1518. Con el número 5 se señala el «Baluarte del Caballero>>.

Baluarte del Norte, del Torreón o de la Bandera.

a.-Torre.

b.-Bóveda «a prueba de bomba».

c.-Pequeño espigón reforzado.

d.-Flancos curvos del baluarte.

e.-Foso.

f.-Puente del Cristo.

5. Sitio de Ceuta por Muley Ismail. Reproducido por A. Dornellas en <<Uma plamta em Ceuta». Con el número 16 se señala el Baluarte de S. Tiago.

6. «Ceuta». 31 de junio de 1724. Bibliothèque Nationale de París. Service Hydrographique. Portefeuille 108, division 3, pièce 9. Con la letra D se señala el «Boulegard de la Tour».

Las fortificaciones exteriores

Para poder reconstruir las fortificaciones exteriores en la época com- prendida entre 1550 y 1640 tenemos que acudir necesariamente a los planos.

En tiempos del Gobernador de Ceuta D. Pedro Barba Alardo (1509-1512) la se construyeron unos tapiales lo suficientemente altos para proteger retirada de un hombre a caballo. Estos tapiales formaban unos caminos que subían al Topo y al Otero (68). Estos caminos son los que a continuación vamos a poder reconstruir gracias esencialmente al plano de 1585.

Mascarenhas nos describe las fortificaciones exteriores según estaban en 1640:

«Desde el foso hasta una montaña q'se llama Barbaçote ai de distancia quatrocientas braças; el terreno siempre va subiendo poco a poco, de manera q'esta montaña por linea perpendicualar se levanta sobre el foso altura de treyna braças. Desde Barbaçote asta cerca de Algeciras q'es una muralla del tiempo de los Moros hacia Poniente (69) hacia Poniente, va una loma q'dicen el Topo de la Carrera, en la propia altura q'Barbaçote; i desde ella tambien el terrene viene baxando asta el foso es la fortificacion de Ceuta en cuanto mira al campo de Berberia.» (70).

En el plano que fechamos en 1585 el Albacar daba acceso a una sala de armas (letra f), en cuya zona oeste se abría una salida sin cerrar. Esta muralla oeste estaba protegida por torreones circulares y formaba como una prolongación del muro de la orilla oeste del foso.

Esta zona daba paso a otra sala de armas (letra e), que se adentraba formando un camino cerrado hasta el pozo Chafaris. Esta sala de armas tenía un límite por el oeste, que no era la orilla del foso, sino un muro que enlazaba con el muro oeste de la primera sala de armas, y que era de su misma estructura, con torres circulares.

Reconstrucción de las fortificaciones exteriores

(Sobre el mapa de Ceuta, escala 1:10.000) (1550 - 1700)

a. Sala de armas del Chafaris.

b. Pozo Chafaris.

c. Camino cubierto de la costa Sur.

d. Camino cubierto al Otero.

e. Camino cubierto a la puerta Este del Afrag.

f. Camino cubierto de la costa Norte.

g. Tapial que unía el camino del Sur con la costa.

h. Tapial que unía el Topo con el Facho de Barbaçotė. i. Facho de Barbaçote.

j. Topo.

k. Morro de la Viña (Barriada España).

1. Tapial que unía el Morro de la Viña con la costa Sur. n. Facho de Fronteira.

o. Tapial que unía el Morro de la Viña con el Afrag.

p. Tapial que unía el Topo y el Otero.

q. Tapial que unía el camino de la costa Norte con el camino del Afrag.

r. Tapial que unía el camino de la costa Norte con el camino del Afrag, en las proximidades del «Barranco de la Ribera del Puente».

s. Puente sobre el «Barranco de la Ribera del Puente».

t. Torre del Vicario.

u. Puerta Este del Afrag.

v.. Facho del Norte.

x. Línea de murallas del Afrag, derribadas en 1550. z. Afrag.

u'. Tapial que unía el Afrag con el Facho del Norte.

Esta segunda sala de armas, unida a la primera, formaba un reducto que se adentraba en el campo. Este reducto era llamado «franqueria» (71). La segunda sala de armas tenía dos salidas: una, por la zona sur, que daba acceso a un camino cubierto que conducía al Topo (letra a). La otra salida, por el norte, daba acceso al camino cubierto (letra d), que iba por la costa norte hacia la Torre del Vicario (letra m) y al Facho del Norte (letra n).

