Fuerte del Sarchal
HS10
(R.I.) - 53 - 0000500 - 00024
Texto extraído del artículo publicado en el número 42 de la revista Almoraima (2011), El conjunto histórico del Recinto del Hacho de Ceuta. Elementos del siglo XVIII, de Pedro Gurriarán Daza, Ángel J. Sáez Rodríguez y Salvador García Villalobos.
Ref. catastral: 2843301TE8724S0001QM
Arquitecto: desconocido
Siglo XVII
DESCRIPCIÓN
Es un fuerte de artillería costera localizado en su frente sur, único de su género en Ceuta, aunque muy común en el resto de España. Se sitúa en la antiguamente llamada Playa Hermosa, donde se articula la zona urbana de la Almina con la península del mismo nombre o del Hacho. Bajo el epígrafe del fuerte del Sarchal hacemos referencia a una fortificación artillera caracterizada por la existencia de una batería de planta semicircular a la barbeta, hoy día arruinada y con sus estructuras voladas aún visibles sobre la ladera, a la que se une un cuerpo principal con hornabeque y un patio interior. En su interior existen habitaciones abovedadas a prueba de bombas. A la obra primitiva se la han añadido diversas construcciones posteriores, como vemos en la entrada del fuerte, el patio o el propio terrado del edificio.
Para Garrido Parrilla es obra iniciada en 1714,¹ que se habría finalizado al concluir la década. Por este motivo, Fernández Sotelo lo atribuye al príncipe de Campoflorido, que “artilló y municionó el Fuerte del Sarchal, entre otros”. Luis Rigio, príncipe de Campo Florido, fue gobernador de la plaza en 1719–1720². En esa línea se expresa Lucas Caro, quien, refiriéndose al príncipe de Campoflorido, explica que se “aplicó con toda diligencia a poner la Almina en un estado devigorosa defensa, previniendo de mucha y buena artillería y municiones los castillos de San Amaro, Santa Catalina, Desnarigado y Playal del Sachal, cerrando todos los pasos y atrincherando todas sus calas”³.
Ante este dato, disponemos de un muy temprano precedente ceutí para el modelo que se generaliza en el mediodía andaluz varias décadas más tarde. Se da el caso que la obra responde a un modelo muy próximo a otros dos estandarizados para la artillería costera que nace a mediados del siglo XVIII. Se trata de la serie que, a partir de las trazas de José Crame, se aplica en las costas de Andalucía Oriental a partir de 1765⁴. El despliegue del modelo creado por Crame ocupa, en su versión de fuerte grande para cuatro cañones, desde San José de Sabinillas, en el extremo occidental de la provincia de Málaga, hasta el Fuerte de Rodalquilar, en la costa almeriense⁵. En la versión de dos cañones, entre la Torre del Lance de las Cañas, en la costa de Marbella⁶, a la de Macenas, en Mojácar (Almería).
Los modelos andaluces son de dos tipos, uno ligeramente menor y otro mayor que el del Sarchal, pero todos responden a un esquema muy similar, basado en un acuartelamiento construido en torno a un patio descubierto, con acceso por la gola que se defiende con frente de hornabeque y tambor con o sin foso.
En el lado opuesto, dirigida al mar, se emplazaba la plataforma artillera, con pretil corrido a la barbeta, sobre una mole monolítica de mampostería y planta semicircular, de unos siete metros de altura sobre el terreno circundante. La torre andaluza de dos cañones era muy similar a la ceutí, con la artillería en el terrado, mientras que la de cuatro disponía su plataforma de combate adelantada, capaz de aislarse perfectamente de la zona habitable interior. Estos modelos de Crame consisten en las denominadas “batería de cuatro cañones” y “batería de dos cañones”que, junto a las casas fuertes para caballería y las torres atalayas para vigía y señales, completaron el dispositivo costero en tiempos de Felipe V y Carlos III.
