Fortificaciones de la Fortaleza- Ciudadela del Hacho
Monte Hacho
Protección integral I-016
Ref. Catastral: 2939101TE9735S
Ingenieros: varios
siglos X-XVIII
Información extraída del Plan especial de protección y catálogo del conjunto histórico del recinto de la Almina. Arquitectos Pedro Gurriarán Daza, Salvador García Villalobos, María Dolores Muñoz Marín y José Salvador Pascual Ortigosa.
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HISTORIA
Al-Bakri refiere, ya en el siglo XI, la ciudad califal en la zona de la Almina, primera referencia sobre su existencia. Estaba situada entre el actual foso de las Murallas Reales y el Foso Seco de la Almina. En el solar de la Almina se desarrolló el arrabal de Enmedio, con el consiguiente traslado del antiguo cementerio allí existente a la zona del Valle. El límite oriental de este conjunto de pequeños núcleos urbanos sería, a partir del siglo XIV, el arrabal de la Almina propiamente dicho, desarrollado en las faldas occidentales del Hacho coincidiendo con la máxima expansión demográfica de Ceuta. Pero no existe constancia arqueológica de otra ocupación de importancia en esta península, más allá de la polémica y famosa fortaleza que la corona. Al-Idrisí refiere las ruinas de la fortificación que habría emplazado en aquella prominencia al-Mansur, a semejanza de lo realizado en Córdoba. Erigida a 200 metros sobre el nivel del mar, entre los siglos X y XI, se le supone cimentación romana. Su existencia se remonta tradicionalmente hasta época de Justiniano. Habría sido remozada en época almorávide y, con su monumental calahorra, serviría de residencia para los gobernantes locales hasta la erección del Afrag meriní. Pero estos antecedentes clásicos carecen de base material que permita sacarlos de la bruma de la leyenda.
Al-Mansur habría iniciado la construcción de una nueva ciudad en el monte al objeto de trasladar parte de la población a este nuevo emplazamiento. Pero, a su muerte en 1002, quedó inconclusa, lo que impidió el desplazamiento poblacional inicialmente previsto. Era proverbial la extraordinaria blancura de los restos de la edificación, que todavía a mediados del siglo XII podían divisarse desde la orilla norte del Estrecho entre cierta cobertura de vegetación. La noticia procede del Kitab al- ijtisar y de al-Himyari, que mencionan cómo al-Mansur ordenó que se emplease aceite en vez de agua para hacer el mortero con la intención de dotar de más solidez a las construcciones.
Al-Ansari menciona, por su parte, la Gran Torre o al-Tali al-Kabir, también referida como al- Nazur, que habría erigido el cadi Iyad en época almorávide. Constaba de una calahorra con una mezquita en su interior. “Desde ella, los días claros, era visible toda el área del estrecho de Gibraltar, desde Badis y Tarf al-Qasis al este de Málaga hasta Tarf Sanar, más allá de Tarifa”¹. También suelen situarse en esta ciudadela del Hacho los graneros comunitarios por tratarse del lugar más inaccesible de Ceuta, que habría de resistir a modo de acrópolis ante cualquier ataque exitoso en algún punto del perímetro urbano. Para Ruiz Oliva, “[...] En el siglo XIV contaba con diez baños o hamman-s, siendo el más bello el de palacio. Igualmente, en este recinto áulico edificó en arquitecto al-Yanastí una cúpula que llevó su nombre. Se instaló también aquí una ceca, así como graneros o fondaues para el resto de la ciudad. Su distribución palaciega mantenía el gusto existente en Fez y Marrakech”².
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La conquista portuguesa se produce sobre un sistema fortificado ya deteriorado, lo que permitió el acceso por una brecha en la zona de San Amaro, en 1415. Los nuevos ocupantes replantean la configuración de la ciudad. El rey Manuel I (1495-1521) decidió la reducción de la superficie urbana con una evidente visión estratégica, por encima del interés propiamente ciudadano. Optó por consolidar el núcleo de la Ciudad, abandonando los demás recintos y sus defensas, que entraron rápidamente en decadencia ante su falta de mantenimiento. La imagen de la ciudad portuguesa de finales del siglo XVI coincide con la que aparece representada en un excepcional grabado incluido en la monumental obra Civitates Orbis Terrarum, de Georgius Braun, fechada en 1572.
VILLADA PAREDES, F. y HITA RUIZ, J. M., “La Ceuta que vio nacer a Al Idrisi”, Congreso Internacional al-Idrisi, Ceuta, octubre 2008.
RUIZ OLIVA, J. A., Fortificaciones militares de Ceuta: siglos XVI al XVIII, UNED-IEC, 2002, p. 20.