Del Chafaris parten otros dos caminos, lo cual parece indicar que Chafaris tenía otra salida que no está señalada en el plano. Uno de estos caminos iba hasta la puerta este del Afrag o Algeciras (letra c) y se dibuja un puente para salvar el actual «Barranco de la Ribera del Puente». Entre este camino y el de la costa norte existían dos tapiales perpendiculares a modo de parapetos: uno, bastante cercano al Chafaris (letra W) y el otro, cercano al Barranco del Puente de la Ribera (letra x).

El otro camino que sale del pozo Chafaris subía hasta el Otero (letra b).

El último camino cubierto (letra a) subía hasta el Topo (letra g) y corresponde al actual cruce del Morro. En él existían unas fortificaciones que no podemos precisar y se continuaba el camino hasta el Morro de la Viña, en las proximidades de la actual Avenida de España (letra k).

Este camino tenía parapetos perpendiculares a él. Por su zona sur el primero se hallaba casi a la altura del Chafaris (letra p). El segundo partía del Topo hasta el Facho de Barbaçote (letra q), que corresponde a las cercanías de la actual Escuela de Formación del Profesorado de E. G. B. El tercer tapial del sur, y último de esta parte, iba desde el Morro de la Viña hasta la costa sur (letra r).

Por la zona norte existían dos tapiales perpendiculares: uno, que unía el Topo con la parte final del camino que conducía al Otero (letra s). El otro tapial iba desde el Morro de la Viña (letra t) hasta enlazar con las fortifica- ciones del Afrag, que formaban parte del sistema defensivo (72).

Existían también dos fachos más o atalayas aparentemente aislados. Uno, llamado «Facho de Fronteira», se señala próximo al Afrag y también muy cerca del Otero (letra j). Seguramente el camino que conduce al Otero fuera el camino hacia este facho. El otro facho, mucho más adentrado en el continente, es nombrado como «facho de fora» y correspondía con la colina de Sidi Embarek (73).

En el plano fechado hacia 1670, el conjunto de muros y salas de armas que protegían la «franqueira» hasta el Chafaris es exactamente igual al plano de 1585, señalándose la última sala de armas con la letra <<s>> y el nombre de <<Barrera del Campo».

Fragmento del Mapa de Ceuta, hacia 1585.

Archivo General de Simancas

Número XXXVIII M.P. y D. XII-78. G.A. 1518

Los arquitectos

No quisiera terminar el presente trabajo sin dar una ligera noticia, aunque sea telegráfica, de los artífices de todas estas transformaciones de la fortificación ceutí. Para ello resumimos las noticias al siguiente cuadro:

Como podemos observar en el cuadro, la participación de arquitectos españoles en las reformas hechas por los portugueses en sus fortificaciones fue decisiva.

Desde que a la corona española se anexionó la corona portuguesa hasta que se separó de ella pocas modificaciones se hicieron en las fortificaciones correspondientes al Frente de Tierra de Ceuta. Sólo se construyó el semiba- luarte de Santa Ana y algunas «estacadas» auxiliares.

Ello fue debido a que Ceuta, a partir de 1550, en la zona del Frente de Tierra, poseía unas murallas inmejorables en su estructura y las necesidades de fortificación apuntaban a otras zonas más desguarnecidas y expuestas a los ataques de los ingleses, tales como Tarifa, Gibraltar y Cádiz (83).

De esta época sólo conocemos dos arquitectos en Ceuta.

Uno de ellos, Cristóbal de Rojas, Profesor de arquitectura militar y autor de un tratado sobre ella (84).

El otro arquitecto, también español, es Pedro de Arce, cuya intervención en Ceuta sólo la conocemos por un manuscrito inédito, de fecha 1624, y que se conserva en la Biblioteca del Museo Británico de Londres (85).

No hemos encontrado más noticias referentes a la actuación de arquitectos españoles en Ceuta a pesar de la gran cantidad de documentos consulta- dos en la obra de José Aparici (86).