Baños Árabes
RI-51-0012081-00000
Información extraída del Plan Especial de Protección de Conjunto Histórico de las Fortificaciones del Recinto de la Ciudad (autores: Gurriarán Daza, García Villalobos, Pascual Origosa, Muñoz Marín)
Ref. catastral: 2043102TE9714S
Arquitecto:Desconocido
Siglos VIII-XV
DESCRIPCIÓN DEL INMUEBLE, ENTORNO Y ACCESOS
Los vestigios conservados corresponden a un baño medieval de medianas dimensiones. Se sitúa en las inmediaciones de lo que debió ser el límite septentrional de uno de los arrabales de la medina islámica, en un espacio ocupado en época medieval de forma continuada al menos desde el siglo XI.
Conceptualmente el «hammam» ha sido considerado heredero de las termas romanas, aunque de menor monumentalidad que éstas. Desde el punto de vista funcional consta de cinco elementos consecutivos que suelen repetirse en la mayor parte de ellos. En primer lugar, se situaba el vestíbulo o «bayt al-maslaj», donde se situaban el vestuario y las letrinas.
A continuación la sala fría o «bayt al-baryt», después la sala templada o «bayt alwastani» y, por último, la sala caliente o «bayt al-sajun».
El monumento se situa en una parcela de 1.038,3 m2 sin número registral. Ubicado en la zona de la Almina, concretamente en la denominada Plaza de la Paz (antiguos jardines XXV años de Paz), linda, al Norte con el Paseo de la Marina Española, al Sur con la Calle Galea, al Este con la Calle Simoa y al Oeste con la Calle Tte. Arrabal.
DATOS CONSTRUCTIVOS
Entre los siglos XII-XIII se construyen los baños. Para su construcción se rebajó parcialmente una ladera dispuesta en sentido S-N, lo que posibilitó que el edificio quedase parcialmente encajado en el firme, disposición idónea para evitar al máximo las pérdidas de calor en el inmueble. A esta fase corresponde el cuerpo principal del edificio, conformado por estancias de tendencia rectangular con bóveda de cañón y luceras cuadrangulares. Es probable que en este momento existieran otras salas que no se han conservado, dato que se podría derivar de la presencia en la sala templada de una puerta cegada en su pared Oeste.
En una tercera fase, ya durante el período mariní (siglo XIV), se produce una ampliación de la sala fría y una reorganización del circuito que queda configurado del modo en que se nos ha conservado en la actualidad.
La presencia de material arqueológico de época lusitana (siglo XV) formando parte de los primeros rellenos que colmatan el edificio, nos fecha el final de su uso. A partir de este momento el edificio es expoliado, retirándose del mismo aquellos materiales que pudieron ser reutilizados (especialmente revestimientos, suelos y elementos singulares como las columnas de mármol). La estratigrafía indica que el edificio sigue en uso, al menos parcialmente, y la progresiva colmatación de su interior con una potente capa de residuos.
A lo largo del siglo XVII el inmueble debió convertirse en una ruina semienterrada.
No es hasta inicios del siglo XVIII cuando este espacio de la Almina es nuevamente poblado.
A lo largo del siglo XVIII la ocupación de este sector es un hecho. Las salas abovedadas del baño son aprovechadas desde entonces para usos muy diversos (almacenes, establos, etc.). Así, en las primeras décadas del siglo XIX ya se observa como la manzana donde se ubicará el inmueble está consolidada, manteniéndose hasta la actualidad los ejes principales, en sentido N-S y E-O que actualmente delimitan la Plaza de la Paz. Todo el conjunto está realizado con muros de mampuestos, intercalados por hiladas de ladrillo de regularización, y bóvedas de fábrica de ladrillo. Mantiene en la actualidad un buen estado de conservación, después de realizarle un intervención integral de restauración y rehabilitación.
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planos actuales
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