El fuerte ceutí responde al denominado de hornabeque o de planta de pezuña. Se organiza, como el más grande de los modelos andaluces, en torno a un patio al que se abren todas las estancias. El acceso por la gola se defendía con un frente de hornabeque que lo flanqueaba por ambos lados, muro exterior a modo de tambor y, quizás, foso salvable por un puente levadizo. Interiormente se disponían todas las estancias abovedadas necesarias, tales como cuarteles para tropa y oficiales, cocina y almacén para pólvora y pertrechos. La artillería se montaba en el terrado corrido, con parapeto a la barbeta y sin construcciones que sobresaliesen en altura de dicho nivel. Las que actualmente se encuentran sobre el terrado son, como se ha señalado en otro lugar, añadidos modernos que cabe eliminar.
El acceso desde el patio interior se efectuaba por dos escaleras adosadas a su cara meridional. El tabicado con paredes convergentes en el centro del patio interior resulta completamente original. Los vanos para acceso a nivel del suelo que se abren en las caras norte y este del fuerte son modernos, aunque esta del frente oriental, delante de la cual se encuentra un aljibe, pudiera responder a una de las reformas de finales del XVIII o principios del XIX.
El 15 de agosto de 1734, Felipe V aprobó seis proyectos para la fortificación de la ciudad. En ellos se citan los de Santa Catalina, el Desnarigado y el Sarchal, que entonces se encontraban en adecuado estado para la defensa⁷, lo que hace plausible la data anterior. En 1756, fuerzas marroquíes bajo el mando de Sidi Muhammad, hijo de Muley Abdalá, amagaron con un asedio que apenas si se llegó a formalizar. Cundió la alarma y se dispuso la adopción de medidas extraordinarias que reforzasen el perímetro ceutí. Era por entonces Ingeniero Director Esteban Panón, quien describió el mal estado de las murallas del Fuerte del Sarchal y propuso su reforma⁸, lo que no se llevó a la práctica.
El edificio sufrió un paulatino asiento diferencial de la plataforma artillera, que terminaría quebrando la estructura de la fortaleza y arruinándola. Tenemos noticias de encontrarse plenamente operativo en la década de 1770. Así, según informa Ruiz Oliva, el Sarchal “contenía 5 cañones” en 177255, mientras que montaba “4 cañones de hierro, 3 modernos y uno corto de Marina de 18” en 177556. Comenzó a demolerse en 1805, aunque sólo se hizo parcialmente57. Así consta en el plano referido del Archivo Central de Ceuta de ese año58, en cuya leyenda se indica “fuerte de este nombre que se está demoliendo”. Según Garrido Parrilla, a principios del siglo XX fue habilitado para cárcel, lo que podría estar relacionado con las numerosas refacciones que presenta el fuerte, principalmente la apertura de vanos exteriores orientados al interior para facilitar el acceso, así como las construcciones parásitas del terrado.
GARRIDO PARRILLA, J. J., “Guía del Patrimonio Histórico de Ceuta. I – Monumentos de Arquitectura Militar”, Cuadernos del Rebellín, Ceuta.
FERNÁNDEZ SOTELO, E., Cartografía de Ceuta – II. Obras de Fortificación, Sala Municipal de Arqueología, Ceuta, 1985, p. 7.
CARO, L., Historia de Ceuta. Es del presbítero don Lucas Caro, ed. de J. L. GÓMEZ BARCELÓ, Ceuta, 1989, p. 133.
GIL ALBARRACIN, A., La batería de San Felipe de los Escullos en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, Granada, 1994, pp. 71 y ss.
Estuvo prevista la construcción de diez de estas fortalezas, aunque sólo se levaron a efecto nueve, suspendiéndose la prevista en la zona marbellí de torre Ladrones.
SÁEZ RODRÍGUEZ, A. J., Almenaras en el estrecho de Gibraltar. Las torres de la costa de la Comandancia General del Campo de Gibraltar, Instituto de Estudios Campogibraltareños, vol. 16, Algeciras, 2001, p. 383.
RUIZ OLIVA, J. A., Op. Cit., p. 258.
Ibídem, p. 311.
fotos antiguas
planos antiguos
fotos actuales
interior fuerte
planos actuales

